Fatiga del jet lag: consejos para evitar decir "adiós" a tus vacaciones

Investigación y Tecnología

La fatiga de jet lag se produce cuando el reloj interno tiene que adaptarse al nuevo horario en poco tiempo

¿Cuál es la mejor manera de sobrevivir al calor y a las altas temperaturas?

Hombre acostado en los asientos de una sala de espera
Hombre acostado en los asientos de una sala de espera / Freepik

02 de julio 2024 - 07:10

Cada persona tiene un ritmo circadiano diferente, es decir, nuestros ciclos de sueño y vigilia están regulados de manera individual. Las vacaciones y el verano son una época que suelen provocar cambios en nuestros hábitos, sobre todo, en la manera de comer y de dormir. Estamos sujetos a horarios diferentes a los de invierno y aunque parezca algo inofensivo, puede producirnos unos síntomas que nos generan malestar.

Se conoce como la fatiga de jet lag y se produce cuando el reloj interno tiene que adaptarse al nuevo horario en poco tiempo. Un ejemplo es cuando viajas a países donde hay mucha diferencia horaria con España y cuando llegas, tienes que reconducir la rutina.

Este cambio tan brusco produce en el viajero molestias como fatiga y cansancio general, somnolencia durante el día y dificultad para conciliar el sueño por la noche, dolor de cabeza, falta de concentración, disminución del rendimiento físico e intelectual, irritabilidad, ansiedad, falta de apetito, sensación de plenitud o cansancio.

Medidas preventivas

Si viajas a un país en el que tiene un horario completamente diferente al tuyo, debes intentar adaptarte lo mejor posible para que el jet lag no fastidie tus vacaciones. Así que puedes ayudar al organismo a adaptarse al nuevo horario del país al que te desplaces, practicando días anteriores llevando a cabo rutinas lo más parecidas posible a lo que vas a vivir.

Por ejemplo, acuéstate más temprano y despiértate antes de lo que lo haces normalmente o bien vete a la cama más tarde de lo habitual y levántate más tarde.

Depende del destino que tengas, pero la cuestión es ir adaptando al cuerpo poco a poco con la idea de prevenir la fatiga que provoca el jet lag, por lo que, de igual manera, sería conveniente descansar antes del viaje para afrontar el trayecto lo mejor posible y ayudar a tu cuerpo a que se recupere lo antes posible.

Es común, a la vez que contraproducente, que duermas demasiado durante el viaje, sobre todo si tu horario de llegada ronda el atardecer, incluso, la noche. Ahora bien, si vas a llegar por la mañana, entonces sí aprovecha para dormir durante la noche. Es lo que sueles hacer, así que tu cuerpo no va a notar que le has cambiado el horario, por lo que no va a reaccionar generándote malestar.

Cambia la hora de tus relojes para ajustar también el horario por el que te vas a regir esos días. Si la estancia va a ser corta, menos de dos días, es probable que al organismo no le dé tiempo a adaptarse ya que necesita entre 2 y 7 días para hacerlo, por lo que la mejor opción en este caso será la de continuar con el reloj habitual de origen.

Cuida lo que comes y lo que bebes

En un viaje también es importante cuidar lo que comes y lo que bebes ya que si comes a horas que normalmente no lo haces, tu organismo se descompensará ya que el hambre también tiene un reloj interno.

Por otra parte, debes cuidar la hidratación, sobre todo durante el vuelo, ya que el ambiente seco y la altitud propia de los viajes en avión hacen que el organismo pida más agua, por lo que deberás tener esto cuenta.

Al igual que la hidratación debe ser con agua y no con bebidas alcohólicas porque a parte de que son perjudiciales para la salud, empeoran la calidad del sueño y producen deshidratación. Así que empeorarán los síntomas del jet lag. Puedes tomar bebidas con cafeína para mantenerte despierto, pero no se recomienda consumir más de la cantidad que habitualmente tomarías.

Otro aspecto importante es la circulación de la sangre. Son trayectos largos en los que puede apetecerte estirar las piernas para aliviar la pesadez y que la sangre fluya, por lo que puedes activar la circulación dando pequeños paseos por el avión, levantándote de tu asiento o simplemente realizando unos ejercicios para mejorar la movilidad de las piernas. Así bajará también la tensión general de tu cuerpo.

Por último, una vez que has llegado a tu destino, y si el viaje va a durar varios días, trata de ajustar tu reloj biológico al horario local, cenando y comiendo regularmente a las horas de ese lugar e intentando estar al aire libre durante las horas de luz.

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