Tabaco y demencias: Doble riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas

Todos sabemos que fumar es perjudicial para la salud. Las estadísticas señalan que el tabaquismo es la principal causa de cáncer de pulmón, laringe, órganos digestivos y vejiga. Además, las arterias pueden obstruirse con el paso del tiempo provocando infartos y problemas de corazón. Curiosamente, varios estudios han demostrado que los fumadores también deben empezar a preocuparse por sus cerebros y los efectos perjudiciales que la nicotina causa en sus funciones. Las personas que fuman siendo adultos tienen hasta el doble de riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como el alzheimer o la demencia vascular, según un estudio de Internal Medicine.

Fumar desde edades tempranas puede causar daños que van desde cambiar la forma en la que funciona el cerebro hasta afectar a la memoria. Otro de los efectos del tabaco en el cerebro es que acelera el envejecimiento. Pero normalmente este envejecimiento lo asociamos a la aparición de efectos físicos como las arrugas. Sin embargo, nos olvidamos de que el cerebro también envejece debido a la nicotina. Según explica la OMS, "el 14% de los datos registrados sobre demencia en el mundo se atribuyen al tabaquismo".

RIESGO AUMENTADO EN UN 114%

Un estudio publicado en la revista especializada Archives of Internal Medicine reveló que los datos probados en 21.123 pacientes en un lapso de 8 años,comparando parámetros de la cantidad de cigarrillos al día que fumaba un adulto, y descubrieron que mientras más cigarrillos fuma una persona, más posibilidades tiene de sufrir una enfermedad neurodegenerativa en su vejez

Así, ''las personas que consumieron más de dos cajetillas al día aumentaron en un 114% el riesgo, aquellas que fumaron entre uno y dos paquetes tuvieron un 44% más de riesgo, y aquellas que fumaron media a una cajetilla por jornada incrementaron su riesgo en un 37%''.

Por otro lado, los pacientes que fumaban entre 10-12 cigarros o que habían dejado el hábito no mostraron un riesgo mayor de demencia que aquellas personas que no consumían este producto.

Otro estudio publicado en la Revista Española de Geriatría y Gerontología arroja que la administración de nicotina a individuos con EA mejora sus puntuaciones en pruebas neuropsicológicas que evalúan la función cognitiva. No obstante, los datos solo muestran esta tendencia en pacientes prevalentes, por lo que pueden existir desviaciones de los resultados debidas a una mayor mortalidad de los individuos dementes fumadores. ''Cuando se analizaron casos incidentes, se ha observado un riesgo relativo aumentado'', apunta.

DEMENCIA VASCULAR

En el caso de la demencia vascular, causada por una serie de pequeños accidentes cerebrovasculares, los científicos plantean que el tabaquismo podría aumentar el riesgo de la misma manera que lo hace en el caso de los infartos: las toxinas presentes en el cigarrillo promueven el engrosamiento de las paredes de las arterias y la acumulación en ellas de placas de grasas. Estas condiciones aumentan el riesgo de obstrucción de las vías y la suspensión del flujo sanguíneo, lo que conduce a la ocurrencia de infartos y accidentes cerebrovasculares.

A este respecto, la probabilidad de sufrir un infarto cerebral es un 50% superior al de los no fumadores y está asociado al número de cigarrillos diarios consumidos. Además, en los fumadores de mediana edad con hipertensión arterial el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular se multiplica por 12. Sin embargo, este riesgo se reduce al dejar de fumar hasta igualarse al de los no fumadores en un plazo de 10-15 años.

Dado que en la actualidad no existe ningún tratamiento que permita curar la demencia o alterar su avance

progresivo, es fundamental determinar los factores de riesgo modificables para reducir la aparición de la

enfermedad o, al menos, retrasarla. En el Día Mundial Sin Tabaco, empecemos poniendo los medios con la fuerza de voluntad.