El desinfectante de 'toda la vida' vinculado a una enfermedad de la piel
Este antiséptico era el más popular para curar heridas, rasguños o quemaduras durante generaciones, aunque se descubrió que era inactivo en presencia de sangre y provocaba irritación en la piel
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Hay remedios y 'antídotos' en botiquines que han teñido y sanado las heridas de varias generaciones. En los años ochenta los niños se caían igual que ahora, pero entonces se les impregnaba con un líquido rojo que permanecía en la piel durante días. Muchos son capaces de recordar como aquel líquido rojo intenso teñía los codos y rodillas de todos los niños. Un clásico que nuevas eras no han visto debido a los aspectos negativos que se le han vinculado al desinfectante común que se usaba en este tipo de situaciones: la mercromina. Con el paso de los años, además, han ido apareciendo métodos más eficaces y modernos como la Povidona Yodada o Betadine o la Clorhexidina o Cristalmina. Aún así, todavía puede encontrarse en alguna 'botica', aunque los expertos ya no recomiendan su uso debido a que puede llegar a provocar una enfermedad de la piel.
La Mercromina es el nombre comercial de un antiséptico dermatológico cuyo principio activo principal es la merbromina, diluida al 2%, un compuesto de color verde en estado sólido, que al diluirse adquiere el color rojo carmín tan característico. Su origen se remonta a los años 30 con el objetivo de desinfectar heridas superficiales, quemaduras y rozaduras. Su efecto secante provocaba una costra superficial sobre la herida húmeda. Su aplicación se hacía a través de gotas en contacto directo con la piel.
Pese a su boom hasta los noventa, poco a poco cayó en desuso. Sólo en ocasiones puede indicarse para secar los bordes de una herida o en heridas que tienden a ser húmedas. En su lugar, y pese a su baja toxicidad, el efecto para eliminar microorganismos que pudieran complicar la evolución de una herida, no es tan potente como se pensaba en sus años de gloria. De hecho, se ha comprobado que su acción puede evitar que las bacterias se multipliquen, pero no las elimina por lo que su actuación frente a las esporas, los virus y las micobacterias es muy limitada. En su lugar, como hemos mencionado, ha sido sustituida por antisépticos más modernos con gran poder bactericida -que destruyen o matan las bacterias-.
Asimismo, su color tan popular como potente, también enmascara otro aspecto negativo: impide ver el estado de la herida y su evolución. En este sentido, los mejores desinfectantes son aquellos que son transparentes y no enmascaran el aspecto del rasguño que se intenta curar. Pero lo más preocupante, según demostraron investigaciones y alertaron expertos, es que puede producir daños en la piel.
DERMATITIS DE CONTACTO
Con el paso de los años, la propia comunidad médica y los expertos fueron observando que este apreciado compuesto, además, era inactivo en presencia de sangre y provocaba irritación y sensibilidad en la piel. Esto último se conoce como dermatitis de contacto, un sarpullido que produce picazón en la piel tras el contacto con una sustancia.
Este sarpullido suele aparecer días después de la exposición a la sustancia o el material en concreto y puede ser muy molesto. Muchas sustancias pueden causar esta reacción, como los cosméticos, las fragancias, las joyas y las plantas. Pero, además, otros antisépticos también pueden resultar agresivos para nuestra piel.
Si se localiza y evita la sustancia que causa la reacción, el sarpullido generalmente desaparece de 2 a 4 semanas. Según indican desde Mayo Clinic, para calmar la picazón en la piel, puedes aplicar un paño frío y húmedo y tomar otras medidas de cuidado personal.
Por ejemplo, el agua oxigenada,agua oxigenada otro clásico para desinfectar las heridas en España, reseca la piel y, además, retrasa la cicatrización de la propia herida. Su efecto s poco potente porque las catalasas (enzimas) de los tejidos vivos la inactivan. Como antiséptico, suele usarse para limpiar heridas muy sucias debido a su efecto anaeróbico, pero nunca debe usarse en brechas cerradas, ya que libera oxígeno y por lo tanto puede ser peligroso.
En esta misma línea, el alcohol etílico o alcohol de 96º, no debe usarse para tratar heridas abiertas, ya que no afecta las sustancias orgánicas (es decir, sangre y pus) y puede causar quemaduras y piel seca. Si se recomienda su uso en heridas superficiales o en hemorragias nasales.
Y recuerda siempre que no deben mezclarse varios antisépticos a la vez porque podrían interaccionar entre sí y esto dificultaría la curación de la herida o, en ocasiones, provocar irritaciones y o algún problema en la piel.
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