Síndrome alcohólico fetal: los daños irreversibles de beber alcohol durante el embarazo
Este síndrome es el más grave dentro del espectro alcohólico fetal y puede provocar desde problemas en el crecimiento hasta anomalías congénitas
Investigadores de la Universidad de Sevilla detectan riesgos elevados por consumo de alcohol en embarazadas
Beber alcohol solo durante el fin de semana también te puede convertir en 'alcohólico'
Los mitos y las recomendaciones ambiguas que tenemos en referencia al alcohol proporcionan imágenes muy convincentes y persuasivas, que incitan a su consumo atribuyéndole características que dan la idea de que pueden llegar a ser incluso beneficiosas para la salud, además de las recreativas y las ligadas a la diversión y las relaciones sociales. En este sentido, los expertos son claros: el único consumo seguro de alcohol es no consumirlo. Los daños están asegurados, con certezas más o menos ambiguas. Y quedan aún más claro en el caso de que existan enfermedades añadidas o en etapas como el embarazo. El consumo de alcohol durante el embarazo puede ocasionar los mismos riesgos del consumo de alcohol riesgos del consumo de alcoholen general, pero genera riesgos adicionales para el feto. De hecho, de todas las sustancias de abuso, el alcohol es de las más peligrosas para el desarrollo fetal.
En Europa el consumo estimado de alcohol durante el embarazo es del 25% y en España del 13%. La prevalencia del Síndrome Alcohólico Fetal en países occidentales está reconocida entre el 0,5 y el 2 por 1000 nacidos (En España se habla de 2 por 1000), según indican datos de el Centro Universitario de Diagnóstico y Atención Temprana. Cabe puntualizar que en la actualidad, el conocimiento científico no puede garantizar que el consumo de dosis pequeñas de alcohol durante la gestación no conlleve riesgos para el bebé.
El grupo de problemas que pueden ocurrir cuando los niños están expuestos al alcohol se conocen como "trastornos del espectro alcohólico fetal". Los niños que nacen con estos trastornos pueden mostrar una serie de problemas, incluyendo médicos, conductuales, educativos y sociales. Estos dependerán del tipo de trastorno, aunque el más grave de ellos es el síndrome alcohólico fetal.
Un artículo publicado en el British Medical Journal abre un debate al respecto, aunque expone que "cerca de 4.000 artículos publicados confirman la teratogenicidad del alcohol. No hay evidencias de que el alcohol sea beneficioso para el embrión y el desarrollo fetal. La teratogenicidad ha sido concluyentemente mostrada en estudios clínicos, conductuales y epidemiológicos, los efectos teratogénicos, que no han sido refutados, incluyen el síndrome alcohólico fetal, el retraso mental, anomalías del desarrollo y el comportamiento y un bajo peso al nacer".
¿Qué es el síndrome alcohólico fetal?
Cuando una mujer embarazada bebe alcohol, el alcohol entra en la sangre, los tejidos y los órganos del bebé a través del torrente sanguíneo. El alcohol se descompone mucho más lentamente en los niños que en los adultos. Esto significa que el nivel de alcohol en la sangre del feto será más alto que el de la madre durante un tiempo más largo. Así, en un consumo prolongado se puede producir el conocido como síndrome alcohólico fetal.
Los riesgos del alcohol se producen en toda la etapa de gestación, pero se considera que el primer trimestre es un periodo especialmente vulnerable a todos los agentes tóxicos o dañinos para el bebé debido a que durante este periodo se lleva a cabo la mayor parte del desarrollo de los órganos del bebé. Sin embargo, sus efectos se producen durante todo el período de embarazo y puede causar daños tan graves como retrasos en el desarrollo y daños cerebrales irreversibles. En el estudio mencionado, indican a este respecto que "el nivel de alcohol y el momento en el que se produce un daño al feto se desconoce y tiende a variar de un embarazo a otro. La nutrición, el genotipo, el fenotipo, la etnia, el metabolismo y el consumo de tabaco también afectan. La influencia de cada una de estas variables nunca se puede conocer del todo para cada embarazada; el único consejo ético que se puede dar es la abstinencia del alcohol en el embarazo".
Los niños con SAF tienen ciertas características faciales como ojos pequeños, labios superiores delgados y pliegues nasolabiales indiferenciados (el pliegue entre la nariz y el labio superior). Además, también es común que desarrollen:
- Problemas crecimiento: Los recién nacidos con síndrome alcohólico fetal pueden tener bajo peso al nacer y cabezas pequeñas. Es posible que no crezcan ni aumenten de peso como otros niños.
- Anomalías congénitas: El síndrome alcohólico fetal puede causar problemas cardíacos, óseos y renales. Los problemas de visión y audición también son comunes.
- Convulsiones y otros problemas neurológicos: como dificultades de aprendizaje, desequilibrio y coordinación. Los bebés con retraso en el crecimiento pueden no alcanzar los hitos del desarrollo a la edad esperada.
- Problemas de comportamiento: Los niños pueden estar inquietos, irritables o tener problemas para dormir.
En adolescentes, los problemas pueden persistir y manifestarse en:
- Falta de coordinación y pobre motricidad fina.
- Dificultad para comunicarse con amigos y comunicarse con otros.
- Dificultades de aprendizaje (especialmente matemáticas), mala memoria y malas habilidades para resolver problemas.
- Problemas de comportamiento como hiperactividad, falta de atención, falta de atención e impulsividad
Síntomas y diagnóstico
Un bebé con síndrome de alcoholismo fetal (SAF) puede tener los siguientes síntomas:
- Crecimiento deficiente mientras el bebé está en el útero y después de nacer
- Disminución del tono muscular y mala coordinación
- Retraso en los hitos del desarrollo
- Problemas de visión, como miopía
- Hiperactividad
- Nerviosismo extremo
- Déficit de atención
Los rasgos y síntomas son tan marcados que el diagnóstico se basa en medidas especiales y problemas detectados en cada una de las 3 siguientes áreas:
- Tres áreas específicas de anomalías faciales: pliegues nasolabiales planos (el área entre la nariz y el labio superior), labios superiores delgados y pequeñas fisuras en los párpados (ojos abiertos horizontalmente)
- Retraso en el crecimiento (estatura o peso por debajo del promedio, o ambos)
- Anomalías del Sistema nervioso central (estructurales, neurológicas, funcionales o combinaciones de las mismas)
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