Rabia, mucha tristeza y miedo, así se siente una víctima de abuso sexual

Investigación y Tecnología

En 2022, un total de 11.699 fueron detenidos e investigados, de los cuales, se arrestaron a 2.755 violadores y 7.133 agresores sexuales

A veces unos tocamientos o un intento frustrado de abuso, por parte de un familiar o persona de confianza, puede ser tan traumático como un abuso con penetración

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Dos integrantes de una terapia de grupo dándose un abrazo.

El Ministerio del Interior ha publicado el Informe sobre delitos sexuales contra la libertad sexual en España en el que se recoge que ha habido un aumento de esta práctica de hasta un 15% con respecto al año 2021. Un año más tarde, los datos ascendieron a un 18% más que el año anterior, es decir, se cifraron en más de mil menores de 14 y 17 años entre detenidos e investigados por delitos sexuales. Los adolescentes que no han alcanzado la mayoría de edad cometieron el 10,6 % de las violaciones denunciadas (292 casos).

El único dato "positivo" que se puede extraer de este estudio es que el porcentaje de esclarecimiento de los delitos contra la libertad sexual es muy alto, se resolvieron el 79,8% de los casos y se quedaron sin aclarar el 16% de las violaciones.

En concreto, en 2022 hubo 11.699 detenidos e investigados. Entre ellos, se detuvo a 2.755 violadores y 7.133 agresores sexuales.

Según los estudios del informe, la situación en España muestra un incremento de la violencia contra las mujeres y hay cada vez más adolescentes imputados por violencia sexual y de género contra menores y mujeres, es decir, que el resultado de no dedicar tiempo a la educación sexual tiene como consecuencia que haya más agresores y más violencia, no solo en adultos, sino en menores de edad.

En busca de una respuesta

El proceso de un abuso no finaliza cuando se detiene al agresor. Eso es solo el cierre de un capítulo, pero para la víctima se abre todo un mundo delante de ella con el que empezar una nueva vida porque la otra ya se la arrebataron. La cabeza de una víctima de abuso no vuelve a ser la misma. Ahora toca enfrentarse a todo un proceso psicológico de terapias en las que habrá altibajos emocionales y enfrentar traumas como resultado de un abuso por un acto que nunca permitió.

Las cicatrices de los abusos dependen de muchos factores: intensidad, duración en el tiempo, edad a la que se ha experimentado el trauma, frecuencia. A veces unos tocamientos o un intento frustrado de abuso, por parte de un familiar o persona de confianza, puede ser tan traumático como un abuso con penetración.

Muchos delitos prescriben porque muchas víctimas no se encuentran en condiciones de revivir lo que han pasado en las declaraciones de juicio, así como tampoco se encuentran preparadas para volver a ver a sus agresores y les cuesta pasar por esa situación. Cuando una persona sufre una violación se queda muy vulnerable psicológicamente hasta el punto de casi impedirle hacer una vida normal porque es un problema que le acompaña durante mucho tiempo.

Secuelas psicológicas

Desde el momento en el que la víctima comienza a ser consciente de lo que ha vivido, empiezan a aflorar una serie de sentimientos encontrados, a la vez que trata de encajar lo que le ha sucedido y cree estar viviendo en una realidad paralela y sufrir un estado de shock que la lleve a estar confundida y desorientada.

Luego empiezan a encontrarse la rabia con la tristeza y el miedo. También aparecen la culpa y la vergüenza, sobre todo al contarlo. Son dos emociones muy dolorosas imposibles de evitar, en la mayoría de los casos hace que ese malestar aumente. De esta forma, la situación se agrava provocando falta de concentración y de la capacidad de tomar decisiones, dando espacio al nerviosismo, ansiedad, depresión o poco interés por hacer cosas.

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