¿Cómo debemos cuidar nuestra piel cuando llega el frío?

Investigación y Tecnología

El aire seco y frío del exterior, junto con el aire caliente y seco en interiores, extrae humedad de nuestra piel, provocando sequía y, en algunos casos, incluso grietas o heridas

Trucos para tener una piel hidratada en invierno

Cuidado de la piel con el frío
Cuidado de la piel con el frío / Canva

Con la llegada del invierno, el clima frío y seco puede afectar seriamente la salud de nuestra piel, haciéndola más vulnerable a la sequía, irritación y descamación. La piel, nuestro órgano más grande, necesita cuidados especiales durante esta época del año para mantener su equilibrio y protección natural. El invierno puede ser una temporada difícil para nuestra piel, pero con los cuidados adecuados, podemos mantenerla hidratada, protegida y saludable.

Durante el invierno, el aire seco y frío del exterior, junto con el aire caliente y seco en interiores, extrae humedad de nuestra piel, provocando sequía y, en algunos casos, incluso grietas o heridas. Además, muchos piensan que el sol no es tan fuerte en invierno, pero los rayos UV siguen presentes, lo que puede acelerar el envejecimiento y causar daños a largo plazo.

Recomendaciones para cuidar la piel en invierno

1. Hidratar, hidratar y… ¡hidratar!

La hidratación es el paso más crucial para mantener la piel en buen estado durante el invierno. Usar una crema hidratante espesa ayuda a proteger la barrera cutánea y previene la pérdida de agua. Opta por cremas con ingredientes como ácido hialurónico, glicerina y ceramidas, que retienen la humedad y mantienen la piel suave.

2. Evitar duchas largas y con agua caliente

Aunque una ducha caliente es tentadora en el frío, el agua caliente elimina los aceites naturales de la piel, dejándola más seca y vulnerable. Se recomienda usar agua tibia y limitar el tiempo de ducha a no más de 10 minutos. Además, aplica la crema hidratante inmediatamente después de secarte para sellar la humedad.

3. Usar protector solar todos los días

El protector solar no es solo para el verano. Los rayos UVA, responsables del envejecimiento, están presentes incluso en días nublados de invierno. Aplicar un protector solar de amplio espectro con al menos SPF 30 cada mañana en el rostro y en cualquier parte expuesta de la piel.

4. Evitar productos de limpieza agresivos

Los limpiadores fuertes o con alto contenido de alcohol pueden despojar la piel de sus aceites naturales, aumentando la sequedad y la sensibilidad. Opta por limpiadores suaves y sin fragancias, que limpian sin resecar como por ejemplo un limpiador a base de aceite para quienes tienen la piel muy seca.

5. Exfoliación moderada

La exfoliación ayuda a eliminar las células muertas, pero en invierno debe hacerse con precaución para evitar dañar la barrera cutánea. Limita la exfoliación a una vez por semana y escoge productos suaves, como exfoliantes químicos con ácido láctico o mandélico en lugar de exfoliantes físicos.

6. Usar un humidificador en casa

El uso de calefacción en el hogar disminuye la humedad del ambiente, contribuyendo a la sequía de la piel. Un humidificador ayuda a reponer la humedad en el aire, lo que beneficia tanto a la piel como al sistema respiratorio. Intenta que el humidificador esté en zonas donde pases más tiempo, especialmente en el dormitorio.

7. Proteger las manos y labios

Las manos y los labios son particularmente vulnerables al frío. Usa guantes cuando estés al aire libre y un bálsamo labial que contenga ingredientes como lanolina o manteca de karité para proteger los labios de la secuencia. Además, ponte crema en las manos regularmente para evitar que se resequen y agrieten.

8. Cuidar la piel de los pies

Aunque los pies están cubiertos en invierno, también requieren cuidados, así que ponte una crema hidratante en los pies antes de irte a dormir y, si es posible, utiliza calcetines de algodón para ayudar a mantener la hidratación. Esto evita la sequía y las durezas que pueden formarse durante los meses fríos.

9. Evitar cambios bruscos de temperatura

Los cambios drásticos de temperatura, como pasar de un ambiente cálido a uno muy frío, pueden causar que la piel se enrojezca e irrite. Trata de proteger la piel cubriéndola con bufandas o gorros y evita exponerte directamente al viento frío, que también contribuye a la deshidratación.

10. Incorporar aceites faciales

Los aceites faciales, como el aceite de argán o el de jojoba, pueden ser una excelente opción en la rutina de cuidado en invierno ya que estos aceites crean una capa protectora en la piel y ayudan a mantener la hidratación. Puedes aplicarlos solos o mezclarlos con tu crema hidratante.

11. Beber suficiente agua

A menudo olvidamos que la hidratación interna la cual también es clave para una piel saludable. Beber agua durante el invierno puede costar más que hacerlo en verano, pero es fundamental para mantener la piel hidratada desde dentro.

Lo que NO debemos hacer en invierno para cuidar la piel

1. Evitar el uso de productos exfoliantes diariamente fuertes

El abuso de exfoliantes puede dañar la barrera protectora de la piel y dejarla más expuesta al clima. Es importante mantener un equilibrio y evitar exfoliar en exceso.

2. No utilizar productos con retinol sin precaución

El retinol es un excelente ingrediente para combatir los signos de envejecimiento, pero puede resecar la piel. Durante el invierno, es mejor reducir su frecuencia o alternarlo con un producto hidratante.

3. No ignorar la protección solar en días nublados

El error más común en invierno es pensar que no necesitamos protector solar si no hace sol. Aunque no veamos el sol, los rayos UV penetran las nubes y siguen afectando la piel, así que no omitas este paso en tu rutina.

4. Evitar el uso excesivo de maquillaje mate

El maquillaje mate tiende a resecar la piel. En invierno, es bueno optar por fórmulas hidratantes o productos con acabado luminoso que no exacerben la sequía.

5. No pasar por alto la rutina de cuidado nocturno

Durante la noche, la piel se recupera, por lo que es el momento ideal para usar productos ricos en nutrientes. Utiliza una crema de noche o un sérum nutritivo que potencia la regeneración y reparación de la piel.

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