Exoesqueleto robótico: ¿en qué consiste este dispositivo que ha conseguido que el hijo de Nani Roma vuelva a caminar?

Investigación y Tecnología

El exoesqueleto robótico responde a las intenciones del usuario como permitirles caminar o mantenerse de pie

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Marc Roma haciendo una demostración de cómo el exoesqueleto le ha hecho volver a caminar
Marc Roma haciendo una demostración de cómo el exoesqueleto le ha hecho volver a caminar

La vida puede cambiar en un instante. Un accidente, una enfermedad o una condición degenerativa puede arrebatar la capacidad de moverse libremente, un aspecto que a menudo damos por sentado. Esto fue lo que le sucedió a Marc Roma, el hijo del piloto Nani Roma, cuando tuvo un grave accidente el pasado mes de mayo durante un campeonato de motocross el cual le produjo una lesión en la médula que le dejó parapléjico y que ni qué decir tiene, lo mucho que le cambió la vida.

Ahora de nuevo su vida da un giro de 360º gracias a la creación de un exoesqueleto, un dispositivo robótico creado por ingenieros en Barcelona, que se adapta al cuerpo y a través del cual ha logrado ponerse de pie y volver a caminar. No es de extrañar que este sistema haya devuelto la esperanza a muchas personas debido a que ya no tienen tantas limitaciones para moverse.

¿Cómo funciona el exoesqueleto robótico?

El exoesqueleto tienen un sistema que funciona como una estructura externa que consigue reemplazar, en cierta manera, la función motora de las extremidades debilitadas o, como es el caso de Marc Roma, paralizadas. Gracias a sensores, motores y una ingeniería de vanguardia, el exoesqueleto responde a las intenciones del usuario, permitiéndole caminar, mantenerse de pie e incluso realizar movimientos que parecían perdidos para siempre.

El funcionamiento del exoesqueleto es asombrosamente intuitivo. Equipado con sensores que detectan los movimientos residuales o las intenciones del usuario, el dispositivo traduce estas señales en acciones concretas. Por ejemplo, si una persona desea levantarse de una silla, el exoesqueleto proporciona el soporte y la fuerza necesarios para que esto ocurra. Del mismo modo, al caminar, el dispositivo sincroniza cada paso con los movimientos naturales del cuerpo, ofreciendo una experiencia que se acerca lo más posible a la locomoción humana.

¿Cómo mejora la vida de los pacientes?

El impacto del exoesqueleto va más allá de lo meramente físico. Para alguien que ha pasado meses o incluso años en una silla de ruedas, la primera vez que logra ponerse de pie con ayuda del dispositivo es un momento profundamente transformador.

La mirada de quienes lo rodean cambia porque ya no se trata de un paciente en una silla, sino de alguien que desafía las limitaciones impuestas por su condición. Esa altura recuperada también trae consigo un nuevo nivel de confianza y dignidad, un recordatorio de que, aunque la adversidad haya marcado su camino, no lo ha definido por completo. "Para él, poder estar de pie y vernos a la misma altura es una gran terapia", explicó Nani Roma en el programa Y ahora Sonsoles.

El impacto emocional es igualmente significativo. Para muchas personas, el exoesqueleto representa una segunda oportunidad de conectar con el mundo que las rodea. Pero debemos tener en cuenta que la llegada del exoesqueleto no solo cambia la vida del paciente, sino también de quienes están a su alrededor, ya que es un alivio de la carga de la dependencia a familias enteras, además de la alegría que supone ver a un ser querido recuperar parte de su independencia.

Uno de los principales inconvenientes que hay es que estos dispositivos todavía son caros y su acceso está limitado. Sin embargo, la investigación y el desarrollo continúan avanzando, impulsados por la visión de hacer que esta tecnología sea accesible para todos. Cada paso en esta dirección es un paso hacia un mundo donde la discapacidad no sea un obstáculo insuperable, sino una oportunidad para innovar y superar las barreras.

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