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Sevilla/Las enzimas son proteínas especializadas en controlar toda la reacciones químicas de nuestro cuerpo. Aunque sean moléculas que nos protegen contra los virus, los investigadores de Weill Cornell Medicine han comprobado que, por el contrario, una enzima que defiende nuestras células contra los virus, de igual manera, puede ayudar a la evolución del cáncer y a las células malignas. Esto se supo gracias a un estudio publicado la revista ’Cancer Research’.
En el estudio que demuestra que las enzimas pueden ser también perjudiciales y ayudar a la evolución del cáncer, se estudió un tipo de enzima llamada APOBEC3G y el cáncer que cogieron como modelo de estudio fue el de vejiga. Lo que se descubrió fue que, en efecto, la enzima APOBEC3G hacía que aumentaran la cantidad de mutaciones en las células tumorales, acelerando significativamente la mortalidad.
Por si fuera poco, mediante la modificación química de un nucleótido de citosina, la familia de las enzimas APOBEC3G podría llegar a multar el ARN o ADN. La cuestión es que estas enzimas, incluida la APOBEC3G, se encargan de combatir los retrovirus, como puede ser el ejemplo del VIH, obstaculizando la replicación viral, mediante la mutación de citocinas en el genoma viral. Esto supone que deban existir mecanismos para evitar que estas enzimas dañan nuestro ADN. Por el contrario, los investigadores empezaron a encontrar diversas y extensas mutaciones de tipo APOBEC3G en el ADN celular en el contexto del cáncer, y fue en 2016 cuando en un estudio de muestras de tumores de vejiga humana, se averiguó que una gran cantidad de las mutaciones en estos tumores estaban relacionados con la enzima APOBEC3G.
Gracias a este estudio es que sabemos que es posible que diversos cánceres se aprovechen de la enzima APOBEC3G para mutar sus genomas. Esto también supondría que, a pesar de los tratamientos médicos y farmacológicos, el cáncer podría diversificarse y evolucionar, aumentando la mortalidad.
APOBEC3G se trata de una enzima humana, por lo que no se encuentra en ratones. Aún así, un equipo de investigadores eliminó el gen de la única encima de tipo APOBEC3G en ratones, y lo reemplazó con el gen de APOBEC3G humano. El experimento hizo ver todos los ratones APOBEC3G que se expusieron a una sustancia química que promueve el cáncer de vejiga eran mucho más propensos a desarrollar este cáncer en comparación con los ratones que no tenían el gen APOBEC3G activado.
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