La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Investigación y Tecnología
Todas las personas tenemos una conexión neurobiológica con la naturaleza. Esto quiere decir que somos capaces de disfrutar de todos los beneficios que nos brinda los entornos naturales cuando estamos en contacto con ellos.
Si, además, le añadimos la práctica de una actividad física, por muy suave que sea, mucho mejor para tu cerebro ya que estimulas la creatividad, mejora la concentración, alivia el estrés y desconectas de la rutina. Aunque somos conscientes de que esta es una época en la que da más pereza ejercitarse, hace más calor y cuesta encontrar un hueco para hacer deporte. Nos ponemos más limitaciones, nos da más pereza, pero podemos ser capaces de saltar la barreras mentales y buscar la manera de seguir ejercitándote sin poner en riesgo tu salud.
A la hora de hacer ejercicio, hay que tener en cuenta no solo el calor, sino el papel que tiene la humedad en el ambiente ya que cuando el ambiente está húmedo, el sudor no se evapora con tanta facilidad y es más difícil bajar la temperatura corporal y, por tanto, la sensación de calor es mucho mayor. Esto dificulta el riego sanguíneo de la musculatura ya que la sangre está dirigida a la piel para mantener la temperatura corporal. Si la musculatura no recibe la suficiente sangre y no funciona correctamente, nos encontramos con mayor dificultad para terminar el ejercicio.
Antes de comenzar con el ejercicio, tienes que conocer tus limitaciones para poder adaptar tu ritmo a cada deporte y que la actividad física sea un disfrute y no una tortura. Así que si te sientes cansado, escucha a tu cuerpo y para en el momento en el que tu cuerpo te habla.
A la hora de hacer deporte cuando las temperaturas son más elevadas, hay que tener en cuenta la indumentaria. Para el cuerpo, debe ser traspirable, ligera y de tonalidades claras y suaves. En el caso de practicar una actividad que no sea de agua, debes tener presente la parte de la cabeza, para lo que es recomendable el uso de gorra y gafas. Lo mismo para la parte de los pies. El uso de un calzado que sea traspirable ayudará a la comodidad en la práctica de actividad física en esta época del año.
Pero con una ropa y un calzado adecuado no es suficiente para cuidarse durante la práctica deportiva en épocas de calor. Hay que tener en cuenta también las horas del día a las que se practica, evitando las centrales, es decir, entre las 12.00 h. y las 17.00 h ya que son las que más grados registran y las que aumentan las probabilidades de golpes de calor. Aunque parezca un dato obvio, hay quien todavía desafía a la naturaleza andaluza, pero si quieres practicar ejercicio con cabeza, lleva a cabo tu plan de entrenamiento a primera o a última hora del día.
Por otra parte, si eliges las horas menos calurosas, debes mantener "a raya" tu hidratación de igual manera ya que las altas temperaturas favorecen la pérdida de líquidos, por lo que las bebidas o los alimentos con altas cantidades de agua, también favorecen la hidratación.
El doctor Enrique Pérez de Ayala, jefe del servicio de Medicina deportiva en Policlínica Gipuzkoa, da unos consejos en el siguiente vídeo para que puedas hacer deporte en verano, sin poner en riesgo tu salud:
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