La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Marlaska, sé fuerte!
Sevilla/El concepto de apego se refiere a la necesidad intrínseca del ser humano de formar vínculos emocionales estrechos con otras figuras significativas, una característica que ha sido perpetuada por la selección natural a lo largo de los siglos para promover la supervivencia y el desarrollo. Este vínculo afectivo intenso, ya sea hacia una figura de cuidado o hacia un objeto, es fundamental en nuestras vidas, afectando nuestra forma de interactuar con los demás y nuestra capacidad para manejar emociones y conductas.
Desde la teoría del apego, desarrollada inicialmente por John Bowlby y Mary Ainsworth en las décadas de 1960 y 1970, se han identificado varios tipos de apego en niños y adultos, reflejando cómo las interacciones tempranas con los cuidadores influyen en los patrones de relación a lo largo de la vida.
Entender nuestro propio estilo de apego puede ser el primer paso hacia el desarrollo de relaciones más saludables y la búsqueda de un crecimiento personal significativo.
El apego es un fenómeno complejo que va más allá de la genética y se consolida a lo largo de la vida, influyendo en cómo experimentamos la conexión emocional y afectiva con las personas a nuestro alrededor. Identificar con cuál tipo de apego te identificas puede ofrecerte perspectivas valiosas sobre tus comportamientos en las relaciones y cómo puedes trabajar hacia la formación de vínculos más seguros y satisfactorios.
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