Gestos que haces sin darte cuenta que dejan al descubierto que alguien te cae mal, según la psicología
Investigación y Tecnología
Edward T. Hall (Antropólogo): "Las personas ajustan de forma inconsciente su espacio personal dependiendo de su relación con los demás"
Cuando sentimos antipatía, nuestro cerebro puede reducir ese contacto visual como un mecanismo de defensa
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¿Qué te está diciendo una persona que cruza los brazos cuando habla contigo, según la psicología?
Aunque muchas personas intenten disimular o controlar su comportamiento, el cuerpo a menudo revela nuestras verdaderas emociones, incluidas aquellas relacionadas con la antipatía hacia alguien. Numerosos estudios en el campo de la psicología y la comunicación no verbal han mostrado cómo ciertos gestos y posturas son señales de la comunicación no verbal que pueden delatar que alguien nos cae mal, aunque no nos demos cuenta e intentemos disimular. Veamos cuáles son algunos de esos gestos y si te reconoces en algunos de ellos.
Desviación de la mirada
Es uno de los gestos más frecuentes que delata rechazo o incomodidad ya que hay estudios referentes al contacto visual que demuestran que cuando evitamos mirar a alguien directamente, especialmente durante una conversación, puede ser indicativo de incomodidad o falta de conexión. La profesora y doctora en psicología social, Beatrice de Gelder, ha destacado que "la evasión de la mirada puede ser una manifestación inconsciente de la necesidad de distanciarse emocionalmente de la otra persona, ya que el contacto visual sostenido es un acto de conexión interpersonal. Cuando sentimos antipatía, nuestro cerebro puede reducir ese contacto visual como un mecanismo de defensa".
Postura corporal cerrada
Según la psicóloga Amy Cuddy, reconocida por sus estudios en lenguaje corporal, cuando una persona siente rechazo, es común que adopte posturas más cerradas, cruzando los brazos o las piernas, lo que refleja una barrera física entre uno mismo y la otra persona. Este tipo de lenguaje corporal no solo indica una sensación de incomodidad, sino que también puede interpretarse como un deseo inconsciente de protección frente a alguien que no nos genera confianza o simpatía. Estas posturas contrastan con el lenguaje corporal abierto, que indica receptividad y comodidad.
Microgestos faciales
Paul Ekman, un pionero en el estudio de las expresiones faciales, ha demostrado que aunque intentemos ocultar nuestras emociones, hay ciertos microgestos que delatan lo que realmente sentimos. Se trata de movimientos faciales que hacemos extremadamente rápidos y de manera involuntaria los cuales reflejan emociones profundas, como el desprecio o la irritación. Por ejemplo, un leve fruncimiento de las cejas o un sutil levantamiento de una comisura de los labios en forma de mueca, aunque sea por una fracción de segundo, puede indicar una reacción negativa hacia la persona con la que estamos interactuando.
Distanciamiento físico
El distanciamiento físico es otro gran gesto revelador de nuestras verdaderas intenciones ya que, como detallan las investigaciones realizadas, cuando alguien nos cae mal, tendemos a aumentar la distancia física que mantenemos durante una conversación. Es un fenómeno conocido como "proxemia" y ha sido estudiado por el antropólogo Edward T. Hall, quien explicó que las personas ajustan de forma inconsciente su espacio personal dependiendo de su relación con los demás. Así, cuando una persona no nos genera agrado, es probable que nos inclinemos hacia atrás, mantenemos los pies apuntando hacia una dirección opuesta o nos movemos ligeramente hacia un lado, buscando aumentar la distancia entre nosotros y la otra persona.
Conductas de distracción
¿Te has puesto a mirar el móvil cuando no te interesaba participar en una conversación? ¿O has visto que lo haya hecho alguien? Aunque parezca que es un gesto sutil, que contigo no va la cosa o que no se han dado cuenta, si la otra persona sabe leer entre líneas, entenderá que hay cierta antipatía en el ambiente. Este tipo de comportamientos muestran que no estamos interesados en la conversación ni en la persona en sí. En este sentido, la psicóloga Deborah Tannen explica que "estos gestos pueden ser una forma inconsciente de escapar mentalmente de una situación en la que no queremos estar, reflejando la falta de interés o incomodidad hacia la otra persona".
Muchas veces el tipo de gesto que hacemos depende del contexto donde se desarrolle y no quiere decir siempre que se den determinados comportamientos tenga que tener justo ese significado, ya que hay diferentes situaciones y para hacer una interpretación real, habría que observar la situación en su conjunto. Otras veces no hay lugar a dudas, hay gestos que, sin que te des cuenta, dejan al descubierto que alguien no te cae bien.
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