Felipe Couñago (oncólogo radioterápico): "Menos tiempo de tratamiento es menos ansiedad, más autonomía, más posibilidad de retomar antes la vida cotidiana"

Durante décadas, el tratamiento del cáncer de mama mediante radioterapia ha requerido un compromiso largo y exigente por parte de las pacientes: acudir durante semanas al hospital para recibir sesiones diarias que, si bien efectivas, generaban un considerable desgaste físico, emocional y logístico. Sin embargo, esta realidad está empezando a cambiar gracias a los avances en oncología radioterápica. Un reciente estudio publicado en el International Journal of Radiation Oncology, Biology, Physics (la revista de referencia en este campo) plantea una alternativa revolucionaria: reducir el tratamiento completo a solo cinco sesiones, manteniendo la eficacia y sin aumentar los efectos secundarios.

Esta innovación representa un paso clave hacia una medicina más eficiente y humana. El estudio, desarrollado por un equipo de especialistas en 16 centros de radioterapia en España, ha demostrado que un tratamiento ultracorto, que incluye una dosis extra focalizada sobre la zona más afectada (el lecho tumoral), es tan efectivo como los protocolos tradicionales mucho más largos. Esta posibilidad no solo mejora la calidad de vida de las pacientes, sino que también ofrece beneficios sustanciales al sistema sanitario, permitiendo optimizar recursos y acortar las listas de espera.

Innovación técnica y evidencia clínica: una nueva manera de tratar

La clave del avance radica en la técnica denominada Simultaneous Integrated Boost (SIB), que consiste en aplicar de manera simultánea una dosis extra de radiación sobre el lecho tumoral que es el área con mayor riesgo de recurrencia, mientras se irradia el resto de la mama con una dosis estándar. Esto permite concentrar la acción terapéutica allí donde más se necesita, sin prolongar el tratamiento ni aumentar los efectos secundarios. Gracias a esta tecnología de precisión, se ha podido adoptar un esquema de hipofraccionamiento ultracorto, en el que se administran dosis más altas en un número muy reducido de sesiones.

"El avance clínico va de la mano con el bienestar emocional"

En el estudio realizado por GenesisCare, 242 mujeres con cáncer de mama fueron tratadas bajo este nuevo protocolo, con resultados muy alentadores en el que determinaron, al cabo de seis meses, que el 97% no presentaba signos de irritación en la piel y el 86% no mostraba inflamación. Además, la eficacia del tratamiento se mantuvo intacta.

El doctor Felipe Couñago, oncólogo radioterápico y director médico de GenesisCare España, destaca la importancia de este avance no solo en términos clínicos, sino también personales: "El valor de este avance no está solo en reducir el número de sesiones, sino en lo que eso significa para cada paciente. Menos tiempo de tratamiento es menos ansiedad, más autonomía, más posibilidad de retomar antes la vida cotidiana". Este enfoque demuestra cómo la investigación médica puede ir más allá de las cifras y protocolos para poner en el centro a la persona y su experiencia de la enfermedad.

Impacto en la vida de las pacientes y en la sostenibilidad del sistema

Reducir el tratamiento de varias semanas a apenas cinco sesiones supone un cambio profundo en la vivencia del cáncer de mama. Las pacientes ya no tienen que organizar su vida en torno a múltiples visitas al hospital ni enfrentar los efectos prolongados de una terapia extensa. La carga emocional disminuye, se recupera más rápidamente la rutina diaria y se mantiene una mejor calidad de vida durante el tratamiento.

El doctor Jaume Fernández Ibiza, coordinador médico en el Centro 360 de Excelencia Oncológica GCCC en Barcelona, subraya que "el avance clínico va de la mano con el bienestar emocional. La posibilidad de aplicar una técnica precisa, con menos efectos secundarios y menos sesiones, cambia completamente la experiencia del tratamiento".

Esta visión integral de la atención oncológica es cada vez más relevante en un contexto donde el cuidado no puede limitarse solo al aspecto médico, sino que debe incluir la salud emocional, la autonomía y la dignidad del paciente. Además del beneficio personal, este enfoque también repercute positivamente en el sistema de salud. Al requerir menos sesiones, se libera capacidad asistencial, se reducen las listas de espera y se optimizan los recursos tanto humanos como materiales. Equipos de radioterapia, personal sanitario, espacios clínicos y presupuestos pueden reorganizarse para atender a más personas de forma más eficiente.

Según el doctor Couñago, este modelo terapéutico representa una respuesta efectiva a los desafíos de sostenibilidad del sistema sanitario: "Al reducir la duración de los tratamientos sin perder eficacia, conseguimos optimizar recursos, mejorar la accesibilidad y agilizar los tiempos de atención".

Hacia una oncología más personalizada y eficiente

Este estudio marca un punto de inflexión en el tratamiento del cáncer de mama y sienta las bases para un cambio de paradigma en la radioterapia moderna. Aunque será necesario continuar con el seguimiento a largo plazo para confirmar la durabilidad de los resultados, la evidencia inicial es sólida y prometedora. Más allá de las cifras, lo que este avance demuestra es que es posible ofrecer terapias más humanas, centradas en las necesidades reales de las personas, sin comprometer la eficacia.

En definitiva, la combinación de innovación tecnológica, evidencia clínica rigurosa y una atención centrada en el bienestar integral de la paciente abre nuevas puertas en la lucha contra el cáncer. Lo que antes implicaba semanas de esfuerzo físico y emocional, ahora podría resolverse en tan solo cinco sesiones. Una verdadera transformación que no solo mejora vidas, sino que también construye un sistema de salud más ágil, eficaz y humano.