Relaciones tóxicas: ¿por qué nos cuesta cortar con ellas?

Investigación y Tecnología

Una relación tóxica llega a causar estrés, ansiedad, depresión y otros problemas mentales

La víctima suele tener dependencia emocional, baja autoestima e incomprensión por parte del entorno familiar y amistoso

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Pareja discutiendo
Pareja discutiendo

El fin de una relación es complicado, pero más difícil es y, sobre todo perjudicial para tu salud mental, vivir dentro de una relación tóxica la cual llega a causar estrés, ansiedad y depresión entre otros problemas mentales. La idea de cortar siempre está presente, pero a veces surge un acontecimiento que hace que cambies de idea y sigas siendo parte de ese vínculo.

Cuando estás dentro de una relación tóxica, el círculo familiar y de amigos suele percibir algunos detalles y opinar, desde fuera, que no aguantarían esa situación. El entorno no entiende que la persona está sometida a una dependencia emocional y que su autoestima está dañada. Además, de que durante la relación la víctima ha sido aislada socialmente, por lo que, aun siendo consciente de los problemas que tiene, se ve incapaz de consultarlos con amigos y/o familiares, perdiendo la objetividad de cada situación y, por tanto, no la pueden valorar como es.

Son dependientes de la otra persona y además se encuentran con la incomprensión y el juicio de su entorno. Así que todavía se les hace más difícil hablar de sus problemas y acaban por acostumbrarse a vivir en esa vida llena de infelicidad y satisfacción por las continuas descalificaciones y comentarios hirientes por parte de la persona que ejerce la toxicidad. El amor no tiene que ser un sufrimiento. No es verdad eso de que "Quien más te quiere, te hará sufrir".

Características de una relación tóxica

Una de las señales más identificativas de una relación tóxica es la falta de respeto que llega a ser mutuo. Uno de los compañeros intenta controlar al otro de manera desproporcionada y excesiva, dictando sus decisiones, actividades o amistades y hasta sus emociones. Juegan con los sentimientos de la otra persona en el que el victimismo es el protagonista.

La comunicación, otro elemento importante dentro de una relación de pareja, en este caso carece de empatía y de apoyo mutuo, por lo que la hora de resolver conflictos es una lucha constante llena de discusiones, reproches y agresiones verbales. Por lo que difícilmente ambos puedan sucumbir a las necesidades del otro.

La relación está marcada por un ambiente tenso y hostil en el que los conflictos se repiten en bucle y llega un momento en el que uno de los dos tiene miedo a expresar opiniones, bien por represalias o por evitar una nueva situación que le provoca malestar.

Por qué cuesta marcharse de una relación tóxica

  1. Vínculo emocional. A lo largo de la relación, se ha desarrollado un fuerte vínculo emocional con la otra persona, por lo que le puede resultar difícil imaginar la vida sin ella y puede generar miedo a la soledad o a la pérdida.
  2. La esperanza es lo último que se pierde. Las personas se aferran a la esperanza de que la relación mejorará o que la otra persona cambiará. Esta esperanza puede ser difícil de abandonar, incluso cuando la relación es perjudicial.
  3. Miedo al rechazo o abandono. Las personas pueden tener miedo de cómo reaccionará la otra persona o temer la posibilidad de quedarse solas.
  4. Autoestima afectada. Las relaciones tóxicas a menudo desgastan la autoestima de una persona. Pueden hacer que la persona se sienta poco valiosa o merecedora de algo mejor, lo que complica la toma de decisiones para poner fin a la relación.
  5. Inercia y comodidad. A veces, las personas se acostumbran a la dinámica de la relación, incluso si es perjudicial. La idea de cambiar esa dinámica puede parecer abrumadora y la comodidad de la rutina puede dificultar la toma de decisiones.
  6. Dependencia emocional. En relaciones tóxicas, hay una dependencia emocional, donde la persona siente que necesita a la otra para su propia felicidad o bienestar emocional.
  7. Presión social o familiar. La presión de amigos, familiares o incluso la sociedad en general para mantener la relación puede influir en la dificultad para cortar con ella.
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