Síndrome por hidrocución, el verdadero 'corte de digestión': ¿Qué es?, y ¿cómo evitarlo?

Lo que conocemos como 'corte de digestión' es en realidad un problema circulatorio y no digestivo

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Síndrome por hidrocución, el verdadero 'corte de digestión': ¿Qué es? y ¿cómo evitarlo?
Síndrome por hidrocución, el verdadero 'corte de digestión': ¿Qué es? y ¿cómo evitarlo?
N.F

06 de agosto 2023 - 14:31

La pregunta recurrente en verano sobre si es seguro entrar al agua dos horas después de comer ha sido una inquietud común, especialmente durante las vacaciones en la playa o la piscina. Desde nuestra infancia, nuestros padres nos han advertido sobre esta recomendación debido al temor de que ocurra un "corte de digestión", "corte de digestión"pero ¿es cierto que existen realmente los cortes de digestión? A pesar de que la opinión generalizada no lo aborde de esa manera, el concepto de "corte de digestión" es en realidad un mito muy arraigado y lamentablemente extendido. Este término se refiere a la interrupción del proceso digestivo y puede ocurrir tanto en el agua como fuera de ella, pero en realidad lo que sucede en nuestro cuerpo es un choque térmico que tiene que ver con la circulación sanguínea y que se denomina correctamente síncope por hidrocución. ¿En qué consiste?, ¿Cómo evitarlo?

¿Qué es el síncope por hidrocución?

El síncope por hidrocución, también conocido como "choque térmico" o "shock por inmersión", es una respuesta fisiológica del cuerpo a un cambio brusco de temperatura, especialmente cuando una persona se sumerge rápidamente en agua fría después de estar expuesta al calor ambiente. Esta reacción se produce debido a la diferencia abrupta entre la temperatura del cuerpo y la del agua.

Cuando el cuerpo está expuesto al calor, se produce una dilatación de los vasos sanguíneos periféricos para facilitar la pérdida de calor y mantener una temperatura corporal adecuada. Esto provoca un aumento del flujo sanguíneo hacia los órganos internos y el corazón para mantener la temperatura central. Esto puede llevar a una disminución del flujo sanguíneo hacia el cerebro, lo que provoca un síncope o desmayo.

Los síntomas principales del síncope por hidrocución pueden incluir dificultades respiratorias, aumento de la frecuencia cardíaca, mareos, pérdida de la consciencia y, en casos más graves, incluso puede resultar en ahogamiento.

¿Qué sucede entonces?

La digestión es el proceso biológico mediante el cual los organismos obtienen los nutrientes esenciales para llevar a cabo sus funciones vitales. Durante este proceso, nuestro cuerpo experimenta una serie de cambios, como el aumento de la temperatura corporal debido a la liberación de calor por parte del aparato digestivo para asimilar los alimentos ingeridos. El proceso de absorción de nutrientes implica una mayor cantidad de flujo sanguíneo dirigido hacia el sistema digestivo, lo que lleva a una disminución de la afluencia de sangre en otras partes del cuerpo.

De esta forma, durante la digestión, cuando entramos en contacto con el agua, la sangre presente en el estómago se dirige hacia otras partes del cuerpo, como el corazón y el cerebro, para mantener una temperatura más constante, ya que estos órganos requieren un equilibrio térmico estable. Sin embargo, si el cerebro se enfría repentinamente debido al frío del agua, puede ocurrir una vasoconstricción cerebral. Esto es la falta de riego sanguíneo que puede provocar los síntomas de la hidrocución.

Así, después de una comida abundante en la playa o en la piscina, lo que puede suceder es que la inmersión inmediata en agua fría desencadena el mencionado síncope por hidrocución, lo que resulta de un problema circulatorio y no digestivo.

¿Cómo evitarlo?

Las principales pautas que se deben seguir en temporada para prevenir este tipo de incidentes son:

  1. Aclimatación gradual: Es esencial adoptar un enfoque gradual al entrar en el agua, humedeciéndose poco a poco y considerando si estamos acalorados. En el caso de las piscinas, es aconsejable ducharse previamente, ya que lanzarse directamente puede provocar un cambio brusco de temperatura. Un consejo útil es ingresar al agua de manera progresiva, comenzando por mojar las ingles, axilas y cuello.
  2. Hidratación adecuada: Mantente hidratado bebiendo suficiente agua antes de participar en actividades acuáticas. Una buena hidratación contribuye a una mejor regulación térmica del cuerpo.
  3. Esperar un tiempo prudente: Es importante considerar que el proceso de digestión puede variar en duración, desde 30 minutos hasta varias horas, dependiendo de los tipos de alimentos consumidos. Alimentos ricos en grasas o azúcares requieren más tiempo para ser digeridos en comparación con aquellos que son menos grasos o tienen mayor contenido de agua. Esto se debe a que el estómago necesita trabajar más para digerirlos, lo que ralentiza el proceso de digestión. Por ello, esperar un tiempo prudente antes de entrar de forma brusca en el agua puede ser una medida útil.
  4. Evitar comidas copiosas: Evita comer en exceso antes de ingresar al agua, especialmente si la comida es pesada o rica en grasas.
  5. Conocer tus límites: Si tienes problemas cardiovasculares o alguna afección médica, consulta a tu médico antes de realizar actividades acuáticas. Conoce tus propios límites y no fuerces tu cuerpo.
  6. Evitar la exposición excesiva al calor: Reduce el tiempo que pasas al sol en días calurosos para minimizar el choque térmico al sumergirte en agua fría.
  7. Escucha a tu cuerpo: Presta atención a cualquier señal de malestar, mareo o debilidad. Si te sientes mal después de entrar al agua, sal inmediatamente y busca un lugar cálido o alguien que pueda ayudarte en el caso de que se produjera un desmayo.
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