Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Voces
Investigación y Tecnología
El earthing o grounding (conexión a tierra) es una práctica que implica el contacto directo de la piel, principalmente de los pies, con la superficie de la Tierra. Es decir se trata de caminar descalzo pero por lugares como la playa o el césped, ya que al estar en contacto con la Tierra, el cuerpo absorbe electrones libres que pueden actuar como antioxidantes y ayudar a equilibrar el cuerpo a nivel energético.
Para que sea efectiva, tienes que realizarla de 40 a 60 minutos al día. Es una práctica normal y corriente, pero que ya en el mundial de Qatar de 2022, Luis Enrique la hacía para relajarse y bajar los niveles de estrés del momento. El contacto con la Tierra ayuda a equilibrar los niveles de cortisol, especialmente en personas con desajustes en su ritmo circadiano y, por eso, es uno de los principales beneficios de practicar 'earthing'. Pero no son los únicos beneficios que tiene para la salud.
Hay que decir que si bien es cierto que se han llevado a cabo varios estudios, "es una práctica que realmente no tiene una evidencia científica amplia. Entonces, a día de hoy, no existe una evidencia científica significativa de que realmente esto produce un beneficio a la salud", declara Juan Carlos Montero, vocal del ilustre Colegio de Podología de Madrid en el portal CuídatePlus.
Caminar descalzo, especialmente sobre superficies naturales como la tierra, el césped o la arena, activa una gran cantidad de músculos en los pies que no se suelen notar cuando usamos zapatos. Esta actividad contribuye al fortalecimiento de los arcos del pie y mejora la estabilidad y la resistencia muscular, lo que puede prevenir afecciones como el pie plano.
El earthing puede influir positivamente en la postura corporal. Al caminar descalzo sobre superficies irregulares, el cuerpo realiza pequeños ajustes automáticos que pueden mejorar el equilibrio y la alineación de todo el cuerpo, desde los pies hasta la columna vertebral. Por lo que van a ayudar a corregir desequilibrios posturales consecuencia del uso prolongado de zapatos mal ajustados o del sedentarismo.
La propriocepción es la capacidad del cuerpo para percibir su posición en el espacio. Caminar descalzo sobre la Tierra aumenta la sensibilidad en las plantas de los pies, lo que ayuda a mejorar la propriocepción. Esto puede prevenir lesiones, mejorar el equilibrio y aumentar la agilidad.
El contacto directo de los pies con el suelo, especialmente cuando se camina sobre superficies naturales, estimula la circulación sanguínea en la zona. Un mejor flujo sanguíneo en los pies es esencial para mantener tejidos sanos y promover la recuperación de lesiones. Además, mejora la oxigenación de los músculos y tejidos, ayudando a reducir la fatiga en los pies.
Caminar descalzo, especialmente sobre terrenos suaves como el césped o la arena, puede distribuir de manera más equilibrada el peso corporal, reduciendo la presión en áreas específicas de los pies. Esto puede ser beneficioso para personas con problemas como callos, juanetes o dolor en el talón, ya que se libera la tensión acumulada en estas áreas.
El uso frecuente de zapatos apretados o con tacón alto puede contribuir a deformidades en los pies, como dedos en martillo o hallux valgus (juanetes). El grounding, al promover el caminar descalzo, permite que los dedos se muevan con libertad y ayuda a evitar la compresión del pie, lo que a largo plazo puede prevenir estas deformidades.
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