La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Marlaska, sé fuerte!
Consejos saludables
El otoño e invierno son las estaciones del año en las que los virus están más cómodos dentro de las personas y se lo pasan muy bien campando a sus anchas saltando de un cuerpo a otro. En este sentido, es conveniente crear una barrera formada por hábitos saludables para tener unas defensas fuertes de cara a esta época del año.
¿Te sientes cansado por más horas que duermes? ¿Tienes infecciones frecuentes, lesiones que tardan en curarse? Echa el freno y párate a reflexionar porque son algunos indicios de que tu sistema inmune está debilitado y las próximas estaciones de frío no lo ponen fácil. Así que presta atención a estos ocho consejos que te damos para ayudar a que tus defensas estén más fuertes en otoño y en invierno.
La primera regla de oro es llevar una alimentación sana que incluya variedad de frutas (es mejor poca cantidad, pero varios tipos, que mucha cantidad de una sola), verduras, proteínas magras, los granos enteros que se encuentran en los elementos integrales (pan integral, pasta integral o arroz integral respectivamente), alimentos que contengan vitaminas C, D y antioxidantes (cítricos, pimientos, ajo y jengibre).
Paralelamente es igual de importante, mantener una hidratación adecuada ya que la falta de agua puede debilitar tus defensas.
Es importante controlar el peso para no tener ni peso de más, ni peso de menos porque también sería señal de que tienes un sistema inmunológico debilitado.
El sueño es esencial para un sistema inmunológico saludable. Durante el sueño, tu cuerpo repara y regenera células importantes para la función inmunológica. Intenta dormir al menos 7-8 horas por noche y establece una rutina regular de sueño para mejorar la calidad de tu descanso.
Este mismo también tiene que ser para la mente. Vivimos en entornos en los que se reciben mucha sobreestimulación durante casi todo el día y hay que hacer descansos regulares para cuidar de la salud mental.
El estrés crónico puede debilitar tu sistema inmunológico y también afectar a tu visión. Practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga, la respiración profunda y el ejercicio regular puede ayudar a reducir el estrés y fortalecer tus defensas.
Practicar ejercicio moderado y de forma regular mejora la circulación, promueve un sueño más reparador y fortalece el sistema inmunológico. No es necesario hacer entrenamientos intensos. Caminar a paso ligero durante 30 minutos es suficiente para marcar la diferencia y tener un sistema inmunológico más fuerte, que si no se practicara nada de ejercicio.
El lavado de manos es una de las formas más efectivas de prevenir la propagación de gérmenes y enfermedades. Hay que lavarse las manos con regularidad, tal como se hacía en la época de la Covid-19, principalmente después de estar en lugares públicos o antes de comer.
Cuando vayas a estornudar o toser, cubre la boca y nariz para evitar propagar y contagiar enfermedades. Puedes utilizar un pañuelo o cubrirte con la parte interna del codo, sobre todo, al estornudar. Recuerda lavarte las manos después, siempre y cuando sea posible.
Al mezclarte con tanta gente, los virus tienen más posibilidades de propagarse.
Son hábitos que estropean la salud y debilitan el sistema inmunológico. Según la OMS, "el tabaco mata a más de 8 millones de personas cada año, de los cuales cerca de 1,3 millones son no fumadores que están expuestos al humo ajeno". Aprovecha para cortar con este vicio, ahora que estamos en época de propagación de virus.
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