Este alimento se relaciona con la artritis (y lo tomamos casi a diario)
SALUD
Hay enfermedades que no tienen un origen claro. Una de ellas es la artritis, enfermedad inflamatoria, autoinmune y sistémica para la que existe cierta predisposición genética y que puede verse potenciada también por algunos factores como la obesidad o el tabaquismo. No llevar una dieta saludable es algo que tarde o temprano termina pasándole factura a nuestro cuerpo. Aceite de oliva, aguacate, kiwi, mango, quinoa, tomate, tofu o ajo son algunos alimentos que pasan por ser de los más saludables del mundo. Otros, sin embargo, aparecen relacionados a connotaciones más negativas. Si nos centramos en la artritis, hay uno que llama poderosamente la atención, y lo tomamos casi a diario: la carne, alimento del que consumimos alrededor de 50 kilos por persona cada año en España.
Es más o menos conocido, y ha suscitado la alerta por parte de entidades como la OMS y la OCU, que existen determinados componentes cancerígenos en carnes, embutidos y otros alimentos procesados. Pero se había testado poco o nada sobre la incidencia directa del consumo de carne en las opciones de padecer artritis. Esto es, precisamente, lo que se ha desvelado a raíz de un estudio publicado en la revista BMJ Open en el que investigadores estadounidenses han analizado las respuestas de los participantes en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de su país (NHANES) entre 2007 y 2016 con el objetivo de poder evaluar el rol que ejercen los tóxicos ambientales a la hora de desencadenar la artritis reumatoide. Entre esos tóxicos se encuentran los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH) que se generan cuando se cocina la carne a altas temperaturas, que ya había sido relacionado con enfermedades pulmonares, cardíacas y metabólicas, pero no de carácter inflamatorio.
Guerra abierta a los hidrocarburos aromáticos policíclicos
Pues bien, de los casi 22.000 adultos que fueron encuestados, 7.000 tenían PAH y las probabilidades de sufrir artritis reumatoide fueron más altas entre aquellos participantes con mayores niveles de PAH corporales, por encima incluso del tabaquismo. Así que, más allá de los genes, el sexo, la edad, el tabaco, y el estilo de vida, la nutrición, evitando esos alimentos que nos puedan proporcionar altos niveles de PAH, puede ser un elementos diferenciador para evitar problemas de artritis.
Estamos ante el primer estudio que demuestra que los PAH son un factor de riesgo por sí mismo, por lo que se atisba una guerra abierta de la Organización Mundial de la Salud ante aquellos frentes en los que se pueden acumular este tipo de hidrocarburos: gases de efecto invernadero, gas natural, humo de incendios, quema de carbón o leña y consumo de alimentos a la parrilla o muy hechos, entre otros.
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