Síndrome de la silla vacía: cuando la Navidad ya no vuelve a ser igual

Investigación y Tecnología

Más de la mitad de la población española sufre estrés y ansiedad antes de las navidades

Hay que permitirse sentir y dejar salir las emociones en el momento en el que piden hacerlo

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Mesa navideña
Mesa navideña

Llega la Nochebuena. Todos se reúnen en casa. La mesa está puesta como siempre. Es el día de los reencuentros con las personas que hace tiempo que no ves y con aquellas que vuelven a casa por Navidad. Parece que estamos todos, que ya no falta nadie. Pero no. Hemos quitado una silla y todavía se sigue notando el vacío y la ausencia de quien permanece vivo entre nosotros.

Nuestro día a día nos ayuda a vivir con la ausencia, pero en este momento es inevitable mirar al cielo con nostalgia. Como esperando una respuesta. A veces giramos la cabeza hacia la puerta cuando llaman con un hilo de esperanza de que vaya a aparecer esa persona que ya solamente permanece entre nosotros a través de los recuerdos.

Una vez más se ha apoderado de nosotros el síndrome de la silla vacía. Aunque la Navidad siempre se ha vendido como una época de felicidad y armonía, para muchos es un periodo en el que las emociones se cruzan y se encuentran en un mismo lugar dejándote con la sensación de "no sé qué me pasa". Por desgracia, la nostalgia gana la partida, una vez más, en estas fechas tan señaladas. Queremos estar felices por los que todavía permanecen a nuestro lado, pero en el fondo sabemos que ya nada volverá a ser lo mismo.

Los problemas se agravan

Más de la mitad de la población española sufre estrés y ansiedad antes de las navidades ya que son unas fechas más propensas a que las personas más inestables emocionalmente agraven sus situación. Hay conflictos no resueltos que evaden en su día a día y en Navidad tienen que enfrentar sí o sí con la consecuente carga emocional que conlleva, por lo que genera en la persona una gran frustración que favorece el florecimiento de una sintomatología que los vuelve más vulnerables durante estas fechas.

Sílvia Sumell, profesora colaboradora del grado de Psicología de la UOC, aclara que: "No es que la Navidad genere un trastorno depresivo, sino más bien que si una persona ya experimenta previamente un cuadro depresivo (o sintomatología de tipo depresivo), la Navidad puede convertirse en un factor de riesgo ambiental o en un desencadenante para que toda esta sintomatología aflore de manera más vívida".

¿Qué puede ayudarte?

  • Darte tiempo para sentir. Los sentimientos no se pueden esconder y es importante dejarlos salir cuando necesiten hacerlo y no te pongas plazo para que el dolor se vaya ya que de nada sirve hacerlo, si no estás preparado.
  • Autocuidado. Llevar una buena alimentación, así como una buena higiene del sueño ayuda a tomar conciencia de las decisiones que tienes que tomar en cada momento, lo que te permitirá sobrellevar el duelo de la mejor manera posible.
  • Planear con tiempo. Debes poner en una balanza qué es lo que te conviene en ese momento. Si crees que solo vas a llevar mejor la ausencia de ese ser querido, o si crees que lo llevarás mejor estando rodeado de personas.
  • Hacer las cosas diferentes. Puede que en los primeros tiempos de duelo, sea mejor celebrar la Navidad en un entorno diferente. Puedes hacer algo que se salga de la rutina, ir a sitios nuevos... En definitiva, hacer las cosas diferentes.
  • Busca ayuda profesional, si fuera necesario. Es normal que estés triste, pero si esa tristeza se prolonga en el tiempo. Si por más que hablas, sientes que no te desahogas o te pasa justo lo contrario: que hablar de tu dolor esté prohibido para ti y no quieres pasar un mal rato, es en ese momento cuando tienes que buscar ayuda profesional.
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