Una experta nos advierte sobre cuál es el mayor enemigo de la salud articular en la tercera edad
Hábitos saludables
Uno de los pilares fundamentales para cuidar la salud articular es el ejercicio de estiramiento muscular
¿Qué músculos debes trabajar, según Harvard, a partir de los 50 años para reducir el dolor de espalda?
Según la Fundación Internacional de la Artrosis (OAFI), las enfermedades reumáticas son una de las principales causas de invalidez y afectan gravemente la calidad de vida, por lo que las medidas preventivas son esenciales y ¿cómo podemos prevenirlas? Hay diferentes maneras de hacerlo porque de lo que se trata es de incorporar a nuestra vida una rutina de hábitos de vida saludables entre los que se encuentra el ejercicio de estiramiento muscular.
Una teoría también avalada por la Universidad de Harvard, quien asegura que "hay un lugar donde comenzar para todos, independientemente de la edad o el nivel físico actual". Y es que a medida que pasan los años vamos perdiendo elasticidad y fuerza muscular, por lo que los ejercicios no solo nos van a ayudar a mejorar la flexibilidad, sino también a recuperar movilidad y a reducir el riesgo de molestias articulares.
La directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores, Miryam Piqueras, subraya la importancia de adoptar hábitos saludables que contribuyan a prevenir el dolor articular con el que mantener una buena calidad de vida en la tercera edad y explica en el portal Infosalus cuáles son esos elementos que ayudan a conseguirlo.
La alimentación
Llevar una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y proteínas magras, permite controlar el peso corporal, disminuyendo la presión sobre las articulaciones. Complementar la dieta con alimentos ricos en ácidos grasos saludables, como el aceite de oliva, aguacate, frutos secos o pescados azules, es beneficioso por sus propiedades antiinflamatorias. Además, asegurar una ingesta adecuada de calcio a través de lácteos y vegetales fortalece los huesos y contribuye al bienestar general.
Estiramiento muscular y ejercicios de bajo impacto
Uno de los pilares fundamentales es incorporar una rutina diaria de calentamiento con ejercicios de estiramiento muscular, así como también la actividad física practicada de manera regular a través de la realización de ejercicios de bajo impacto, como caminar, nadar o practicar yoga, están altamente recomendados y son cualificados para poder realizarlos en la etapa de la tercera edad.
Lo bueno de muchas de estas actividades es que se practican descalzos y eso va a contribuir a mejorar la sensibilidad de la planta del pie, así como también, tal y como nos explica en el siguiente vídeo Ana Galeote, fisioterapeuta y experta en fisioterapia deportiva, mejorar la postura.
Hay que señalar que aunque sea positivo y se pueda hacer, no todo el mundo puede y además pueden llegar a sentir dolor. Así que lo más recomendable es consultar con un profesional de la salud antes de empezar cualquier rutina.
Las actividades de bajo impacto deben realizarse al menos dos horas por semana para combatir el sedentarismo, ya que este puede agravar los dolores articulares. Incorporar ejercicios de resistencia, como levantar pesas ligeras, así como utilizar bandas elásticas o aros, ayuda a fortalecer los músculos y prevenir lesiones. Mantener una postura adecuada en todo momento, ya sea al caminar, sentarse o levantar objetos, también es fundamental para evitar tensiones innecesarias en la columna, las caderas y las rodillas.
Uso de buen calzado
Es un factor importante a tener en cuenta ya que el tipo de calzado que se utiliza es imprescindible. No es lo mismo un zapato con un buen soporte, amortiguación y suela antideslizante, que otro que no lo tiene. El primero nos va a ayudar a distribuir el peso de manera uniforme, protegiendo las articulaciones de nuestros pies, tobillos y rodillas, además de reducir el impacto que reciben las articulaciones durante el ejercicio por muy suave que sea y, por lo tanto, va a prevenir molestias adicionales.
Cosas que hay que evitar para proteger las articulaciones
Para mantener las articulaciones saludables, es importante evitar ciertos hábitos que pueden generar inflamación y dolor, tales como los movimientos repetitivos. Por ejemplo, teclear durante largas horas sin descanso o realizar tareas domésticas como barrer y fregar ya que son muy perjudiciales para las articulaciones, si no se alternan con pausas regulares. En este sentido, nos va a ayudar cambiar de actividad y tomar descansos frecuentes porque se evitaría la sobrecarga en las articulaciones.
El sedentarismo es el mayor enemigo de la salud articular, ya que puede aumentar la rigidez y el dolor en estas zonas. Por ello, mantenerse activo es esencial para garantizar una buena movilidad y prevenir el deterioro de las articulaciones. Además, la mala postura, tanto al estar sentado como al realizar actividades cotidianas, incrementa la tensión en las zonas más vulnerables del cuerpo, como la columna y las rodillas.
Siguiendo estas recomendaciones y evitando los hábitos perjudiciales, las personas mayores pueden disfrutar de una mejor calidad de vida y proteger sus articulaciones frente al desgaste y el dolor crónico.
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