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Terapias de conversión: electroconvulsión y abusos detrás de la engañosa 'cura' de la homosexualidad

Esta falsa terapia, con un auge en los años 70, todavía se lleva a cabo por grupos religiosos que usan métodos abusivos que derivan en ansiedad, depresión y, en casos extremos, incluso el suicidio.

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Terapias de conversión: electroconvulsión y abusos detrás de la engañosa 'cura' de la homosexualidad
N.F

20 de abril 2023 - 10:18

En el siglo XXI, se ha producido un avance significativo hacia la aceptación y el reconocimiento de los derechos del colectivo LGTBIQ+. Cada vez son más los países que han legalizado el matrimonio igualitario y han adoptado políticas inclusivas para proteger contra la discriminación basada en la orientación sexual e identidad de género y garantizar sus derechos dentro de la sociedad. En este camino, se han creado organizaciones y grupos de apoyo para las personas LGBTQ+ y se han llevado a cabo campañas de concienciación y sensibilización para fomentar la aceptación y el respeto hacia este colectivo. Sin embargo, aún existen desafíos y obstáculos por superar, con ciertas prácticas y actitudes que fomentan el rechazo y la discriminación. Una de las más polémicas es las terapias 'psicológicas' de conversión,terapias 'psicológicas' de conversión también conocidas como terapias 'reparativas', que prometen cambiar la orientación sexual o de género a través de métodos altamente peligrosos que están ampliamente desacreditadas por las principales organizaciones de salud mental en todo el mundo. ¿En qué consisten?, ¿Qué consecuencias hay detrás de este oscuro y engañoso negocio?

¿Qué es la terapia de conversión?

Las terapias de conversión son un conjunto de prácticas pseudocientíficas prácticas pseudocientíficasque pretenden cambiar la orientación sexual o la identidad de género de una persona y dirigirla hacia la heterosexualidad, generalmente a través de métodos coercitivos y abusivos. A pesar de que la comunidad científica y las principales organizaciones de salud mental han condenado estas terapias y las han clasificado como ineficaces y dañinas, todavía existen grupos religiosos y organizaciones conservadoras que las promueven como una solución para "curar" la homosexualidad o la transexualidad.

Según un informe presentado al Consejo de Derechos Humanos, las "terapias de conversión" buscan transformar a individuos no heterosexuales en heterosexuales y a personas trans o de género diverso en personas cisgénero (aquellas cuya identidad de género coincide con su sexo asignado al nacer). Estas prácticas se realizan en al menos 68 países en todos los continentes, incluyendo Europa, siendo más comunes en África y bastante comunes en América Latina, el Caribe y Asia. Por ejemplo, en Ghana, se está estudiando una ley que castigaría con cinco años de cárcel a cualquier persona sospechosa de ser LGBT+ y permitiría explícitamente la terapia de conversión

En sus orígenes, en la última parte del siglo XIX, la medicina recomendaba ciertas prácticas para tratar la homosexualidad, como el deporte (especialmente el ciclismo), la toma de hormonas, la hipnosis, visitas a prostitutas e incluso matrimonios forzados. En los años 1950, el uso de "terapias de aversión" para tratar la homosexualidad se hizo más común, donde las descargas eléctricas descargas eléctricasse utilizaban junto con imágenes homoeróticas.

Después, en la década de 1970, las terapias de conversión resurgieron en los Estados Unidos a través de movimientos evangélicos y se extendieron por todo el mundo. Esto alertó a distintas organizaciones y organismos, que denunciaron las prácticas y solicitaron la intervención de las autoridades médicas y de los Estados. Muchos países las prohibieron con el paso de los años. Estas leyes establecen sanciones para aquellos que lleven a cabo prácticas destinadas a modificar la orientación sexual o la identidad de género de una persona. En Estados Unidos, por ejemplo, varios estados han prohibido estas prácticas, y se espera que pronto se apruebe una ley federal que las prohíba en todo el país.

A pesar de esto, algunos grupos religiosos y conservadores han sido acusados de continuar con estas prácticas de manera encubierta. También se han registrado casos de personas que han acudido a terapias de conversión fuera del país debido a la falta de regulación y vigilancia sobre estas prácticas en otros lugares.

¿Qué métodos se utilizan?

Las terapias de conversión suelen incluir prácticas pseudocientíficas y violentas que buscan cambiar la orientación sexual o la identidad de género de las personas LGBTIQ+. Algunas de las prácticas que se han reportado incluyen terapia de aversión, en la que se expone a la persona a estímulos negativos mientras se les hace creer que están relacionados con su orientación sexual o identidad de género; terapia de electroconvulsión, donde se aplican descargas eléctricas mientras se muestra material homoerótico o transgénero; y terapia de conversión basada en la religión, que utiliza oración, ayuno y exorcismo para "curar" a las personas LGTBIQ+.

Pero, lejos de funcionar, la realidad es que las terapias de conversión pueden tener consecuencias devastadoras para la salud mental y emocional de las personas LGTBIQ+. Las técnicas humillantes y abusivas, a menudo, provocan trastornos de ansiedad, depresión, traumas y, en casos extremos, incluso el suicidio. De hecho, muchas personas que han sido sometidas a estas terapias han informado que sus efectos son contraproducentes, ya que han aumentado su sentimiento de aislamiento, auto-odio y vergüenza.

Así, en lugar de ayudarles a aceptar su identidad, estas terapias les han enseñado a reprimir sus sentimientos y emociones, lo que ha llevado a un mayor sufrimiento y a un mayor distanciamiento social y de sus seres queridos. Es importante destacar que estas consecuencias no son el resultado de una falla personal de la persona sometida a la terapia, sino del daño causado por las prácticas violentas de las terapias de conversión en sí mismas.

PROHIBICIÓN Y MARCO LEGAL

En cuanto a su prohibición y marco legislativo, al leer distintos documentos legales, podemos observar que las medidas tomadas en respuesta a las "terapias" de conversión son diversas y heterogéneas. Algunas leyes prohíben estas prácticas solo en el caso de menores, mientras que otras establecen una prohibición general, y algunas imponen multas administrativas a los profesionales que las llevan a cabo. El fundamento de la prohibición también varía según la legislación, algunas se basan en principios de derechos humanos como la prohibición de tratos inhumanos y degradantes o la violación a la dignidad humana, mientras que otras abordan la falta de evidencia científica de estas terapias.

En España, las terapias de conversión también han sido objeto de controversia y preocupación. Aunque no existe una legislación específica que prohíba estas prácticas, diversas comunidades autónomas han aprobado leyes que establecen multas y sanciones para quienes realicen terapias de conversión, especialmente si se dirigen a menores de edad.

Por ejemplo, en 2016, la Comunidad de Madrid aprobó una ley que prohíbe expresamente las terapias de conversión en menores de edad, y establece multas que van desde los 10.001 hasta los 45.000 euros para los profesionales que las realicen. Otras comunidades autónomas como Valencia, Andalucía, Cataluña y Galicia han aprobado leyes similares que contemplan sanciones y multas para quienes realicen estas prácticas en menores.

A nivel nacional, en 2020 el Congreso de los Diputados aprobó una Proposición No de Ley que insta al Gobierno a elaborar un plan de acción para la prevención y eliminación de las terapias de conversión, y a estudiar la posibilidad de crear una ley que prohíba estas prácticas en todo el país.

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