"Los adultos tenemos la responsabilidad de educar en el uso seguro y responsable de las tecnologías"
Conchita López Villa, Psicóloga sanitaria
El uso excesivo de las nuevas tecnologías favorece la vida sedentaria y, por tanto, un aumento del sobrepeso
Las nuevas tecnologías son su medio para relacionarse, pero también es donde la presencia familiar puede ser menor
¿Cómo utilizan los jóvenes las nuevas tecnologías para cuidar su alimentación y su salud?
¿Qué sucede cuando aplicas el contacto cero a las nuevas tecnologías?
El entorno digital es un espacio donde cada vez interactúan con mayor frecuencia los adolescentes. El uso de las nuevas tecnologías tiene una parte positiva ya que hay un mayor acceso a la información, mejoran la comunicación y es una nueva vía de entrada al aprendizaje, pero si lo hacemos de manera excesiva puede ser contraproducente para nuestra salud.
La parte negativa es que hay más riesgo de compartir datos confidenciales, por lo que se cuenta con menos privacidad y un uso indebido de los datos personales, además de que el entorno digital abre nuevas puertas al acoso escolar a través del ciberbullying.
Esta problemática se acentuó durante la pandemia del Covid-19, una etapa en la que fundamentalmente el aislamiento físico favoreció más consumo de plataformas digitales. En cualquier caso, son los adultos los que tienen que poner límites a ese uso, evitando que sea abusivo ya que esto trae otras consecuencias para la salud como el aumento de la vida sedentaria y del sobrepeso.
Impacto de las nuevas tecnologías desde el Covid-19
Un sondeo realizado por UNICEF asegura que la crisis del COVID-19 ha tenido un importante impacto en la salud mental de las y los adolescentes. Al menos uno de cada siete niños y jóvenes vivió confinado en su hogar durante gran parte de 2020 y, como consecuencia, sufrió ansiedad, depresión y aislamiento. La enfermedad del coronavirus (COVID-19) trajo consigo emociones como ansiedad, estrés e incertidumbre, que son especialmente intensas en los niños de todas las edades.
La psicóloga sanitaria de Top Doctors, Conchita López Villa, manifiesta que "aunque los niños abordan estas emociones de distintas maneras, si el niño/adolescente se enfrentó al cierre de su escuela, a la cancelación de eventos o a la separación de sus amigos, seguramente hubiese necesitado más apoyo que en etapas anteriores de su vida. El estrés es un mecanismo que se pone en marcha cuando una persona se ve envuelta en un exceso de situaciones que superan sus recursos. Con la pandemia del nuevo coronavirus la situación estresante se vio disparada".
"No conviene tener un acceso ilimitado a las pantallas y a las redes sociales"
Con respecto a esto, la OMS dio nombre a este fenómeno y lo bautizó como fatiga pandémica. Cuanta más fatiga hubo, aparecieron más cansancio, mayor agotamiento y número de emociones negativas. "Nuestros adolescentes, en aquellos meses, presentaron tras sufrir esta fatiga pandémica síntomas de agotamiento y fatiga similares a la de los adultos, así como sentimientos de queja, rabia y desesperación". Los más pequeños tienen más facilidades para conectar con el presente, pero la realidad es que la pandemia fue una situación difícil para todo el mundo, muchos de los cuales tuvieron que recurrir posteriormente a ayuda psicológica.
Uso responsable de las nuevas tecnologías
El uso más habitual de las nuevas tecnologías trae consigo otras consecuencias como un incremento de bullying y ciberbullying por parte de los adolescentes. En este sentido, la psicóloga sanitaria hace hincapié en que "los adultos tenemos la responsabilidad de educar en el uso seguro y responsable de las tecnologías. Esto es fundamental para abordar la violencia entre niños, niñas y adolescentes. Entendemos que son su medio para relacionarse, pero también es donde la presencia familiar puede ser menor" y continúa diciendo que el hecho de "que no sea una relación física no quiere decir que no sea real. Por eso la educación es la mejor arma para que haya un uso responsable de las pantallas".
"En parte, depende de nosotros que las nuevas generaciones hagan un uso responsable de las nuevas tecnologías"
Cuando se produce un daño, se deja registrado en el teléfono móvil ya que recurren a la grabación, difusión y utilización en contextos "más allá de lo imaginable". En este sentido, la psicóloga aconseja la involucración de las familias en el uso responsable del teléfono móvil como principal medida preventiva del ciberbullying, así como la instalación de los dispositivos en zonas comunes de la casa. "Por supuesto, hay que establecer un horario para el uso de internet, de los teléfonos y del ordenador". Y esta responsabilidad también tiene que ser en la grabación de esas imágenes y a quienes se envía.
Comunicación con los hijos
La comunicación entre padres e hijos es fundamental ya que los menores deben conocer la parte positiva, es decir, el uso de la tecnología como herramienta de ayuda y la parte negativa es los peligros de pasar límites infranqueables como la difusión de ciertos datos personales que pueden usar en su perjuicio.
En este sentido, la psicóloga sanitaria recomienda que "los padres deben ser sinceros con ellos y decirles que no conviene tener un acceso ilimitado a las pantallas y a las redes sociales. Los niños/adolescentes tienen que saber que los dispositivos son de los padres y su uso lo administran ellos. Con los adolescentes lo mejor siempre es la negociación. Los adultos tenemos una responsabilidad importante en este nuevo mundo tecnológico" y concluye que "en parte, depende de nosotros que las nuevas generaciones hagan un uso responsable de las nuevas tecnologías".
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