Cómo afectan los antidepresivos en las tendencias suicidas de personas con trastornos mentales
Salud mental
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El consumo de antidepresivos está aumentando en España. Los españoles consumen cada día más de 92 antidepresivos por cada 1.000 habitantes. Así lo confirman los datos del Ministerio de Salud, que ubica a este tipo de medicamentos como el cuarto fármaco más vendido del país en 2021. Los antidepresivos que se usan para tratar la depresión, varios trastornos psiquiátricos, algunos trastornos de la alimentación y los trastornos del control de los impulsos, no se han interrumpido desde 2012, con el mayor aumento interanual en 2021. En noviembre pasado, el aumento interanual fue del 7,5%, que los expertos creen que fue causado por la pandemia.
Desde los inicios de su prescripción, allá por los 90's, los datos han estado fluctuando según el país entre el descenso, el aumento o la neutralidad de casos de suicidio. En este sentido, existe un debate y ciertos estudios que exponen hipótesis acerca de que los antidepresivos promueven el suicidio. Esto ha suscitado un debate no resuelto que ha dado lugar a más investigaciones, un asunto que se está analizando con lupa para tomar precauciones, sobre todo en el caso de niños y adolescentes.
En general, los trastornos mentales más comunes asociados con el suicidio son la depresión, la esquizofrenia y los trastornos relacionados con el consumo de alcohol u otras sustancias. El hecho de que algunos pacientes tengan más de uno de estos trastornos aumenta el riesgo de suicidio. Uno de los datos que más preocupa a este respecto, es el alarmante porcentaje de suicidios entre los más jóvenes en los últimos años. Además de factores externos, que ahora mencionaremos, también se ha evidenciado la interferencia en la ingesta de estos fármacos (muy poco o nada recomendados, salvo excepciones, a estas edades).
De hecho, la FDA exigió en octubre de 2004 a los laboratorios fabricantes de medicamentos la inclusión de dicha advertencia en los prospectos de los antidepresivos por la posibilidad de aumento del riesgo de suicidio en niños y adolescentes, insistiendo en la necesidad de una vigilancia más estrecha de estos pacientes durante el tratamiento, recomendando una valoración del riesgo-beneficio de dicha terapia.
¿Qué provocan los antidepresivos?
Los antidepresivos se usan para tratar los síntomas de la depresión moderada a severa, que pueden variar desde tristeza prolongada, pérdida de interés en la vida, falta de alegría o emociones positivas, dificultad para concentrarse o insomnio.
Los antidepresivos también funcionan para otros tipos de trastornos del estado de ánimo, como la ansiedad severa, los ataques de pánico, el trastorno obsesivo-compulsivo, el dolor crónico, los trastornos alimentarios y el trastorno de estrés postraumático.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son los antidepresivos más recetados. Actúan inhibiendo la reabsorción de la serotonina, sin afectar a otros neurotransmisores. Son los que menos efectos secundarios generan e incluyen:
- Fluoxetine (fluoxetina)
- Citalopram
- Sertraline (sertralina)
- Paroxetine (paroxetina)
- Escitalopram
También existen los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina, los tricíclicos o los inhibidores de la monoaminoxidasa. Los dos últimos se recetan menos en la actualidad debido a un mayor riesgo de efectos secundarios.
Pero, en general, los antidepresivos están destinados a corregir los desequilibrios químicos del cerebro responsables de los cambios en el estado de ánimo y el comportamiento. Dependiendo de cada tipo, actúan aumentando los niveles de unos neurotransmisores específicos en el cerebro, evitando que sean 'recaptados'. Sin embargo, sus efectos varían dependiendo de la condición psíquica y de otros factores que mencionaremos.
En este sentido, los antidepresivos también pueden causar ansiedad, agitación, hostilidad, irritabilidad o comportamiento impulsivo, sobre todo en algunos niños. Estos fenómenos pueden indicar un empeoramiento de la depresión o que el niño ha comenzado a tener pensamientos suicidas.
Sin embargo, los defensores de los antidepresivos niegan estos efectos y explican que estas tendencias ya podrían estar presentes antes de la toma de estos fármacos. Y explican que simplemente esto puede deberse a que los antidepresivos reducen los inhibidores del comportamiento y la conducta que promueven la verbalización de la idea suicida, suprimida antes del tratamiento debido a los efectos de la enfermedad.
Factores de riesgo en el suicidio
La tendencia suicida está determinada por varios factores: sociales, culturales, psicológicos, biológicos, demográficos, familiares, laborales, experiencias de la infancia, y finalmente los rasgos de personalidad, que en conjunto influyen en el desarrollo de la conducta autolesiva desde la idea suicida hasta su consumación. Además, entre los jóvenes también está afectando el bullying y los problemas en el colegio o instituto, los problemas con la orientación sexual orientación sexualy el miedo al rechazo o la presión de estereotipos físicos que existe en torno a las redes sociales.
Según los estudios epidemiológicos disponibles, del 90% al 98% de los suicidios involucran algún tipo de trastorno mental. Como hemos mencionado, la depresión, la esquizofrenia y los trastornos relacionados con el consumo de alcohol u otras sustancias son los más comunes dentro de estas conductas autolesivas o de pensamiento suicida .Entre los suicidios de adolescentes, estos estudios concluyeron que del 90 al 94 por ciento correspondió a un diagnóstico final de probable trastorno psiquiátrico.
Asimismo, las personas menores de 18 años que toman antidepresivos tienen el doble de probabilidades de experimentar conductas suicidas o agresivas que otros jóvenes, según un estudio del Nordic Cochrane Centre en colaboración con el University College London. Además, el laboratorio ha sido acusado de subestimar los efectos secundarios de la droga, que incluyen insomnio, rabietas y pensamientos oscuros que solo se ven en adultos.
Así, según expone un estudio de la revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia acerca del riesgo de suicidio por antidepresivos, el riesgo de suicidio entre los antidepresivos está relacionado con la edad (aumenta en la niñez, adolescencia y en jóvenes adultos hasta los 24 años de edad; es neutro en adultos entre los 25 y los 65 años de edad, y protector frente al riesgo de suicidio en mayores de 65 años).
¿Cómo actúa la depresión en jóvenes?
Según expone este mismo artículo, estas diferencias en la toma de depresivos y su efecto dependiendo de la edad, podría estar motivado por las diferencias sintomáticas de la depresión entre niños/adolescentes y los adultos. Las diferencias y el desarrollo la depresión en jóvenes actúa con estas diferencias:
1- La diferencia en la expresión de emociones. Los niños tienen menos capacidad que los adultos para expresar de manera correcta sus emociones.
2- Los niños de menor edad tienen síntomas somáticos y expresan su malestar con quejas como "no me siento bien" que requieren un diagnóstico para distinguir entre otras dolencias orgánicas . A esta edad, la depresión también puede manifestarse de las siguientes formas: ansiedad por separación, fobias y trastornos de conducta.
3- Los síntomas clave en la adolescencia incluyen: irritabilidad, insomnio, abuso de sustancias y problemas académicos.
4. Los síntomas atípicos como la reactividad emocional, la somnolencia excesiva, el aumento del apetito, el aumento de peso o el retraso psicomotor son más frecuentes en la infancia y la adolescencia.
5. La incidencia de síntomas endegoneidad aumenta con la edad.
6. La manía es difícil de diagnosticar en este grupo de edad porque la irritabilidad está más presente en su estado de ánimo que la euforia.
7. A estas edades pueden existir síntomas superpuestos de otras enfermedades subyacentes como el TDAH, los trastornos de ansiedad y los trastornos sociales.
En este sentido, se deben perseguir objetivos de prevención: se recomiendan intervenciones para intentar en algunas personas que toman antidepresivos (p. ej., un programa de reducir el riesgo de suicidio tratamiento que combine farmacopsicoterapia con psicoterapia). Asimismo, conforme a los resultados en los estudios, se sugieren dos pautas importantes como prevención secundaria del suicidio: un estrecho seguimiento durante los primeros meses de tratamiento y dejar de tomarlo de forma progresiva.
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