Los científicos advierten: "Hay que ser cautos a la hora de beber agua embotellada"
Investigadores del Weill Cornell Medicine de Qatar advierten que hasta el 78% del agua embotellada contiene sustancias nocivas como microplásticos y bisfenol A.
El agua mineral, la bebida más consumida de España
Un reciente estudio publicado en la revista científica BMJ Global Health por expertos del Weill Cornell Medicine de Qatar ha puesto en tela de juicio la creencia generalizada de que el agua embotellada es más segura y saludable que el agua del grifo.
Los investigadores advierten que entre el 10% y el 78% del agua mineral envasada en botellas de plástico contiene contaminantes como microplásticos, ftalatos o bisfenol A, sustancias que se desprenden directamente de los envases.
Según explican los científicos, estos contaminantes se filtran en el agua, especialmente cuando las botellas se almacenan durante periodos prolongados o se exponen a altas temperaturas. Además, los expertos señalan que desde una perspectiva medioambiental, es más recomendable optar por el agua del grifo en España y otros países con acceso a agua potable. "La dependencia del agua embotellada conlleva importantes costes sanitarios, económicos y medioambientales, lo que exige una reevaluación urgente de su uso generalizado", aseguran los investigadores.
El agua embotellada, una necesidad para millones de personas
A pesar de los riesgos destacados en el estudio, los autores también reconocen que casi 2.000 millones de personas en el mundo con acceso limitado o nulo al agua potable dependen del agua embotellada. "Para estas personas, la cuestión no se plantea", aclaran los expertos. Sin embargo, para el resto de la población, la preferencia por el agua mineral embotellada responde principalmente a una cuestión de comodidad y a la creencia, "ayudada e instigada por el marketing industrial", de que es más segura y saludable que el agua del grifo.
Recomendaciones para un consumo seguro de agua
Ante los hallazgos de este estudio, los expertos sugieren algunas medidas para garantizar un consumo seguro de agua:
- Elegir el agua del grifo siempre que sea posible, asegurándose de que proviene de una fuente confiable y segura.
- Si se opta por el agua embotellada, preferir envases de vidrio en lugar de plástico para evitar la contaminación por sustancias químicas.
- Almacenar las botellas de agua en lugares frescos y alejados de la luz solar directa para minimizar la filtración de contaminantes en el agua.
- No reutilizar las botellas de plástico y desecharlas adecuadamente para reducir el impacto medioambiental.
El impacto medioambiental del agua embotellada
Más allá de los riesgos para la salud, el consumo generalizado de agua embotellada tiene un impacto significativo en el medio ambiente. La producción, distribución y eliminación de las botellas de plástico contribuyen a la contaminación, la emisión de gases de efecto invernadero y la acumulación de residuos en los ecosistemas.
Según datos de la ONU, cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico en todo el mundo, y una gran parte de este acaba en los océanos, amenazando la vida marina y los ecosistemas costeros. Reducir el consumo de agua embotellada y optar por alternativas más sostenibles, como el agua del grifo o los filtros de agua, puede contribuir significativamente a mitigar este problema en España y a nivel global.
¿Qué son los microplásticos y cómo afectan a la salud?
Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico, generalmente de menos de 5 milímetros de diámetro, que se originan a partir de la degradación de productos plásticos más grandes o se fabrican intencionadamente para su uso en productos como cosméticos o detergentes. Estos microplásticos pueden ser ingeridos por los seres vivos, acumulándose en los tejidos y órganos, y potencialmente causando daños a largo plazo.
Aunque los efectos exactos de los microplásticos en la salud humana aún no se comprenden completamente, estudios en animales han demostrado que pueden causar inflamación, daño celular y alteraciones en el sistema inmunológico. Además, los microplásticos pueden actuar como vectores para la acumulación de otros contaminantes químicos, aumentando así su toxicidad.
La presencia de microplásticos en el agua embotellada, como señala el estudio del Weill Cornell Medicine de Qatar, es una preocupación creciente que requiere más investigación y acciones para mitigar sus posibles riesgos para la salud humana y el medio ambiente, tanto en España como a nivel internacional.
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