Efecto espectador: cuando la indiferencia hacia los demás se convierte en norma

Investigación y Tecnología

Cada persona que presencia el acto da por hecho que será otra quien tome la iniciativa, lo que resulta en que nadie actúe

Qué dice la psicología de las personas que siempre hacen favores a los demás

Efecto espectador
Efecto espectador / Freepik

En una fría madrugada de marzo de 1964, en el barrio neoyorquino de Kew Gardens, Kitty Genovese, una joven de 28 años, fue brutalmente atacada y asesinada cerca de su hogar. A pesar de que se informó que múltiples vecinos escucharon sus desesperados gritos pidiendo auxilio, ninguno intervino, ni llamó a la policía. Este trágico suceso puso de manifiesto una inquietante realidad sobre la naturaleza humana: la tendencia a la inacción en situaciones de emergencia cuando hay otros presentes. Este fenómeno, conocido como el "efecto espectador" o "síndrome de Genovese", revela cómo la presencia de múltiples testigos puede diluir la responsabilidad individual, llevando a una parálisis colectiva que impide brindar ayuda a quienes más lo necesitan.

El término "efecto espectador" fue acuñado por los psicólogos sociales Bibb Latané y John Darley en la década de 1960, inspirados por el caso de Kitty Genovese. A través de una serie de experimentos, demostraron que la probabilidad de que una persona intervenga en una emergencia disminuye a medida que aumenta el número de testigos presentes. Este fenómeno se debe, en gran medida, a la difusión de la responsabilidad. Cada persona que presencia el acto da por hecho que será otra quien tome la iniciativa, lo que resulta en que nadie actúe. Además, la incertidumbre sobre cómo responder y la tendencia a imitar el comportamiento de los demás pueden reforzar esa inacción colectiva.

Casos emblemáticos y repercusiones sociales

El asesinato de Kitty Genovese no es el único ejemplo que ilustra el efecto espectador sino que hay numerosos incidentes que han evidenciado cómo grupos de personas permanecen pasivos ante situaciones críticas, confiando en que otros intervendrán. Esta apatía colectiva no solo tiene implicaciones en emergencias médicas o en actos violentos, sino también en contextos cotidianos donde se requiere ayuda, como asistir a una persona mayor a cruzar la calle o intervenir en casos de acoso escolar. La comprensión de este fenómeno ha llevado a campañas de concienciación que buscan empoderar a la sociedad para que las personas contribuyana a romper ese ciclo de inacción y asuman la responsabilidad de actuar, incluso cuando otros están presentes.

El efecto espectador nos confronta con una realidad incómoda sobre la naturaleza humana y nuestra tendencia a diluir la responsabilidad en presencia de otros. Sin embargo, al reconocer este patrón, tenemos la oportunidad de cambiarlo y cada uno de nosotros posee ese poder de marcar la diferencia en momentos críticos. Al tomar conciencia de nuestra inclinación a la pasividad y al decidir conscientemente intervenir, podemos transformar situaciones de desesperanza en actos de solidaridad y humanidad. Recordemos que, en muchos casos, una sola acción valiente puede inspirar a otros a seguir el ejemplo y, juntos, romper la cadena de indiferencia que el efecto espectador perpetúa.

Cómo prevenir el efecto espectador o síndrome de Genovese

Para ofrecer ayuda en una situación de emergencia, es fundamental que la persona identifique la mejor forma de intervenir. Sin embargo, incluso cuando alguien decide actuar, pueden surgir obstáculos que le impidan hacerlo. Por ejemplo, puede sentir que carece de las habilidades necesarias o que los riesgos de su intervención son demasiado altos. Las investigaciones, algunas de ellas publicadas en la web Psicólogo Online, indican que para fomentar la conducta de ayuda es clave eliminar los factores que la inhiben, reforzar la norma de reciprocidad y promover valores como la prosocialidad y el altruismo.

Si podemos aprender a ser altruistas, ¿cómo podemos extender este aprendizaje a nivel social? A continuación, algunas estrategias para fortalecer el altruismo y la ayuda mutua:

  • Eliminar las barreras a la acción altruista: Reducir la ambigüedad de las situaciones y fomentar un sentido de responsabilidad personal. También es útil activar el sentimiento de culpa y la preocupación por la propia imagen, ya que pueden motivar la acción.
  • Promover el altruismo en la sociedad: Educar en la inclusión moral, proporcionar modelos de comportamiento altruista, aprender a través de la práctica, atribuir las acciones altruistas a valores internos y comprender los mecanismos psicológicos que rigen el altruismo.

Al adoptar estas prácticas, podemos contribuir a construir una sociedad más solidaria y activa ante las necesidades de los demás.

Referencias bibliográficas.

Psicólogo Online (2020, 28 de septiembre). El efecto espectador: teoría de la psicología social.

Darley, J. M., Latané, B., (1968). Group inhibition of bystander intervention in emergencies. in Journal of Personality and Social Psychology, 10:308-324.

Myers, D. G., (1983). Social Psychology. New York: McGraw-Hill.

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