Cómo elegir el mejor calzado para los niños en edad escolar

La vuelta al cole y septiembre son épocas de cambios. Toca cambiar la bolsa de la playa por las mochilas, los bañadores por la ropa de colegio y las chanclas por los zapatos cerrados, pero, ¿cuáles son los más recomendables para los niños en edad escolar? Es una elección difícil y para muchas personas es un verdadero dilema, debido a que los pies de los más pequeños están en constante cambio y a veces estamos desorientados en este tema.

Así que hemos hablado con la podóloga Victoria Hoyos de la Clínica Hoyos para que nos explique qué características deben tener los zapatos en edad escolar y que sea saludable para los pies de los más pequeños. Lo primero que nos cuenta es que "el objetivo principal del calzado es acompañar los pasos del niño, no corregirlos ni sujetarlos", pero hay más cosas que debemos tener en cuenta.

Qué debemos tener en cuenta

Debido a que la etapa infantil, es un periodo en el que los niños están en desarrollo, lo más recomendable es dejar el pie lo más libre posible. Esto es así porque ya desde el nacimiento la mayoría de la superficie del pie está compuesta de tejido graso y cartílagos, lo que quiere decir que los huesos no están formados del todo.

Por esta razón, a la hora de elegir un tipo de calzado u otro, debemos tener en cuenta la edad del niño, la forma de su pie (tanto en altura como en anchura) y la actividad que va a realizar con ese calzado ya que no es lo mismo ir calzado a un evento que ir calzado para jugar a baloncesto.

Características de un calzado adecuado

Ahora que ya sabemos lo que debemos tener en cuenta, vamos a ver qué características debe tener un calzado saludable. En primer lugar, debe ser un calzado con una suela fina (de no más de 0.5cm de grosor), debe ser igual de gruesa por delante que por detrás (sin tacón) y de un material flexible, para que sea lo más parecido posible a caminar descalzo.

Debe permitir, de igual manera, el movimiento libre del pie, para que la musculatura y todos los huesos que se están desarrollando y formando trabajen de forma adecuada. "No debe sujetar el tobillo, ni tener refuerzos duros en la zona de la puntera ni en el talón", ya que según la podóloga, "pueden comprimir en exceso estas zonas y limitar los movimientos del pie".

"El pie del niño no es el de un adulto en miniatura. Está en constante cambio y puede ser propenso a deformarse fácilmente" — Victoria Hoyos - Podóloga

En este sentido, lo ideal es que tenga un buen sistema de regulación ya sea con velcro en los primeros años de vida o con cordones cuando el niño sea algo mayor y se los pueda atar solo. "Elegir uno u otro", manifiesta Victoria Hoyos, "va a depender de la autonomía que tenga el niño. Siempre vamos a fomentar que ellos solos se coloquen el calzado, por lo que si aún no saben atar un cordón, elegiremos un sistema de regulación con velcro o con cordón elástico y velcro. Si ya es más mayorcito y sabe abrocharse los cordones sólo, pues podremos elegir un sistema de regulación con cordones".

Es imporante que el calzado tenga una plantilla extraíble ya que será mucho más fácil comprobar la talla real del niño y nos recuerda la podóloga que debe "quedar libre un centímetro aproximadamente de la zona distal y, además, "la plantilla debe ser lisa, sin zonas marcadas como el puente", recalca.

Qué debemos evitar

Debemos huir de las suelas que sean rígidas, muy gordas o excesivamente amortiguadas, así como también de los que están de moda y mucho menos debemos calzar al niño con el mismo tipo de calzado que utiliza un adulto. "El pie del niño no es el de un adulto en miniatura. Está en constante cambio y puede ser propenso a deformarse fácilmente".

Otra cosa que debemos evitar es que los niños lleven al colegio un calzado específico para una actividad concreta. "Es muy común pasar por el patio de un colegio y ver niños que pasan el día entero con las botas de fútbol, por ejemplo, o niñas utilizando calzado con lucecitas y colorines, porque son más 'estéticos'", concluye la podóloga.

Recomendaciones podológicas

• Revisar, lavar y secar diariamente el pie (haciendo hincapié en secar entre los dedos)
• Cortar las uñas de manera adecuada (siempre de forma recta)
• Uso de calcetines con fibras naturales y cambiarlos con frecuencia para evitar el exceso de sudoración
• Correr, bailar, saltar, jugar... Todos estos movimientos le vienen muy bien al desarrollo del pie
• Es recomendable que en torno a los 3 o 4 años de edad, se haga una revisión podológica al año, preferiblemente antes del inicio escolar.