La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Hay personas a las que les aparecen unas pequeñas o diminutas mejor dicho bolitas blancas en la
mejilla o bien en el arco del ojo que, más que nada, son molestas a nivel estético. Se trata de los quistes
de millium y vamos a conocer qué son y qué hacer sobre todo con ellos porque a nadie le gusta tenerlos. Sobre todo una cosa que hay tener muy clara: jamás hay que apretarlos.
En Infosalus han entrevistado a la doctora Petra Vega, médico estético y tesorera de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), quien explica que se trata de pequeñas bolitas lisas, duras y blancas, de alrededor de 1 milímetro de diámetro que aparecen en la piel de la cara.
¿Por qué aparecen? Todo es debido, según cuenta, a un atrapamiento de queratina y de sebo dentro del poro cutáneo (orificio de salida del folículo pilo sebáceo), por poros muy cerrados, o por exceso de producción. "Son totalmente benignos. En general, la palabra 'quiste' indica un proceso benigno, aunque todo depende lo que contenga en su interior", añade.
Sus causas, según indica, pueden ser múltiples: "Tendencia genética (por la textura de la piel), procesos cicatriciales, tanto quirúrgicas como quemaduras o heridas traumáticas (al estimularse mucho la queratina puede quedar a atrapada), acné, tabaco, exceso de sol, y algunos cosméticos inapropiados para ese tipo de piel".
Dice la doctora Vega que solo muy raramente pueden estar asociados a algunas enfermedades cutáneas: "En los bebés no es infrecuente que aparezcan en la cara, incluso dentro de la boca, debido, posiblemente, a la inmadurez de los folículos pilo sebáceos. Además, en los bebés suelen desaparecer solos".
Aunque no se disponen de estadísticas, esta médico estética reconoce que son bastante frecuentes en
nuestra población, y a la hora de prevenirlos subraya que, en todos los casos en que no son genéticos o por traumatismos, podemos prevenirlos evitando sus causas: protegernos del sol, no fumar y usar cosméticos apropiados a nuestra piel.
Si se manipulan se corre el riesgo de infectarlos, según matiza la doctora, al tiempo que resalta que no son granos y, por tanto, no debemos apretarlos intentado que salgan (que tampoco deberíamos manipular), pues a diferencia de estos no están infectados y con el tratamiento correcto no dejan ninguna marca.
Por eso, la miembro de SEME subraya que, cuando se detecten se debe acudir a un especialista, primero porque el médico debe hacer un diagnóstico de que realmente no son otra cosa (hay otras lesiones que pueden confundirse), y segundo porque su tratamiento médico es fácil, seguro y muy eficaz.
En última instancia, la doctora Vega mantiene que, mientras que en los bebés como hemos dicho desaparecen solos, en el resto se realiza -según le tamaño y la localización- bien a través de la extracción con aguja, con bisturí o con láser; "aunque en ningún caso queda marca", matiza.
Subraya que los que ya se han quitado no pueden reaparecer, si bien resalta esta especialista en Medicina Estética que pueden salir otros en la misma zona, siempre que la causa sea genética, o bien por malos hábitos. "En el caso de las cicatrices, finalizada la cicatrización suelen remitir", concluye la miembro de SEME.
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