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Investigación
En las profundidades de una remota isla bañada por las gélidas aguas del Mar Báltico, se esconde un laboratorio que una vez fue campo de experimento nazi para la investigación de armas biológicas. En Riems, ahora, los científicos alemanes han convertido sus instalaciones en espacios para desarrollar vacunas contra virus que podrían salvar vidas. Además, una de las tareas más importante consiste en diseñar los preparativos para un posible brote de algún virus.
La institución, fundada hace ya más de un siglo, depende en la actualidad del Ministerio Alemán de Comida, Agricultura y Protección del Consumidor y consta de 89 laboratorios y 163 salas en cuyo interior el interés gira en torno a las zoonosis, que son las enfermedades que se pueden transmitir de los seres humanos a los animales y viceversa. Entre estas se incluyen la malaria, las tenias, la rabia y la peste porcina. Alrededor de dos tercios de todos los patógenos que amenazan a los seres humanos son de origen animal.
Apodado "El Alcatraz alemán de los virus",es considerado el lugar más peligroso de Alemania, porque en dicho centro de investigación se estudian enfermedades como la peste porcina africana, ébola o la gripe aviar, y un sólo error podría desatar un pandemia de dimensiones inimaginables.
Docenas de animales, incluyendo ovejas y vacas, han sido infectados deliberadamente con virus como parte de la investigación para monitorear los efectos de las enfermedades.Hay entre 80 y 100 animales grandes en la isla: alpacas, jabalíes, vacas, cabras y ovejas.
En recónditas cámaras del interior de los laboratorios, no obstante, se esconden los huéspedes más célebres de la isla de Reims, y son seres de un tamaño mucho menor. Son microbios como los responsables de la peste, el ántrax, la rabia, el ébola, la encefalopatía espongiforme bovina ('vacas locas') o, desde más recientemente, la covid-19.
En este sentido,la entrada a las distintas instalaciones está altamente restringida, y las personas autorizadas deben (además de darse duchas desinfectantes al entrar y salir de la isla) en cada caso emplear medidas de seguridad muy específicas a fin de evitar cualquier contagio o fuga accidental.
Dicho instituto fue fundado por el investigador Friedrich Loeffler en 1910 para estudiar la fiebre aftosa, quien se convirtió en la primera personas en descubrir que la enfermedad mortal también era viral. Originalmente, se instaló en la cercana población de Greifswald, pero una fuga accidental que extendió la epidemia a las granjas cercanas le obligó a paralizar la investigación y trasladarse a la solitaria isla de Riems.
Durante era nazi fue el escenario de atroces experimentos orientados al desarrollo de armas biológicas bajo la dirección de Erich Traub (subordinado de Heinrich Himmler, lider de las SS, y Kurt Blome, jefe del programa de guerra biológica del Reich) incluyendo algunos con la fiebre aftosa y con la peste bovina. Llegada la Guerra Fría fue usado para desarrollar vacunas. Hasta que a partir de 1992, el instituto adquirió mayor importancia como parte del Centro Federal de Investigación de Enfermedades Virales Animales.
Al cumplir los 100 años de fundación, en 2010, el instituto se amplió para convertirse en el instituto de investigación de enfermedades animales más moderno de Europa y se agregó a la lista de laboratorios de nivel 4 de bioseguridad, que permite investigar los virus modernos más peligrosos del mundo.
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