¿Por qué hay espejos en la zona de cardio de los gimnasios?
Vacaciones, viajes, piscinas y terrazas suelen ganarle la partida a los gimnasios en verano, pero siempre hay quien, a contracorriente, aprovecha estas semanas para engancharse y paliar de alguna forma su prolongada ausencia en el pasado. Algunos desean vivir sus primeras experiencias en los gimnasios, siempre pendientes de la edad aconsejable para ir al gimnasio, y otros vuelven a convivir entre pesas y máquinas de ejercicios, rodeadas en la mayoría de ocasiones por ventanas y espejos ¿Alguna vez te has preguntado por qué hay espejos delante de la zona de cardio en el gimnasio? Los espejos iluminan la sala, ayudan a mejorar y mantener la forma, hacen que las clases parezcan más grandes. Además, al verte correr en un espejo, es posible que un entrenamiento en la cinta pase más rápido y se lleve a cabo con menor dificultad.
Los espejos, bien colocados en un gimnasio, son una forma estupenda de corregir la postura, controlar la respiración o relajar los músculos
Los estudios demuestran que los espejos pueden suponer una ayuda o una deventaja a la hora de entrenar según diferentes factores. Más allá de los complejos corporales de cada uno y de las inseguridades de sentirse vigilado en cada movimiento que das, desde un punto de vista positivo los espejos son una forma estupenda de corregir la postura, controlar la respiración o relajar los músculos.
Culto al cuerpo
Más allá de aquellos a los que les gusta observarse continuamente y comprobar la evolución de sus músculos al milímetro, un efecto más cercano al hedonismo y el culto al cuerpo, el motivo por el que es conveniente realizar deporte delante del espejo es porque estos sirven para asegurarse de que los ejercicios están siendo realizados con la postura y técnica correcta, algo fundamental para evitar los temidos dolores. Porque cuando trabajamos nuestro cuerpo no vale con aplicar eso de ojos que no ven, corazón que no siente. No vale con fiarse de nuestro criterio personal sobre lo que estamos haciendo hasta darnos de bruces con la dura realidad en forma de lesión. Por ello, aunque a veces se piense que el ejercicio está siendo haciendo de forma correcta, fijarnos y corregir pequeños errores en la postura y en la realización de los movimientos puede ayudarnos, y mucho, a evolucionar en nuestro rendimiento.
Por último, ese punto de narcismo apuntado previamente puede ayudar también en el terreno de la autoestima y la motivación a aquellas personas que acuden al gimnasio con algo de complejo y con el paso del tiempo comprueban a través de esos espejos la satisfactoria evolución en su cuerpo, lo que servirá para seguir con esta dinámica saludable tanto en casa como en cualquier tipo de instalación deportiva.
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