¿Cómo ha conseguido un nuevo virus presente en la microbiota intestinal reducir la obesidad y la adicción a la comida, según un estudio?
Investigación y Tecnología
Se ha detectado ácido antranílico, una sustancia presente en el plasma sanguíneo, como posible protector frente a la adicción a la comida
"El estudio de la microbiota intestinal en la enfermedad de Crohn ha abierto la puerta a nuevos tratamientos"
Un estudio reciente liderado por el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), perteneciente al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ha identificado la asociación entre un tipo de virus presente en la microbiota intestinal, los 'Microviridae', y la adicción a la comida, así como la obesidad.
Tradicionalmente, las investigaciones sobre la microbiota intestinal se habían centrado en las bacterias, pero este descubrimiento pone de manifiesto el papel de otros microorganismos, como los virus, en el equilibrio de la salud intestinal, así como en la influencia de conductas relacionadas con la nutrición y el metabolismo. La investigación, publicada en la revista Nature Metabolism, también ha señalado el potencial del ácido antranílico, una sustancia presente en el plasma sanguíneo, como posible protector frente a la adicción a la comida.
Mayores niveles de triptófano
La adicción a la comida es un trastorno caracterizado por la pérdida de control sobre la ingesta alimentaria, lo que está vinculado a problemas como la obesidad. Este fenómeno activa mecanismos cerebrales similares a los que operan en otras formas de adicción. Según el estudio, la presencia de una especie de 'Microviridae' en la microbiota intestinal se relaciona con la obesidad y la adicción a la comida a través del metabolismo de la serotonina y la dopamina. Los investigadores descubrieron que la presencia de estos virus se asocia con mayores niveles de triptófano y tirosina en sangre, sustancias precursoras de la serotonina y la dopamina. Estos neurotransmisores juegan un papel esencial en la regulación del estado de ánimo, el placer, la saciedad y el sistema de recompensa cerebral, todos ellos mecanismos involucrados en la adicción.
"El estudio resalta la relevancia de incluir a los virus en el análisis de la microbiota intestinal, ya que tradicionalmente han sido ignorados", explicó Jordi Mayneris-Perxachs, jefe del grupo de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición del CIBEROBN, perteneciente al grupo de Medicina y Biología Integrativa de Sistemas del IDIBGI, y coautor de la investigación. Mayneris-Perxachs destacó además que el viroma, el conjunto de virus presentes en el intestino, es único para cada persona y se mantiene relativamente estable a lo largo del tiempo, lo que abre la puerta a desarrollar tratamientos personalizados contra la adicción a la comida.
Ácido antranílico: posible protector contra la adicción a la comida
A través de análisis metabolómicos realizados en muestras de sangre, los investigadores del IDIBGI observaron que la presencia de 'Microviridae' estaba relacionada con una menor concentración de ácido antranílico, un compuesto derivado del triptófano. Esto sugiere que esta sustancia podría tener un efecto protector contra la adicción a la comida. Para validar esta hipótesis, se llevaron a cabo experimentos administrando ácido antranílico a ratones y moscas de la fruta (Drosophila melanogaster).
En ratones, la suplementación con esta sustancia consiguió reducir los comportamientos relacionados con la adicción a la comida y alteró vías metabólicas relacionadas con la serotonina y la dopamina. En el caso de las moscas de la fruta, los estudios liderados por Anna Castells-Nobau, investigadora del CIBER-IDIBGI, evidenciaron que el ácido antranílico regulaba su comportamiento alimentario a través del metabolismo de la dopamina.
La investigación contó con la colaboración de especialistas del área de Salud Pública del CIBER (CIBERESP), la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio), la Universidad de Alicante y otros centros.
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