¿Podemos fiarnos del 'callo solar' como forma de bronceado saludable, aunque sea una práctica viral en redes sociales?

Investigación y Tecnología

Tomar el sol en la playa / Freepik

La tendencia del 'callo solar' sigue creciendo en redes sociales, una práctica que anima a tomar el sol sin protección solar. Pero lo cierto es que esa exposición prolongada trae como resultado una lesión cutánea que supone la antesala del cáncer de piel ya que provoca un carcinoma de células escamosas.

El 'callo solar', también es conocido como 'queratosis actínica' o 'queratosis solar' y se manifiesta en forma de parches o placas rugosas de color rojizo, marrón o rosado. Aunque en muchos casos son asintomáticas, algunas personas pueden experimentar picazón, ardor o sensibilidad en las áreas afectadas.

"No existe evidencia que sustente el hecho de que exponernos al sol sin protección solar tenga beneficios para la piel, sino todo lo contrario", declara la doctora Mar Mira en el diario El País y prosigue, "está demostrado que los rayos del sol alteran el ADN de las células, por eso, las personas que se exponen sin control tienen la piel envejecida, más gruesa y rugosa, menos elástica, con arrugas y manchas. Presentan un fotodaño poco alentador, con más posibilidades de padecer lesiones tumorales que de mejorar su inmunidad y su resistencia".

Cuáles son las pieles que necesitan más protección

"Que a pesar de toda la información que tenemos sobre los peligros del sol, surjan afirmaciones como la del 'callo solar' y, lo más grave, se hagan virales es muy peligroso. Promover la idea de que exponerse al sol sin protección crea una supuesta tolerancia a los rayos UV y mejora la síntesis de vitamina D, carece de base científica y es peligroso para la salud", comenta a S Moda la cosmetóloga Raquel González.

Cuando tomamos el sol, debemos tener precauciones y tener en cuenta nuestro tipo de piel y las horas a las que nos exponemos. Por ejemplo, la piel clara contiene menos melanina, el pigmento que ayuda a proteger la piel de los daños del sol, lo que hace que las personas con fototipos I y II (es decir, aquellas que tienen piel muy clara que se quema con facilidad y casi no se broncea) sean particularmente vulnerables a desarrollar callos solares.

Además de la predisposición genética, hay otros factores de riesgo incluyen el envejecimiento, ya que el daño solar es acumulativo.

Consecuencias para la salud

Una de las afirmaciones más falsas que se extienden por las redes sociales sobre esta práctica es que podemos volvernos tolerantes al sol cuando los dermatólogos aseguran que eso no es así.

"La piel tiene memoria, y cada exposición sin protección añade daño acumulado en el tiempo. Aunque la melanina producida por la piel ofrece una protección natural limitada, no es suficiente para contrarrestar los efectos nocivos de la radiación ultravioleta".

Así que "lo más seguro es usar protección solar y, en el caso de que se quiera tomar el sol durante 10 minutos sin solar, hay que hacerlo a primera hora del día, cuando la radiación es menos agresiva", concluye Raquel González.

La mejor prevención contra el 'callo solar' es la protección solar adecuada ya que no existe la práctica del "bronceado saludable". Esto incluye el uso regular de protector solar factor 50, la utilización de ropa protectora, sombreros de ala ancha, gafas de sol con protección UV, así como también evitar la exposición directa y prolongada al sol en las horas punta de radiación, es decir, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.

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