¿Por qué nos cortamos el cabello cuando estamos mal emocionalmente?

Bienestar

Cuando una persona se corta radicalmente el pelo, es porque hay una necesidad interna de cambio

Las emociones que sentimos tienen una relación muy estrecha con la salud capilar

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Mujer cortándose el cabello.
Mujer cortándose el cabello.

Los grandes cambios físicos también conllevan un cambio interior. Cuando una persona se corta radicalmente el pelo, es porque hay una necesidad interna de cambio con fuertes revuelos emocionales y ese mensaje se transmite a través del pelo.

Cuando sucede un acontecimiento importante a la vez que negativo que te cambia la vida, te mueve la motivación de querer comenzar una nueva etapa y se hace con un cambio radical en el pelo. Puede ser un color diferente o un corte en el cabello. Este último es la manera más inmediata de ver ese cambio que tanto deseas para que se establezca cuanto antes el punto de partida de una nueva etapa.

Este pequeño gran cambio, al ser físico, no altera la personalidad, ni la esencia de la persona, pero le da un extra de positividad y un soplo de aire fresco a su vida. Aunque sea una buena idea, tampoco conviene dejarse llevar por la impulsividad y hacerse cualquier cosa en la cabeza.

Cabello y emociones

El cabello y las emociones siempre han tenido una relación estrecha. Por ejemplo, cuando estás atravesando una época de mucho estrés el cabello se vuelve más débil y se cae. Un cabello sano crece alrededor de un centímetro al mes. Sin embargo, los estados de ánimo también pueden influir en la velocidad con la que crece y en su pérdida.

Cuando se sufre de estrés, el cuerpo libera cortisol. Esta hormona tiene una serie de consecuencias negativas en nuestro organismo y una de ellas es el daño en la salud capilar. Cuando una persona está mentalmente equilibrada, hay una aceptación de sí misma, se tiene amor propio, respeta sus emociones y se autocompadece, entre otras muchas cosas, el cabello se vuelve más brillante y se verá más sano y bonito.

A fin de cuentas, el estado interior se refleja en el exterior y guarda una estrecha relación con la felicidad y con la tristeza.

A través del cabello se cuentan historias personales. Cuando no aceptas tu cabello, es porque hay una parte de ti que tampoco aceptas y por eso decides cortarlo y hacer un cambio radical.

Esta relación no son teorías nuevas. Ya decía Coco Chanel: "Una mujer que se corta el cabello está a punto de cambiar su vida".

No hay que correr riesgos

Hay que tener cuidado con las decisiones que se toman respecto a los cambios y, en este caso, el de cabello. El trabajo es más profundo que un simple corte de pelo. Hay que pararse a pensar, ¿qué es lo que te lleva a querer hacer esa transformación? ¿Estás seguro de que haciéndola va a mejorar la percepción psicológica de tu situación?

Por ejemplo, si de lo que quieres pasar página es de una ruptura de pareja o la muerte de un familiar, tienes que tener en cuenta que el duelo hay que pasarlo. Muchas veces tienes el impulso de querer pasar de un extremo al otro pensando que tu vida mejorará, pero contempla la posibilidad de que tal vez no sea tu momento porque puede que no estés preparado para hacer ese cambio tan radical.

Es una reflexión que hay que hacer previamente antes de tocar cualquier aspecto de tu físico porque el corte de pelo es solo una parte de un proceso de transformación interna y no un fin a donde llegar.

A veces es como poner un parche rápido porque la satisfacción que te da te hace pensar que todo va a ser diferente, pero será a corto plazo. No es algo que perdure en el tiempo y si el problema por el que necesitas ese cambio urgente viene desde un sitio profundo, hay que trabajarlo con otro tipo de herramientas y con otro tipo de profesionales.

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