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Las vacunas vacunasson probablemente el mayor avance contra las enfermedades en la historia de la humanidad. Y no es una opinión. El cóctel que forman la ignorancia y la imprudencia siempre ha sido un peligro y ante el resurgimiento de los movimientos antivacunas, no son pocos los científicos y expertos que aúnan esfuerzos para buscar soluciones y una explicación al por qué en una sociedad avanzada en el siglo XXI no es capaz de entender esta idea. Ahora más. La pandemia de Covid-19 está subrayando que la incultura científica y la desinformación ponen en riesgo la salud pública. Hablamos, más concretamente, de los que más allá de no vacunarse, optan por no tomar enserio la salud de los demás. Este grupo promueve remedios que no han probado ningún tipo de eficacia, y cuestionan el progreso, los esfuerzos y los hitos científicos que se ahn logrado durante esta pandemia.
Desde que la Frontline COVID-19 Critical Care Alliance (FLCCC) despertara la segunda oleada de interés por la ivermectina y la COVID-19 en diciembre de 2020, varios países han incluido el fármaco en las directrices terapéuticas nacionales. Se trata de un fármaco antiparasitario comúnmente desplegado para tratar las lombrices intestinales y los piojos en el ganado.
Este fármaco seguramente no forma parte de nuestro botiquín, como la aspirina o la penicilina, pero que ciertamente ha mejorado la vida de millones de personas desde su descubrimiento en 1975. Se comercializó para uso animal en 1981 y pronto se convirtió en uno de los fármacos veterinarios más vendidos en el mundo.
Su uso en la actualidad , las inyectables y en pasta, están aprobadas en los EE. UU. para tratar o prevenir los parásitos en los animales. En el caso de los seres humanos, las tabletas de ivermectina están aprobadas en dosis muy específicas para tratar algunos gusanos parásitos, y hay formulaciones tópicas (sobre la piel) para los piojos y las afecciones cutáneas como la rosácea.
La enfermedad causada por ¡el coronavirus se divide en distintas fases: La asintomática, la enfermedad sintomática leve y la enfermedad respiratoria inflamatoria severa. Las dos primeras son dependientes de la replicación del SARS-CoV-2; en cambio, la última se atribuye al estado hiper-inflamatorio denominado tormenta de citoquinas. La evidencia sugiere que este medicamento podría actuar en las distintas fases de la enfermedad.
Sin embargo, no hay datos definitivos sobre la seguridad o la eficacia de esta indicación ni sobre las dosis/regímenes necesarios. Es importante tener en cuenta que estos productos son diferentes de los destinados a las personas y que los parásitos no son lo mismo que los virus. El Covid-19 es causado por un virus. Hasta que se disponga de más datos, la OMS recomienda utilizar este fármaco solo en ensayos clínicos.
La FDA ha recibido múltiples informes de pacientes que han requerido atención médica, incluida la hospitalización, tras automedicarse con ivermectina destinada al ganado. ''Obviamente, la ivermectina no está pensada de ninguna manera para su uso en humanos. Está pensada para eliminar gusanos de los intestinos de los caballos, así que esta gente ve la ivermectina líquida, la busca, aparece nuestra página en internet y nos llama pensando que se la podemos vender'', comenta Lance Olson , gerente del almacén de alimentos para ganado Lone Star Tack & Feed Inc, a Ici Radio.
Como hemos mencionado, ningún estudio clínico contundente que haya demostrado que la ivermectina pueda ralentizar o detener el crecimiento del Covid-19 en las células humanas, pero esto no ha impedido que personalidades y políticos de derecha la promocionen a través de los medios de comunicación como un posible tratamiento o cura para el Covid-19, entre ellos el ex Presidente estadounidense Donald Trump.
En Estados Unidos, los Centros de Control de Enfermedades advirtieron al público sobre los riesgos de usar este desparasitador para animales tras el aumento de las llamadas a los centros de intoxicación con informes sobre enfermedades graves causadas por el uso de este medicamento.
En este sentido, a FDA revisa los medicamentos no sólo por la seguridad y eficacia de los ingredientes activos, sino también por los ingredientes inactivos. Muchos de los ingredientes inactivos que se encuentran en los productos para animales no se evalúan para su uso en personas. Incluso los niveles de ivermectina para usos humanos aprobados pueden interactuar con otros medicamentos, como los anticoagulantes.
También puede sufrir una sobredosis de ivermectina, que puede provocar náuseas, vómitos, diarrea, hipotensión (presión arterial baja), reacciones alérgicas (picor y urticaria), mareos, ataxia (problemas de equilibrio), convulsiones, coma e incluso la muerte.
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