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El embarazo es una etapa de muchos cambios en la vida de una familia, pero fundamentalmente en la de la embarazada quien experimenta sensaciones muchas de ellas desconocidas. Las embarazadas no conocen cómo es la evolución de lo que se considera normal durante un embarazo y la barriga va cambiando de tamaño y forma. Hay que aprender a reconocer lo que sería un desarrollo normal, así como también ver cómo otras veces podemos encontrarnos con patologías como el 'coning'.
Se trata de un fenómeno que ocurre cuando los músculos abdominales de la embarazada, específicamente lo que se conoce como la línea alba, se separan temporalmente debido a la presión ejercida por el útero en crecimiento y sobresale hacia afuera. Esto provoca que, cuando la mujer realiza ciertos movimientos o esfuerzos (como levantarse de la cama o hacer ejercicios), el abdomen forme una especie de "cono" o protuberancia en el centro. En el siguiente vídeo, se puede ver lo que sucede cuando una embarazada tiene coning.
El coning en el embarazo puede ser una señal de diástasis de los rectos abdominales, es decir, una separación de los músculos abdominales que ocurre frecuentemente durante el embarazo debido al estiramiento de los mismos por el crecimiento normal de la barriga. Normalmente, no reviste gravedad, pero es recomendable ir observando su evolución, además de evitar movimientos que lo provoquen, ya que podría agravar la separación muscular.
La separación de los músculos abdominales puede debilitar el núcleo, lo que afecta a la estabilidad y al soporte de la columna vertebral y pelvis. Tener un núcleo débil puede llevar a que inconscientemente adoptemos posturas incorrectas, llegando a sobrecargar la espalda. Esto nos va a causar dolor en la zona lumbar o en la pelvis, además de empeorar dolores musculares y articulares.
Por otra parte, si la diástasis abdominal es muy grande después del embarazo, se necesitaría atención para trabajarla con un profesional de la fisioterapia para intentar cerrarla lo máximo posible ya que de tenerla más abierta de lo normal, es decir, superando los 2cm, se perdería fuerza y funcionalidad en los músculos abdominales afectando a la recuperación postparto.
1. Embarazo
Es la causa más común debido a que el útero en crecimiento ejerce presión sobre los músculos abdominales, haciendo que se separen para dejar espacio al bebé. Esta presión puede debilitar la línea alba, que es el tejido conectivo que une ambos lados del recto abdominal.
2. Ganancia de peso rápida
Un aumento repentino de peso, ya sea por embarazo o por otras razones, puede ejercer una tensión excesiva en los músculos abdominales, promoviendo su separación.
3. Genética
Algunas personas tienen predisposición genética a desarrollar diástasis debido a una debilidad en el tejido conectivo que une los músculos abdominales.
4. Edad
Con el paso del tiempo, los músculos y el tejido conectivo tienden a debilitarse, lo que puede aumentar el riesgo de diástasis, sobre todo en personas que ya han pasado por varias etapas de aumento de peso o embarazo.
5. Ejercicio inadecuado
Realizar ejercicios que impliquen presión excesiva en los músculos abdominales, como abdominales tradicionales o levantar pesas de manera incorrecta, puede contribuir a la separación de los músculos del recto abdominal.
6. Partos múltiples o consecutivos
Tener varios hijos en cortos períodos de tiempo deja poco tiempo para que los músculos se recuperen completamente entre embarazos, lo que aumenta el riesgo de diástasis.
7. Aumento de la presión intraabdominal
Situaciones como el estreñimiento crónico, toser de forma crónica o levantar objetos pesados de manera frecuente pueden aumentar la presión dentro del abdomen y contribuir a la diástasis.
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