Claves para detectar el síndrome de la desconexión cognitiva y que no afecte a la calidad de vida
Investigación y Tecnología
Las personas pueden sentirse mentalmente "apagadas" o incapaces de concentrarse en tareas cotidianas
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El síndrome de la desconexión cognitiva se caracteriza por una alteración en la integración de información entre distintas áreas del cerebro, lo cual lleva a una especie de "desconexión" o "interferencia" en el procesamiento cognitivo. Esta desconexión puede influir negativamente en la capacidad de interpretar y responder adecuadamente a estímulos externos y a nuestras propias experiencias internas, y puede manifestarse en una variedad de síntomas que afectan a la calidad de vida.
La desconexión cognitiva afecta el flujo de información entre regiones del cerebro encargadas de realizar diversas funciones y puede originarse por factores tan cotidianos como el estrés crónico, el consumo excesivo de tecnología o incluso ciertos trastornos psicológicos y psiquiátricos, como la ansiedad o la depresión.
Las desconexión cognitiva suele atribuirse a disfunciones en la "conectividad funcional" del cerebro, es decir, a la forma en que las diferentes áreas neuronales se comunican entre sí y, por tanto, cómo influye en la alteracion de ciertos patrones de comunicación en el cerebro de las personas que padecen esta condición.
Síntomas de la desconexión cognitiva
La desconexión cognitiva puede manifestarse de múltiples maneras, y los síntomas suelen variar dependiendo del nivel de desconexión y de las áreas cerebrales afectadas. Algunos de los síntomas más comunes pueden ser la dificultad para mantener la atención y la concentración. De hecho, es uno de los principales indicios que nos alertan de esta patología ya que las personas pueden sentirse mentalmente "apagadas" o incapaces de concentrarse en tareas cotidianas.
Por otra parte, es también normal encontrarnos con personas que presentan una desconexión afectiva, es decir, que se ven con dificultades para sentir emociones. Es como si la persona estuviera en una especie de "anestesia" emocional, llegando a interferir en las relaciones interpersonales, así como tener un sentido de desapego con respecto a los demás.
"El 'multitasking' digital es una práctica que fragmenta el flujo de información y dificulta la concentración"
Otro síntoma importante al que hay que prestarle atención es la dificultad para recordar información reciente o para procesar estímulos complejos en el sentido de que las personas que experimentan desconexión cognitiva pueden sentir que su "flujo de pensamiento" está fragmentado o interrumpido, lo cual puede afectar a su capacidad para resolver problemas y para tomar decisiones informadas.
La desconexión cognitiva también puede provocar una sensación de cansancio mental persistente, incluso en ausencia de esfuerzo físico. Las personas pueden sentirse agotadas después de realizar actividades que normalmente no deberían ser demandantes.
Factores que desencadenan el síndrome de desconexión cognitiva
El estrés prolongado afecta a la funcionalidad de las redes neuronales que están involucradas en el procesamiento de emociones y de la atención, y puede llevar a una reducción en la plasticidad cerebral. En este caso, el cortisol, que es la hormona que se libera en situaciones de estrés, puede afectar negativamente la conectividad entre las áreas de la corteza prefrontal y el sistema límbico.
El "multitasking" digital es una práctica que fragmenta el flujo de información y dificulta la concentración. Se ha demostrado que el uso de dispositivos electrónicos de forma prolongada puede reducir la capacidad de atención y aumentar la susceptibilidad a la distracción.
"La desconexión digital favorece el descanso mental y mejora la capacidad de atención"
El uso de los móviles, por ejemplo, se prolonga hasta casi justo la hora de dormir, interfiriendo en la calidad del sueño. Y la privación de sueño afecta directamente a las funciones cognitivas, debilitando la conectividad funcional en redes cerebrales involucradas en la memoria y la atención.
Medidas preventivas para combatir la desconexión cognitiva
Afortunadamente, existen medidas preventivas que podemos tomar y que nos pueden ayudar a mitigar los efectos de la desconexión cognitiva y a mejorar la coherencia en el procesamiento mental.
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): Este enfoque se centra en modificar patrones de pensamiento disfuncionales que contribuyen a la desconexión emocional y a la fatiga cognitiva. La TCC permite a las personas identificar y reemplazar pensamientos automáticos negativos, promoviendo un enfoque más saludable y estructurado hacia la resolución de problemas.
- Mindfulness y técnicas de relajación: La práctica de la atención plena o mindfulness ha mostrado efectos positivos en la conectividad funcional del cerebro, especialmente en áreas relacionadas con la autorregulación emocional y la atención. Estas técnicas pueden ayudar a reducir el estrés y a restablecer la conexión entre diferentes redes neuronales.
- Ejercicio físico regular: El ejercicio se asocia con mejoras en la plasticidad cerebral y la neurogénesis, facilitando la formación de nuevas conexiones neuronales. Actividades aeróbicas como el running o el yoga han demostrado reducir los niveles de cortisol y mejorar la función cognitiva en general.
- Reducción del uso de dispositivos electrónicos: Implementar períodos de "desconexión digital" puede favorecer el descanso mental y mejorar la capacidad de atención. Existen aplicaciones y técnicas para el manejo del tiempo que pueden ayudar a minimizar la sobrecarga digital y a recuperar un flujo de atención más sostenido.
- Optimización del sueño: Dormir bien es fundamental para la salud cognitiva. Mantener una rutina de sueño regular, evitando la exposición a pantallas antes de dormir y optimizando las condiciones del ambiente de descanso, puede mejorar significativamente el procesamiento mental.
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