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Andrea Barrios, psicóloga y experta en Trastornos de la Conducta Alimentaria
"El TCA no tiene nada que ver con la alimentación". Así nos lo manifiesta la psicóloga y experta en Trastornos de la Conducta Alimentaria, Andrea Barrios, rompiéndonos todos los prejuicios que tenemos con respecto a esta enfermedad de la que también dice "se puede salir".
El próximo 30 de noviembre se celebra el Día Internacional de la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y hemos hablado con esta doctora en salud mental quien nos asegura que "tenemos que hablar más para romper con esos estigmas y esos mitos para que la gente que no sabe que tiene un TCA se dé cuenta de que lo tiene".
Lo que sucede para que nos haya dicho esto es que mayoría de los pacientes que acuden a su consulta, lo hacen pensando que tienen un problema con la alimentación.
"Cuando le decimos que suelten la comida y el cuerpo, no lo sueltan porque se ha convertido en su salvavidas"
Sin embargo, cuando empiezan a indagar se dan cuenta de que la comida y el cuerpo son solo una causa del problema real.
El paso más importante antes de ir a la consulta de un psicólogo es dar el paso. "Hay que decidirse a hablar y romper con todos los estigmas que hay con respecto a la problemática". Esa es la idea con la que ha comenzado nuestra entrevista con la psicóloga Andrea Barrios (@perfect.imperfecta) ya que "hay que romper esos prejuicios con respecto a una enfermedad cuyo origen es otro que nada tiene que ver con la comida". Lo descubren con el tiempo. Mucho tiempo porque nos asegura que el tratamiento es largo, pero con las herramientas adecuadas, "del TCA se sale".
Lo que percibimos a simple vista cuando vemos a un TCA es la delgadez extrema y salubablemente peligrosa que presentan, pero no nos paramos a pensar qué es lo que están sintiendo para llegar a castigar a su cuerpo de esa manera. "Un TCA tiene el cerebro como super incendiado", manifiesta Barrios, "todas las emociones, todo lo que les pasa, todo lo que nosotros tendríamos en nuestro cerebro, ellos lo tienen super intensificado. Que cada uno lo desarrolle de diferente manera y como lo externe cada uno, es distinto".
"El factor determinante de todos es el factor genético"
Según la psicóloga, hay dos perfiles de TCA muy marcados. Por un lado, está el que es muy estructurado, muy rígido los cuales van a intentar ser buenos en todos los aspectos, pero por dentro siguen "incendiados". Y por otro lado, tenemos un perfil más caótico, impulsivo y desestructurado que, normalmente, añade Andrea Barrios, "llegan a tener problemas con adicciones, autolesiones, suspensos y mucha rebeldía, pero en el cerebro están que no pueden más con todas esas voces, esas preocupaciones y esos miedos. Es muy intensa esa sensación".
"Son multicausales", asegura Andrea Barrios, ya que no podemos decir que hay solo una causa. En primer lugar, podemos señalar la pubertad, una etapa en la que somos muy vulnerables y estamos más desestructurados. Muchas veces a esto se le añade un segundo factor que está más relacionado con el entorno como cambios en la vida familiar, de amigos, cambio de colegio, etc. "Muchos factores que como son externos, hay mucho caos y mucha desestructura interna y externa y eso también afecta", comenta Barrios.
El problema del TCA no es con la comida, sino que proviene de una personalidad rígida, un entorno exigente donde han crecido en el que el cuerpo y el físico era sinónimo de aceptación o rechazo. "Una cosa es que tengamos rasgos de la personalidad y otra cosa es que esa personalidad sea tan intensa, tan extrema que por eso existe esa comorbilidad que hay normalmente entre un TCA y un trastorno de la personalidad porque tienen esos rasgos de la personalidad superintensos".
El factor determinante de todos es "el factor genético, si no la mayoría de los adolescentes tendrían un TCA. Tiene que haber ese factor genético que te hace más vulnerable para que, atendiendo a todos esos factores, terminen desarrollando un TCA". En este sentido, cuando un TCA piensa que todo a su alrededor se escapa a ese control que siempre ha llevado de todo porque así es su personalidad, lo único que puede controlar es la comida y es con lo que decide castigarse.
"Como viene toda esa tormenta y tenemos tanto ruido a nivel emocional, los pacientes se centran en 'como yo no puedo controlar todas estas cosas que están a mi alrededor y no me siento seguro', porque los seres humanos queremos sentirnos seguros ya que tener las cosas bajo control nos hace sentir seguros". En este sentido, Andrea Barrios responde que las cosas que sí tenemos bajo control son la comida y el cuerpo.
"Ese ideal de belleza del que tanto se habla y que como sociedad estamos bombardeando mucho a la gente creyendo que es lo que hay que alcanzar". En este caso, se refiere a ese público adolescente femenino que está pasando por una etapa de inseguridades tratan de controlar el cuerpo y la alimentación creándoles esa "falsa sensación de seguridad de que todo lo demás está tranquilo cuando realmente no ha desaparecido y sigue estando ahí".
Por eso, prosigue la psicóloga, "cuando le decimos que suelten la comida y el cuerpo, no lo sueltan porque se ha convertido en su salvavidas". Hay que enseñarles, insiste Andrea Barrios, "a que sí que tienen las herramientas para que suelten ese salvavidas y que se den cuenta de que pueden nadar en medio de la tormenta y que van a salir de esto".
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