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Hacer un regalo tiene debajo unas connotaciones más allá de lo material en las que el cerebro tiene un papel fundamental, tanto en la manera de interpretar ese momento, como en las emociones que produce. Cuando sabes que tienes que hacer un regalo, inmediatamente se activan los neurotransmisores cerebrales generándote una sensación de bienestar porque te produce emoción por hacer no sólo el regalo, sino que esa misma sensación te acompaña durante todo el protocolo que conlleva su preparación hasta que lo recibe la persona.
Todo parte de una acción combinada por un lado, del sistema neuronal de refuerzo que, es la parte relacionada con el placer y por otro lado, de las sustancias que activan nuestro "yo" más emocional. Los psicólogos saben que regalar es una forma importante de conectar.
Tener un simple gesto como es regalar, es capaz de fortalecer un vínculo entre dos personas, a través del cual se ha mostrado amor y gratitud. El haber puesto de tu parte por hacer que alguien se sienta especial, haber pensado en la persona que va a recibir el regalo y el tipo de obsequio que le gustaría recibir ayuda a fortalecer la conexión y las relaciones entre esas dos personas.
Esto sucede porque el vínculo es emocional. En realidad, es lo que se valora de un regalo, más que el propio coste económico. De hecho, comprar un regalo más caro no mejora la experiencia de quien lo recibe. La persona receptora valora el esfuerzo y dedicación invertidos por la persona que regala.
Cuando hacemos un regalo a alguien, estamos haciendo importante y especial a esa persona para nosotros y ella lo percibe tal cual, por lo que, indirectamente, aumenta su nivel de felicidad. Esto se refleja en el sistema cerebral activándose algunas hormonas que provocan diferentes sensaciones. Por un lado, interviene la oxitocina, conocida como la ‘hormona de cognición social’ y es importante para construir una relación de confianza. Por eso, se produce un vínculo entre la persona que regala y la que recibe el regalo. Es la sustancia que se libera cuando damos un abrazo o, en este caso, cuando realizamos un regalo a alguien importante para nosotros.
Por otra parte, se activa la serotonina que es la hormona que regula el control de las emociones y que también actúa como reguladora del estrés ya que regalar a veces nos produce ansiedad. En este caso, el cerebro responde liberando esta hormona como mecanismo de supervivencia antes situaciones que puedan resultar adversas y amenazantes.
Muchas veces cuando no sabes qué regalar lo vives con estrés y ansiedad, generado, en parte porque no se conoce bien a la persona. Puede que nos cause respeto o puede que nos invada el miedo a decepcionar. Pero ¿sabes una cosa? Si buscas algo que tengas en común con la otra persona, por insignificante que parezca, siempre acertarás.
Ayuda mucho recordar algo que pasó en un momento puntual entre ustedes o algo que la persona pueda recordar fácilmente. Para eso, siempre es mejor regalar experiencias. Los regalos materiales suelen olvidarse con más facilidad que si compartes algo con alguien que pueda experimentar. Por ejemplo, alguna excursión, un tratamiento facial, un spa, una cena, etc. La investigación también ha demostrado que regalar experiencias puede acercar a las personas, incluso cuando tú no disfrutas ese momento con ella.
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