¿Qué es el 'Efecto Zeigarnik'? El fenómeno que nos permite recordar las cosas que tenemos por terminar
Investigación y Tecnología
Puede utilizarse para mejorar la gestión del tiempo y evitar la procrastinación
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El efecto Zeigarnik es un fenómeno psicológico que describe la tendencia de las personas a recordar mejor las tareas inacabadas que aquellas que han sido completadas. Este concepto fue identificado por la psicóloga soviética Bluma Zeigarnik en la década de 1920, cuando observó que los camareros en un restaurante podían recordar con gran precisión los pedidos de los clientes mientras aún no se hubieran pagado, pero una vez que la transacción se completaba, los detalles se desvanecían rápidamente de su memoria.
La explicación detrás de este fenómeno radica en cómo nuestro cerebro maneja la información y la motivación. Cuando una tarea queda incompleta, se genera una tensión cognitiva que mantiene la información activa en nuestra mente y que desaparece una vez que la tarea se concluye, lo que lleva a una menor retención de la información. Desde el punto de vista neuropsicológico, esto está relacionado con los sistemas de atención y memoria de trabajo, que priorizan aquello que aún requiere resolución.
¿Por qué se produce?
Este principio se manifiesta en múltiples aspectos de la vida cotidiana y en diversos ámbitos, como el aprendizaje, la productividad y el marketing. En el campo de la educación, por ejemplo, los estudiantes pueden aprovechar el efecto Zeigarnik al dividir su estudio en sesiones intercaladas con pausas estratégicas. Al detenerse antes de completar una sección o problema, se genera la tensión cognitiva que favorece la consolidación de la información. Esto explica por qué interrumpir brevemente una actividad puede ayudar a recordarla mejor más adelante.
Según explica el psicólogo Rafael Santandreu, este efecto ocurre porque nuestro cerebro organiza la información y administra las tareas de cierta manera. "Cuando empezamos una tarea, nuestra mente se enfoca en ella, y si no la terminamos, el cerebro sigue considerándola como una prioridad. Este estado de incompletitud genera una especie de tensión cognitiva que nos impulsa a querer resolverla, ya que nuestro cerebro busca constantemente el equilibrio y la resolución".
El psicólogo pone de ejemplo el ámbito de las relaciones amorosas, en el que el efecto Zeigarnik se hace evidente cuando una experiencia o emoción queda pendiente. Por ejemplo, un desacuerdo sin resolver o una conversación interrumpida pueden hacer que sigamos dándole vueltas al asunto durante más tiempo del que lo haríamos si hubiera tenido un desenlace claro. Esta dinámica mantiene nuestra atención en la relación, ya que la mente sigue intentando cerrar ese "ciclo abierto".
¿Cómo utilizarlo a nuestro favor?
En términos de productividad, este efecto puede utilizarse para mejorar la gestión del tiempo y evitar la procrastinación que se produce cuando ni siquiera hemos comenzado con esa tarea y la vamos posponiendo en el tiempo. Las personas a menudo postergan tareas porque parecen abrumadoras, pero iniciar aunque sea una pequeña parte puede crear el impulso necesario para continuar. Una estrategia útil es la técnica de "los cinco minutos", que consiste en comprometerse a trabajar en una tarea durante solo unos minutos. Al comenzarla, se activa el efecto Zeigarnik, lo que aumenta la probabilidad de que se desee seguir hasta completarla.
El marketing y la publicidad también han sabido capitalizar este fenómeno para captar la atención del público. Un claro ejemplo son los programas de televisión que terminan episodios con una escena de suspense que deja la historia inconclusa y genera la necesidad de ver el siguiente episodio. Las redes sociales y los videojuegos utilizan mecánicas similares al mostrar avances de contenido o dejar desafíos sin resolver, lo que mantiene a los usuarios enganchados y pendientes de la siguiente interacción.
En el ámbito de la escritura y la narrativa, los escritores pueden aprovechar el efecto Zeigarnik al estructurar sus textos de manera que dejen preguntas abiertas o puntos sin resolver. Esto mantiene el interés del lector y lo impulsa a seguir avanzando en la historia. En las conversaciones y la comunicación persuasiva, se puede utilizar este principio al plantear ideas de manera que generen curiosidad y motiven a la otra persona a querer más información.
Sin embargo, este fenómeno también tiene una contrapartida negativa. La tendencia a recordar tareas incompletas puede contribuir al estrés y la ansiedad, especialmente cuando se acumulan múltiples responsabilidades sin resolución. Para evitar que este efecto genere una sobrecarga mental, es útil aplicar estrategias como llevar un registro de pendientes, establecer plazos concretos y fragmentar las tareas en partes manejables. Esto permite reducir la tensión cognitiva y avanzar de manera más organizada.
En definitiva, el efecto Zeigarnik es una herramienta que puede aprovecharse para mejorar la memoria, la productividad y la motivación. Comprender cómo nuestro cerebro gestiona la información incompleta nos permite utilizarlo a nuestro favor en múltiples aspectos de la vida. Desde potenciar el aprendizaje, hasta incrementar la efectividad en el trabajo y el entretenimiento, este principio nos ofrece una clave para mantener la atención y el compromiso en aquello que nos proponemos. Aun así, todavía hace falta más investigación para determinarlo.
Fuentes bibliográficas:
Psicología y mente (2025, febrero). Efecto Zeigarnik: el cerebro no soporta que lo dejen a medias.
Rafael Santandreu (2021). El efecto Zeigarnik en el amor: qué es y por qué se produce.
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