La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Psicología
Recientemente se ha vuelto común en las conversaciones cotidianas y las redes sociales escuchar y ver que las relaciones sex-afectivas pueden ser tóxicas, lo que parece estar convirtiéndose en una moda y puede incluso parecer gracioso, aunque detrás de este término de la psicología popular se encierran pesadillas y sufrimiento. Es importante tener en cuenta que aunque las relaciones tóxicas pueden darse en cualquier tipo de relación humana, incluyendo amistades y familiares, es especialmente preocupante cuando ocurre en parejas. En un mundo construido sobre una cultura de gratificación instantánea, falta de compromiso y comunicación y superficialidad en las relaciones, estos vínculos están transformando sus bases hacia otras cargadas de dependencia emocional, falta de límites personales, inseguridades y malestar psicológico. ¿Lo peor? la normalización de actitudes que se escapan de cualquier entorno saludable. Esto provoca esta 'toxicidad' que envenena en núcleo sentimental y que se traslada a la vida personal de ambos integrantes de la pareja. En casos extremos, los riesgos físicos y mentales provocan el aumento de las ideas de suicidioideas de suicidio, según varios estudios. ¿Cómo se llega a este punto?, ¿Cómo identificar las señales de alarma?
La relación entre el suicidio y las relaciones tóxicas puede ser compleja y multifacética. Las relaciones tóxicas pueden ser definidas como aquellas en las que una o ambas personas involucradas se comportan de manera emocionalmente abusiva o manipuladora, lo que puede llevar a la otra persona a sentirse atrapada o impotente. Esto puede aumentar significativamente el riesgo de pensamientos y conductas suicidas en la persona afectada.
Los patrones tóxicos dentro de una relación pueden incluir el abuso emocional y sexual, la manipulación, la violencia física y la coacción, entre otros. Lo peor de las relaciones tóxicas es que, en muchas ocasiones, la persona que está inmersa en esa relación no es consciente de que está viviendo abusos por parte de su pareja. De hecho, es muy común que las personas que viven una relación tóxica, vuelvan a caer en otra. En otro artículo, explicamos los motivos detrás de esta 'adicción'.
A continuación, se presentan algunos de los riesgos físicos y mentales asociados con las relaciones tóxicas:
Riesgos físicos:
Riesgos mentales:
Como hemos mencionado, las relaciones tóxicas son aquellas en las que una o ambas partes experimentan un nivel significativo de abuso, manipulación, control, desprecio o negligencia emocional. Las personas que están en relaciones tóxicas pueden sentirse atrapadas y sin salida, lo que puede aumentar su desesperación y la sensación de que la muerte es la única salida. Además, pueden sentirse aisladas y solas, sin una red de apoyo sólida, lo que puede empeorar aún más los sentimientos de desesperanza.
Así, existen múltiples estudios que han encontrado una relación entre el suicidio y las relaciones tóxicas. Según un estudio publicado en el Journal of Affective Disorders, se encontró que los jóvenes que experimentan relaciones tóxicas tienen un mayor riesgo de ideación suicida y de intentos de suicidio que aquellos que no lo hacen. En este sentido, es importante prestar atención a este enfoque ya que los jóvenes construyen las bases de las relaciones sentimentales y familiares del futuro. A largo plazo, se pueden dar casos de violencia de género y como resultado, agresiones físicas, psicológicas y abuso sexual.
Otro estudio, publicado en el Journal of Family Violence, encontró que las mujeres que experimentan abuso emocional y/o físico por parte de su pareja tienen un mayor riesgo de intentos de suicidio. En estos casos, asociados a la violencia doméstica, las personas que están en situaciones de abuso pueden sentir que la muerte es la única forma de escapar de la violencia, el miedo y la inseguridad.
Un tercer estudio, publicado en la revista Social Science & Medicine, encontró que las personas que experimentan altos niveles de conflicto en su relación tienen un mayor riesgo de ideación suicida. El conflicto en las relaciones interpersonales, en particular en las relaciones cercanas como las parejas, la familia y los amigos cercanos, puede ser estresante y agotador emocionalmente. Pero esto se intensifica si lo trasladamos a las parejas románticas.
Además, el conflicto en las relaciones también puede aumentar el riesgo de suicidio en niños y adolescentes. Un estudio realizado en la Universidad de Pittsburgh en 2017 encontró que el conflicto familiar y la falta de apoyo emocional de los padres estaban asociados con un mayor riesgo de intento de suicidio en adolescentes.
Es importante reconocer que las relaciones tóxicas no son saludables y que la persona afectada puede necesitar ayuda profesionalayuda profesional para salir de la situación. Las líneas de ayuda de salud mental, los servicios de terapia y los grupos de apoyo pueden proporcionar el apoyo emocional y las herramientas necesarias para recuperarse de la huella de estas relaciones y alejarse de cualquier riesgo asociado.
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