Los efectos de la sobrecarga informativa durante la DANA: “El flujo constante de noticias alarmantes intensifica la ansiedad y el desgaste emocional”
Noticias de alto impacto, como la tragedia de la DANA, pueden afectar a la salud mental de las personas si se consumen de manera compulsiva
Es importante encontrar un equilibrio entre estar ausente de lo que ocurre e informado, pero con distancia
Salud Mental: la 'pandemia' posCovid
Vivimos en la era de la información: un mundo que, a veces, nos sobrepasa. Sucedió en 2020, cuando se decretó el estado de alarma por la pandemia de la Covid-19; en 2022, con la invasión rusa de Ucrania; y sucede ahora, que la DANA ha sacudido al este peninsular y, por extensión, al conjunto de la sociedad española. Querer saber qué ocurre en el mundo es inevitable, pero la exposición continua a noticias de alto impacto tiene su efecto en la salud mental de las personas.
“El flujo constante de contenidos alarmantes puede intensificar la ansiedad y el desgaste emocional”, asegura la psicóloga Conchita Sisí, directora de Salud en Mente. Esta realidad llega a “dificultar la gestión de las emociones y, en ciertos casos, produce una sensación duradera de malestar”. Se trata de un enemigo silencioso: el bombardeo incesante de la información. Y no solo eso. Hablamos también de la imperiosa necesidad de estar informados.
“Suena el despertador y las noticias nos abruman, nos acompañan comiendo, paseamos con ellas e incluso están en los momentos de descanso”, relata Cruz Roja en un artículo de su blog, donde expone la misma cuestión. Además, se trata de noticias negativas y desoladoras que, a diferencia de lo que sucedía hace años, se presentan a un ritmo acelerado e intrusivo.
‘Doomscrolling’ o el fenómeno de mantener el sistema nervioso en alerta
Sobre este asunto, Conchita Sisí habla del fenómeno conocido como doomscrolling. Es decir, “la práctica de pasar mucho tiempo en redes sociales o portales de noticias consumiendo contenidos negativos”. En la actualidad, son muy numerosas las personas con alguna plataforma social (el 86% de los internautas españoles, según los datos de IAB Spain), que practican el scroll infinito o desplazamiento continuo.
Esto se refiere a la aparición automática de contenidos relacionados, especialmente en los reels de Instagram o TikTok. Algo que, además de favorecer la “adicción” a la red, complica la llegada del momento de desconexión y provoca saturación mental alrededor de los sucesos. En la mayoría de los casos se trata de información repetitiva, que no está contrastada y genera alarma en el usuario que la percibe.
Antes de que nos sumergiésemos de lleno en el mundo tecnológico y digital, el conocimiento de la actualidad se reducía al visionado del telediario a determinadas horas o a la lectura del periódico en papel. Ahora, la realidad ha cambiado y es fácil saber cuándo entras, pero no cuándo sales de la información.
La atención, un bien escaso en la actualidad
Estamos ante el “síndrome de la sobrecarga informativa”, como se desprende de un estudio de L.E. Parra Medina y F.J. Álvarez Cervera, publicado en la Revista de Neurología. “Vivimos la época de mayor difusión e información en la historia de la humanidad, y este exceso de información ha dado como consecuencia considerar la atención humana como un bien escaso”, apuntan los expertos en la introducción. Asimismo, se llega al extremo de sobrecarga, “cuando la cantidad o intensidad de información excede la capacidad limitada de procesamiento cognitivo”.
Según la publicación, entre los síntomas que provoca este estado se encuentran los siguientes: “trabajo ineficiente, confusión, retraso al tomar decisiones, falta de evaluación crítica de la información, pérdida de control sobre la información, falta de perspectiva general, ansiedad o estrés”, entre otras.
¿Cómo nos protegemos de la sobreinformación?
“La exposición constante a malas noticias mantiene al sistema nervioso en un estado de alerta continua, lo que incrementa el estrés y afecta a la capacidad de relajarse y desconectar”, añade Sisí. Por ese motivo, es aconsejable establecer unos límites. Tal y como indica Cruz Roja, lo ideal es alcanzar “un punto medio entre estar ausente a lo que ocurre e informado, pero con distancia”.
A continuación, vamos a ver algunas pautas que nos pueden ayudar a la hora de desconectar y mantener una relación sana con la actualidad. Todo ello, a fin de preservar el bienestar emocional de las personas:
- Limitar el tiempo de exposición. Tanto Conchita Sisí como Cruz Roja referencian este punto como el más importante: “establecer horarios específicos para revisar las noticias”. Es bueno saber qué ocurre, pero debemos evitar consumir compulsivamente la información. La Cruz Roja es todavía más tajante y recomienda que nos informemos una vez al día.
- Establecer límites en las redes sociales. En la misma línea, debemos asegurarnos de no pasar mucho tiempo viendo contenido en las redes. Para ello, existen herramientas como el “control de tiempo” en Instagram, por ejemplo.
- Elegir el momento del día. Además, es importante escoger un espacio de tiempo en el que estemos tranquilos y evitar leer o escuchar noticias antes de irnos a dormir.
- Seleccionar fuentes fiables. Como señalábamos antes, las redes sociales son una de las principales fuentes de información en la actualidad, pero no siempre son fiables. Por ello, debemos seleccionar “un máximo de dos o tres fuentes en diferentes formatos”, indica Sisí. De esta manera se pretende “evitar la exageración y la desinformación”.
- Ir más allá de los titulares. En relación a esto último, Cruz Roja expone que “comprender lo que ocurre y no quedarnos en la superficie permite disminuir la gravedad de las noticias”, algo que podría reducir la sensación de alarma y su consecuente estrés.
- Realizar pausas digitales. Llevar a cabo actividades como el ejercicio, la meditación o la lectura, promueven el bienestar de las personas y nos ayudan a relajarnos, vivir un poco más inmersos en el presente que nos concierne y desconectar del ruido constante que provoca la información excesiva.
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