¿Cómo detectar el autismo en la etapa adulta?

Detectar el autismo en adultos puede ser un proceso complejo, ya que sus síntomas pueden ser sutiles o confundirse con los de otros trastornos de salud mental. Sin embargo, recibir un diagnóstico adecuado puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de una persona, al permitirle comprender mejor sus experiencias y acceder al apoyo necesario. A continuación, exploramos cómo identificar señales de trastornos del espectro autista (TEA) en adultos y los pasos para obtener un diagnóstico.

El autismo, como se describe en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Americana de Psiquiatría, donde se clasifican los trastornos mentales y coordinado con la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud es una condición del neurodesarrollo que afecta principalmente a la comunicación, la interacción social y la conducta.

En la infancia, es común que los síntomas se detecten mediante problemas visibles como dificultades para hablar, interés restringido en actividades o comportamientos repetitivos. En la adultez, sin embargo, las manifestaciones pueden ser menos obvias debido a la experiencia adquirida en la adaptación a las expectativas sociales, por lo que la identificación del autismo es más difícil.

Señales comunes del autismo en adultos

Diagnosticar los trastornos del espectro autista en los adultos es más complicado que hacerlo en los niños ya que en los adultos puede coincidir con los de otros trastornos de salud mental, como el trastorno de ansiedad o el trastorno de déficit de atención con hiperactividad. Aun así podemos prestar atención a algunas señales que nos permitan identificarlo.

Por ejemplo, algunas personas pueden sentirse incómodas en situaciones sociales, tener problemas para interpretar señales no verbales o evitar el contacto visual. En una entrevista realizada al director general de la Asociación de Autismo Sevilla, Marcos Zamora, nos contaba que "el autismo es una condición que implica una gran diversidad desde personas que pueden tener unas capacidades intelectuales dentro de la normalidad o destacadas hasta personas con discapacidad intelectual y grandes barreras sociales y comunicativas".

"Son muy vulnerables al síndrome de burnout"

No obstante, "las personas con autismo", explica Marcos Zamora, "disfrutan de la relación con las personas y son plenamente felices cuando participan y son miembros activos de la comunidad en la que viven, pero para ello necesitan de los apoyos adecuados, de herramientas para poder comprender el mundo social que les rodea y el respecto y accesibilidad de los entornos en los que participan".

Por otra parte, son personas que tienen interesas muy concretos y específicos y les guste dedicar su tiempo a aprender sobre esos temas. De igual manera, si observamos que tienen rutinas muy marcadas, repiten muchos movimientos o tienen la necesidad de seguir ciertos patrones en el día a día.

"Un diagnóstico adecuado también abre puertas a apoyos especializados"

Las personas con autismo tienen una mayor sensibilidad sensorial, por lo que suelen reaccionar de manera intensa a ciertos sonidos, luces, texturas o sabores, experimentando incomodidad o incluso dolor en ciertos entornos, sobre todo, los que son más impredecibles o inesperados. Aunque estos signos pueden ser indicativos de TEA, no son exclusivos de esta condición. Por ello, es importante que el diagnóstico definitivo lo realice un profesional como un neuropsicólogo, un psicólogo o un psiquiatra con experiencia en trastornos del espectro autista.

Actualmente, las investigaciones están explorando cómo perfeccionar los métodos de diagnóstico y adaptar los servicios para adultos con TEA. Por ejemplo, estudios como el de Lai et al. (2015) publicado en The Lancet Psychiatry resaltan la importancia de incluir a familiares en el proceso de diagnóstico y desarrollar herramientas específicas para evaluar síntomas en adultos. Además, se está trabajando en identificar intervenciones efectivas que promuevan la inclusión social y el bienestar psicológico en esta población.

El adulto autista en el trabajo

El autismo en adultos puede influir de manera significativa en el ámbito laboral, ya que las dificultades para resolver problemas y otros que están relacionados con la comunicación suelen ser factores que aumentan el riesgo de despido, marginación y exclusión social. Además de las dificultades evidentes en la comunicación, las personas con autismo suelen experimentar problemas en situaciones laborales desestructuradas, como los descansos, reuniones sin una agenda definida o actividades sociales espontáneas.

Estas circunstancias, que para muchas personas pueden parecer triviales, pueden causarles gran incomodidad y ansiedad. Asimismo, la falta de independencia también puede causarles frustración y sentimientos de culpa, especialmente por no poder cumplir con las expectativas que la sociedad y el entorno laboral imponen. Un problema recurrente en los adultos con autismo es su vulnerabilidad al síndrome de burnout, una condición de agotamiento físico y mental crónico que surge en entornos laborales exigentes y que puede ser frecuente en personas autistas debido a las demandas adicionales que enfrentan en el trabajo, las cuales pueden ser superiores a sus capacidades y a lo que ellos pueden abarcar.

Sin embargo, no todo son barreras. Según el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), los adultos con autismo que cuentan con habilidades lingüísticas e intelectuales avanzadas tienden a encontrar un nicho laboral que se ajusta a sus intereses y capacidades específicas. Este ajuste puede ser clave para potenciar sus fortalezas, como la atención al detalle, el pensamiento lógico y la especialización en tareas concretas, lo que les permite destacar en determinadas áreas. Estas habilidades pueden ser valiosas en campos como la tecnología, la investigación científica, la creatividad artística o el análisis de datos.

Avances en la investigación

En los últimos años, hay estudios que invitan a la reflexión de manera crítica sobre las oportunidades y condiciones laborales para los adultos con autismo. Más allá de garantizar su acceso al empleo, se hace necesario considerar aspectos como la calidad de vida, el desarrollo personal y profesional, y la estabilidad ocupacional a largo plazo. Esta perspectiva incluye también al ecosistema comunitario que rodea a la persona, tales como su familia y su red de apoyo, además de promover entornos laborales más inclusivos y adaptados a las necesidades individuales.

En este contexto, avanzar hacia prácticas laborales más inclusivas significa no solo reconocer las limitaciones que el autismo puede implicar, sino también valorar las contribuciones únicas que las personas autistas pueden ofrecer. Esto requiere implementar políticas que promuevan la flexibilidad, la comunicación clara y la creación de entornos estructurados, donde las expectativas y las tareas sean definidas de manera concreta. Así, se puede garantizar no solo la integración laboral, sino también el bienestar y la realización personal de los adultos con autismo.

Fuentes referenciales:

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26544750/

https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/trastornos-del-espectro-autista

https://www.autismeurope.org/wp-content/uploads/2020/02/People-with-Autism-Spectrum-Disorder.pdf

https://www.psychiatry.org/news-room/news-releases/asociacion-americana-de-psiquiatria-publica-el-man

https://blogcreap.imserso.es/-/recomendaci%C3%B3n-bibliocreap-manual-diagn%C3%B3stico-y-estad%C3%ADstico-de-los-trastornos-mentales

https://www.unobravo.com/es/blog/autismo-en-adultos