Seis minutos para frenar el alzhéimer: el sencillo ejercicio diario que protege al cerebro
Este ejercicio ayuda a la producción de una proteína especializada llamada factor neurotrófico derivado del cerebro, que previene el deterioro cognitivo y aumenta la plasticidad cerebral
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La enfermedad de Alzhéimer enfermedad de Alzhéimeres la principal causa de demencia y representa más del 60 % de los casos de demencia diagnosticados en todo el mundo, con aproximadamente 10 millones de nuevos pacientes diagnosticados cada año. Aunque actualmente no existen estrategias comprobadas para prevenirla, existe evidencia consistente de que varios factores asociados con un estilo de vida saludable vida saludablepueden tener un efecto positivo en la reducción del riesgo de desarrollar la enfermedad. En este sentido, año a año, la ciencia avanza en nuevos hallazgos y datos sobre cómo una rutina saludable puede colaborar en el bienestar de las personas e incluso salvar vidas, en algunos casos. El ejercicio físicoejercicio físico es, sin duda, una pieza clave para mantener una mente ágil y prevenir enfermedades asociadas al envejecimiento como es el caso del alzhéimer.
Los estudios demuestran que las personas que son físicamente activas son menos propensas a presentar un deterioro de la función mental y tienen un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Así lo ha confirmado la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, que encontró que tan sólo seis minutos de ejercicio intenso pueden ayudar a prevenir el riesgo de Alzheimer. Un sencillo ejercicio diario que protege al cerebro aunque el largo proceso neurodegenerativo haya comenzado.
Una proteína especializada
En la investigación, que fue publicada en la revista especializada The Journal of Physiology, los científicos describieron que un ejercicio corto pero de alta intensidad es más efectivo para aumentar la producción de una proteína especializada que se conoce como factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF). El BDNF es fundamental para el aprendizaje y la memoria, y previene el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
El factor neurotrófico, es un mediador clave en el mejoramiento de las conexiones sinápticas (un requisito indispensable para que nuestros impulsos nerviosos viajen a través de autopistas de redes neuronales), y en la capacidad del cerebro de cambiar y remodelar dichas conexiones (plasticidad).
''Al menos 6 minutos de intervalos de ciclismo de alta intensidad aumentaron cada métrica de BDNF de 4 a 5 veces más que el ciclismo prolongado de baja intensidad. En comparación con un día de ayuno con o sin ejercicio ligero prolongado, el ejercicio de alta intensidad es un medio mucho más eficiente para aumentar la circulación de BDNF'', describieron los expertos en la publicación.
Ayuno y ejercicio físico
Los autores señalan que el origen de esta investigación se hizo en base a la exploración de métodos no farmacológicos y enfoques que pueden preservar la capacidad del cerebro para aumentar naturalmente el BDNF y ayudar con el envejecimiento saludable.
Así, los investigadores sumaron otra variante importante y en tendencia: el ayuno. El ayuno y el ejercicio rara vez se estudian juntos, por lo que los investigadores estudiaron ambos factores para optimizar la producción de BDNF en el cerebro humano. Compararon los siguientes factores, tanto de forma aislada como combinados, en un estudio con 12 participantes (seis hombres y seis mujeres) de entre 18 y 56 años de edad.
''Tanto el ayuno intermitente como el ejercicio tienen potentes efectos neuroprotectores y una regulación ascendente aguda del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) parece ser un vínculo mecánico común. El ayuno de 20 horas provocó un aumento de 9 veces en el suministro de cuerpos cetónicos al cerebro, pero no tuvo ningún efecto sobre ninguna métrica de BDNF'', señalaron los autores.
Las diferencias entre ambos factores tendrán que ser más precisas con el tiempo y una mayor investigación. Una de las hipótesis es la producción de glucosa y lactato. La glucosa es el principal motor de la energía cerebral. Cuando se realiza ejercicio, al contrario que cuando comemos, se libera lactato. Esta transición desde el consumo de glucosa a lactato iniciaría vías metabólicas que dan lugar a un aumento de la producción de BDNF en sangre.
Por otro lado, el incremento de BDNF también podría deberse al aumento de número de las plaquetas, las cuales almacenan grandes cantidades de este factor. La cantidad de plaquetas aumentó hasta un 20% gracias al ejercicio, pero no lo hizo tanto con el ayuno.
Los investigadores, al igual que otros estudios, han mostrado que el ejercicio puede mantener o mejorar la plasticidad cerebral en ensayos con animales. Así , de cara al futuro se pretende estudiar mejor la relación entre el ejercicio y la dieta o el ayuno, para poder integrar un tratamiento integral que prevenga o mejore los síntomas del deterioro cognitivo.
Otros ejercicios para aumentar la plasticidad cerebral
El Centro de Neurobiología del Duke University Medical Center (EEUU) propone una serie de ejercicios sencillos que podrás trasladar a tus pacientes con la formación obtenida con el máster en neuropsicología:
1. Intentar ducharse con los ojos cerrados: localizar los grifos, ajustar la temperatura del agua, buscar el jabón y encontrar el champú.
2.Utilizar la mano no dominante para comer, escribir, destapar el dentífrico o lavarse los dientes.
3. Leer en voz alta para activar otros circuitos cerebrales que cuando se lee en silencio.
4. Cambiar los itinerarios y tomar otros caminospara ir al trabajo o volver a casa.
5. Modificar las rutinas y cambiar la ubicación de los objetos cotidianos de uso.
6. Aprender algo nuevo: informática, fotografía, cocina, yoga, baile o un idioma.
7. Identificar objetos sin mirarlos. Por ejemplo, reconocer a través del tacto diferentes frutas o vegetales
8. Hacer cosas diferentes. Salir, conversar con personas de diferentes edades, trabajos e ideologías. Salir al campo, caminar por la playa, la montaña, escalar, etc.
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