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Fármacos
La lucha contra la obesidad es un problema de salud pública tanto a nivel mundial como nacional. Una cuestión que ya se posiciona como la epidemia de nuestro siglo y que se relaciona estrechamente con la enfermedad cardiovascular, principal causa de muerte en todo el mundo. Un escenario que ha empujado a científicos y expertos de todo el mundo a buscar una solución simple al problema. Y de este intento, nacieron los fármacos para adelgazar. fármacos para adelgazar.Algunos, recetados y controlados por especialistas, son eficaces y suponen una esperanza que, combinada con buenos hábitos, son capaces de lograr objetivos notables en la pérdida de peso. Sin embargo, su popularidad ha trascendido lo médico y ha llegado al cuestionable consultorio de las redes sociales. Allí, 'gurús' y usuarios comparten los efectos milagrosos de estos fármacos, incluso sin padecer obesidad. Además, la última moda es la de usar medicamentos recetados por otras patologías (como Ozempic), una tesitura que está causando incluso falta de suministro.
Asimismo, a esta última dificultad hay que añadirle la amalgama de efectos secundarios que está provocando en aquellos que lo toman sin supervisión médica y para usos para los que no fueron creados. Y en el mismo espacio donde circulan estos arriesgados consejos y experiencias, también lo hacen recomendaciones y advertencias médicas. Así, la nutricionista Sonia Ochoa, especialista en nutrición alternativa y obesidad, ha compartido un vídeo con los tres fármacos usados para bajar de peso y sus efectos secundarios. Estas son las conclusiones.
La fentermina es un medicamento para bajar de peso que pertenece a la familia de los llamados anorexígenos. Son similares a las anfetaminas, actuando en la supresión del apetito a nivel cerebral y contribuyendo a la pérdida de peso gracias a su efecto saciante. El fármaco está indicado para personas que son obesas y que no han logrado perder suficiente peso solo con dieta y ejercicio, no para personas que quieren perder solo unos kilos.
Para estos últimos casos, la nutricionista advierte que como efectos secundarios podemos tener ''taquicardía e insomnio''. Pero, además, también puede provocar nerviosismo o ansiedad, disnea o estreñimiento.
Otro de los medicamentos más usados para tratar la obesidad. Actúa sobre su sistema digestivo evitando que se digiera alrededor de un tercio de la grasa contenida en la comida que ingiere. Su acción hace que el compuesto se una a las enzimas de su sistema digestivo (lipasas) evitando que hidrolicen parte de las grasas que ha ingerido durante la comida. Como indica la experta, '' ayuda a que las grasas de los alimentos no se absorban en el cuerpo''.
Eso sí, su uso está indicado junto con una dieta con bajo contenido en calorías. En este sentido, según indican desde la Agencia española de medicamentos y fármacos, ''su ingesta diaria de grasa debe ser distribuida equitativamente entre las tres comidas principales ya que si orlistat se toma con una comida muy alta en grasa se puede incrementar la posibilidad de que se den efectos gastrointestinales.''
Además de éstos últimos, Sonia Ochoa indica que la consecuencia de no absorber las grasas puede provocar alteraciones como ''diarrea extrema y deficiencia de vitaminas deficiencia de vitaminasque pueden afectar gravemente a la salud''. Pero, también, según indica la institución ya mencionada también es frecuente el hinchazón, la incontinencia fecal, la irregularidad del ciclo menstrual o bajos niveles de azúcar en sangre (sobre todo en pacientes con diabetes tipo 2).
Saxenda es un medicamento que contiene liraglutida, uno de los compuestos para tratar la diabetes tipo 2, que también se está recetando para la obesidad. Cuando se usa este fármaco, además de la secreción de insulina, se estimula el centro de saciedad, se reduce la secreción de glucagón y se retrasa el vaciamiento gástrico, lo que produce saciedad y retraso en la captación de glucosa. Debido a esto, se pierde el apetito y la persona come menos, lo que conduce a la pérdida de peso.
En nuestro país, se aprobó en 2016 para aquellos pacientes que deciden dar un giro a su vida de 180 grados, incorporando una dieta sana y equilibrada y ejercicio diario. Sin ese cambio el fármaco no sería eficaz y estaría contraindicado.
No tiene grandes efectos secundarios pero tomado sin prescripción médica, según indica Ochoa, puede provocar ''como efecto adverso principal, la hipoglucemia''. Esto, según avanza, puede terminar en ''desmayos o temblores''. Asimismo, su uso debe ir incrementándose poco a poco, sino puede producirse un efecto rebote y regresar al peso en el que te encontrabas, además de provocar daño al propio páncreas.
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