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Celulitis
La celulitis o piel de naranja es una afección de la piel que, por su aspecto, crea muchos complejos, sobre todo entre el género femenino ya que es más habitual que aparezca en este grupo por varias razones: por cuestiones hormonales, de edad o por propia genética.
A muchas personas, la celulitis que es una sobreproducción hormonal les produce malestar interno porque no se sienten a gusto con lo que ven cuando se miran al espejo. Les crea como una especie de angustia ante la que el organismo reacciona, disparando los niveles de cortisol, lo que a su vez reduce la lipólisis que es el proceso en el que los lípidos del organismo se transforman en energía y se produce una acumulación de grasas y retención de líquidos.
Cuando aparece la celulitis, lo que pasa es que las células adiposas dejan de funcionar y no drenan correctamente, por lo que se inflaman, se vuelven más grandes y rígidas y dificulta la circulación de líquidos.
Cuando la persona se ve en esta situación, somete al cuerpo a dietas y ejercicio intenso e, incluso, cremas y tratamientos varios, sin caer en la cuenta de que muchas veces el origen del problema no está en la grasa localizada, sino en su cabeza y cómo le están afectando las emociones que está sintiendo en ese momento. Veamos cómo influye una cosa en la otra.
Cuando una persona, en este caso hablamos de mujeres porque es el género que habitualmente siente estos complejos, aprende a cuidarse por dentro, el aspecto de la piel cambia. La celulitis es un altavoz del estrés porque es donde se revela el estado de ansiedad y nerviosismo por el que puede estar pasando una persona. El estrés y la ansiedad repercuten en las fibras de colágeno haciendo que pierda flacidez y elasticidad.
Su apariencia es la misma, pero la causa no lo es. La celulitis emocional hay que tratarla desde dentro, tratando de rebajar los niveles de cortisol ya que suele aparecer por un estado de alerta continuo. Si no es una cuestión de alimentación y vida sedentaria, la solución no puede ser castigar a tu cuerpo con dietas y ejercicio intenso porque no vas a conseguir eliminarla. El problema es que hay un desequilibrio emocional que favorece la aparición de la celulitis.
El estrés, la ansiedad, la depresión y el mal humor alteran el metabolismo, afectan la microcirculación y contribuyen a la aparición de la celulitis. Para la mayoría de las personas, esto es algo difícil de creer y no toman conciencia de lo grave que puede llegar a ser para su salud.
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