Barriga por estrés: el papel del cortisol en la acumulación de la grasa abdominal

Investigación y Tecnología

Cuando el estrés se vuelve crónico, los niveles de cortisol permanecen elevados y provoca problemas metabólicos

Un experto en alimentación para la gestión del estrés revela los alimentos que regulan el cortisol

Barriga por estrés
Barriga por estrés / Freepik

El equilibrio hormonal desempeña un papel fundamental en la regulación del metabolismo y la distribución de la grasa corporal. Entre las hormonas más influyentes en estos procesos se encuentran el cortisol, la leptina y la grelina. El cortisol, conocido como la "hormona del estrés", se libera en respuesta a situaciones estresantes y puede afectar significativamente la acumulación de grasa, especialmente en la zona abdominal. Por otro lado, la leptina y la grelina son hormonas que regulan el apetito y la saciedad, influyendo directamente en la ingesta de alimentos y, por fin, en el peso corporal. Comprender cómo estas hormonas interactúan y afectan el metabolismo es esencial para abordar problemas como el aumento de peso y la obesidad abdominal relacionada con el estrés.

Cortisol y acumulación de grasa abdominal

El cortisol es una hormona producida por las glándulas suprarrenales que ayuda al cuerpo a manejar situaciones de estrés. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico, los niveles de cortisol permanecen elevados, lo que puede conducir a una serie de efectos metabólicos adversos. Uno de los más destacados es la acumulación de grasa en la región abdominal. Este fenómeno se debe a que el cortisol promueve la lipogénesis (almacenamiento de grasa) en el tejido adiposo visceral, es decir, alrededor de los órganos internos y esta acumulación no solo afecta la estética corporal, sino que también se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

Además, el cortisol influye en el apetito y en las preferencias alimentarias. De esta manera, cuando los niveles de esta hormona son elevados aumenta el deseo de alimentos ricos en grasas y azúcares, lo que contribuye al consumo excesivo de calorías y, por ende, al aumento de peso. Este círculo vicioso, donde el estrés incrementa el cortisol y este a su vez fomenta hábitos alimentarios poco saludables, puede dificultar significativamente la pérdida de peso y la reducción de la grasa abdominal.

Leptina y grelina: las hormonas del hambre y la saciedad

La leptina y la grelina son hormonas clave en la regulación del apetito y el metabolismo energético. La leptina, producida principalmente por el tejido adiposo, envía señales al hipotálamo para indicar saciedad y reducir el apetito. Cuando los niveles de grasa corporal aumentan, la leptina debería, en teoría, disminuir el apetito. Sin embargo, en personas con obesidad, a menudo se desarrolla resistencia a la leptina, lo que significa que, a pesar de tener niveles elevados de esta hormona, la señal de saciedad no se percibe correctamente, conduciendo a una ingesta calórica continua y al aumento de peso.

Por otro lado, la grelina, conocida como la "hormona del hambre", es producida en el estómago y estimula el apetito. Sus niveles aumentan antes de las comidas y disminuyen después de comer. El estrés crónico puede alterar la secreción de grelina, lo que lleva a un aumento del apetito y, potencialmente, al consumo excesivo de alimentos. Este desajuste hormonal puede contribuir al desarrollo de la obesidad y la dificultad para perder peso.

Estrategias para manejar el estrés y equilibrar las hormonas

Para combatir la acumulación de grasa abdominal relacionada con el estrés y el desequilibrio hormonal, es fundamental adoptar estrategias que aborden tanto la gestión del estrés como la regulación hormonal. La práctica regular de ejercicio físico, especialmente el entrenamiento aeróbico, ha demostrado ser eficaz en la reducción de los niveles de cortisol y en la mejora de la sensibilidad a la leptina. Además, el ejercicio ayuda a quemar calorías y reducir la grasa corporal total, incluyendo la abdominal.

Una alimentación equilibrada, rica en nutrientes y baja en alimentos ultraprocesados, puede ayudar a regular las hormonas del apetito y mejorar el metabolismo. Incorporar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga o la respiración profunda, puede ser beneficioso para reducir los niveles de cortisol y promover un equilibrio hormonal saludable. Además, asegurar un sueño adecuado es crucial, ya que la falta de sueño puede alterar la secreción de leptina y grelina, aumentando el apetito y favoreciendo la acumulación de grasa abdominal.

En definitiva, debemos tener en cuenta que las hormonas juegan un papel crucial en la regulación del metabolismo y en la distribución de la grasa corporal. El estrés crónico y los desequilibrios hormonales, especialmente en el cortisol, la leptina y la grelina, pueden contribuir a una mayor acumulación de grasa en la zona abdominal y dificultar la gestión del peso. En este sentido, no está de más practicar ejercicio de manera regular, llevar una dieta saludable, así como también practicar con técnicas de manejo del estrés, sin olvidarnos de llevar un hábito de sueño adecuado. Todo en su conjunto es efectivo para restaurar el equilibrio hormonal y promover una composición corporal saludable.

Referencias bibliográficas:

Science Direct (2021, noviembre). Papel de la grelina y la leptina en el comportamiento alimentario: evidencias genéticas y moleculares.

Limarp. La relación entre el cortisol y la grasa: El estrés para perder peso nos hace subir de peso.

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