Cuatro actividades mentales con las que podemos evitar el deterioro cognitivo leve
Investigación y Tecnología
Mantener una mente ágil y saludable ayuda a prevenir o retrasar trastornos neurodegenerativos
Deterioro cognitivo leve: principales causas y factores de riesgo
El deterioro cognitivo leve es una preocupación creciente en una sociedad donde la esperanza de vida se ha extendido significativamente. Mantener una mente ágil y saludable no solo contribuye a la calidad de vida en la vejez, sino que también ayuda a prevenir o retrasar trastornos neurodegenerativos.
Afortunadamente, existen actividades mentales que pueden desempeñar un papel crucial en este proceso, favoreciendo la plasticidad cerebral y fortaleciendo nuestras capacidades cognitivas.
En este sentido, ahora que estamos en vísperas de Navidad, de recepción y entrega de regalos, podemos contribuir a ayudar a personas que estén a nuestro alrededor o si por el contrario queremos ayudarnos a nosotros mismos, podemos autorregalarnos bienestar poniendo en práctica algunas de estas actividades cotidianas. Siempre han estado ahí y son fáciles de llevar a cabo con las que podemos fomentar conexiones y pasar ratos agradables en buena compañía familiar o de amigos.
Lectura regular
Leer a diario o, al menos, de manera frecuente es uno de los hábitos que constituyen una de las maneras más efectivas con la que podemos estimular nuestra imaginación y nuestro pensamiento crítico, además de fomentar la conexión neuronal al exponernos a nuevos conceptos, ideas y vocabulario.
Al enfrentarnos a historias complejas o a textos técnicos, nuestro cerebro trabaja intensamente para procesar, almacenar y comprender la información, lo que refuerza nuestras habilidades de memoria, atención y razonamiento.
Aprender nuevas habilidades
Desde tocar un instrumento musical hasta aprender un idioma o un hobbie nuevo, estas tareas requieren un alto nivel de concentración y estimulan múltiples áreas del cerebro.
Aprender algo nuevo activa circuitos neuronales que antes no se utilizaban o que estaban subutilizados, lo que contribuye a la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para adaptarse y reestructurarse. Además, el proceso de superar desafíos asociados con el aprendizaje genera satisfacción personal y reduce el estrés, lo que también es un beneficio para la salud mental.
Resolver acertijos y problemas matemáticos
Esta es otra forma eficaz de mantener el cerebro activo. Actividades como los crucigramas, los sudokus o los juegos de lógica exigen un uso intensivo del pensamiento lógico y la memoria operativa. Estas tareas nos ayudan a entrenar la habilidad de resolver problemas, una función esencial que suele deteriorarse con el tiempo.
Además, la práctica constante de estas actividades mejora la atención y nos enseña a gestionar la frustración, lo cual es clave para mantener una mente resiliente y flexible.
Meditación y los ejercicios de plena atención
La meditación y los ejercicios de atención plena son herramientas valiosas para cuidar la mente. Aunque a primera vista no parecen actividades "mentales" tradicionales, la práctica de la meditación fortalece el enfoque y la concentración, al tiempo que reduce el estrés crónico, un factor que puede contribuir al deterioro cognitivo.
Al practicar la atención plena, entrenamos nuestra capacidad de vivir en el presente, lo que mejora tanto la memoria como la claridad mental.
Estas actividades no solo son útiles para prevenir el deterioro cognitivo leve, sino que también contribuyen al bienestar general, fomentando una mente sana y equilibrada. Por lo que invertir tiempo en ejercitar el cerebro debería ser una prioridad, ya que los beneficios son mayores también en el futuro y nos preparan para afrontar problemas de la vida con una mayor capacidad cognitiva y emocional.
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