¿Por qué nos resfriamos más desde el covid?

De un tiempo a esta parte, específicamente desde que desaparecieron las mascarillas de nuestra vida diaria, se acabaron los confinamientos y la vida volvió, menos mal, a las calle, parece que los refriados comunes o catarros están a la orden del día. Los mocos, la tos o los dolores de cabeza han vuelto de una forma inesperada a hacerse con nuestros días, y es normal.

Los virus respiratorios viven su momento dorado. Todas las variables se han alineado en una tormenta perfecta que ha unido a que hay una mayor cantidad de virus respiratorios circulando con que ya no existe la protección individual.

Además, las madres siempre tienen razón, y es que el frío sí que resfría. Aunque no como tal, pero sí que la llegada de las bajas temperaturas merma y reduce la capacidad protectora de las mucosas nasales contra los virus más comunes. A esto ayudaría el uso de mascarilla en los espacios cerrados o el transporte público, pero cada vez se ven menos por no decir que ya son prácticamente inexistentes.

Además, en el aire ya no solo se encuentra el temor a contraer el Covid, sino que convive el virus del coronavirus, la gripe y el virus respiratorio sincitial tradicional. Los datos del Instituto de Salud Carlos III, demuestran que la tasa de infecciones respiratorias agudas en la última de noviembre fue de 845 casos por 100.000 habitantes, mientras que el año anterior, en el que aún se mantenían algunas de las medidas Covid impuestas por la pandemia era de 417.

En la pasada estación de invierno, los virus tradicionales volvieron, pero su vuelta fue de todo menos normal. Muchos de estos virus estuvieron apartados por la pandemia de Covid-19 que inició en 2019, y en la pasada temporada tuvieron un comportamiento poco habitual, con idas y venidas. Pero ahora conviven los tres microorganismos, con síntomas muy parecidos.

El ECDC admitió en un comunicado en diciembre que “Actualmente, la región europea está experimentando una circulación cada vez mayor de gripe y VRS. Junto con la covid, se espera que estos virus tengan un alto impacto en nuestros servicios de salud y poblaciones este invierno”, advirtiendo también que las hospitalizaciones por gripe están en alza.

Esto supone una amenaza nada desdeñable sobre el aumento de la presión asistencial y el riesgo de la saturación de los centros sanitarios. Esto sería más por la cantidad total de casos, que por la severidad que revisten, siendo muy difícil tener tres epidemias a la vez.