Análisis
Gumersindo Ruiz
Sería un error penalizar fiscalmente a las socimi
Tras el éxito de los Bridgerton, la precuela de una de sus protagonistas, la Reina Carlota, se ha convertido en un éxito de masas estrenado por Netflix. 'La Reina Carlota, una historia de los Bridgerton', se basa en hechos reales que se integran en la trama de los libros de Julia Quinn, donde se retrata a la Reina Charlotte como una joven que debe esforzarse para ganarse el respeto y la popularidad en la corte de Inglaterra. La producción muestra cómo ella tuvo que recorrer un camino difícil y luchar para que su voz fuera escuchada, lo que finalmente la llevó a convertirse en una figura influyente y respetada en la corte. Pero, además, la ficción está centrada en los primeros años de matrimonio entre Carlota de Mecklemburgo-Strelitz y el Rey Jorge III de Inglaterra, marcados por la incipiente enfermedad mental del monarca. Pese a que los hechos sucedieron muchos años más tarde, no al inicio del matrimonio, si cuenta de manera acertada los episodios psicóticos del soberano. Una de las teorías más fuertes que han documentado los estudios y testimonios es el diagnóstico de porfiria, una enfermedad rara enfermedad raraque puede provocar alucinaciones y problemas psiquiátricos como la depresión, la ansiedad y la paranoia.
De acuerdo a los registros históricos, el rey experimentó episodios de locura, delirios y alucinaciones. En su obra "George and the Mad Business", los historiadores médicos Ida Macalpine y Richard Hunter concluyeron que el Rey Jorge III sufría este trastorno metabólico congénito, que, como hemos mencionado, manifiesta brotes esquizofrénicos y los cambios bipolares en la personalidad, entre otros síntomas que mencionaremos, en los que se centran los capítulos de la serie.
Esta enfermedad rara se produce debido a una deficiencia la producción de hemoglobina, una proteína que se encuentra en los glóbulos rojos y ayuda a transportar oxígeno por el cuerpo. Existen varios tipos de porfiria y cada uno presenta síntomas diferentes. En la serie, se hace referencia a la porfiria como la enfermedad que padecía el Rey Jorge III de Inglaterra, aunque esto no fue diagnosticado en su época debido a la falta de conocimiento médico sobre la enfermedad. En su lugar, sí le fueron diagnosticados problemas mentales como la bipolaridad o la esquizofrenia que también se reflejan en la serie de ficción.
En este sentido, la porfiria aguda intermitente es el tipo más común de porfiria en el que se han observado síntomas neurológicos. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, estreñimiento, dolor muscular, debilidad muscular, convulsiones, alucinaciones y problemas psiquiátricos como la depresión, la ansiedad y la paranoia. Todos ellos presentes en la narración de la serie.
Más concretamente, en la sucesión de los hechos de la narración audiovisual se hace hincapié en síntomas como alucinaciones, paranoia y comportamiento errático, reflejados en varias escenas como en la que sale al exterior de los jardines de Buckingham en mitad de la noche, se desnuda e intenta comunicarse con 'Venus' entre temblores, desorientación y mareos.
La evidencia manifiesta que el trastorno mental del Rey Jorge III pudo haber sido exacerbado por factores como el estrés y el consumo de alcohol, lo que habría acentuado estos síntomas en algunos períodos. Así, después de su coronación, hacia 1761, el Rey experimentó varias crisis de salud en las que presentó síntomas como tos fuerte, fiebre, taquicardia, fatiga, insomnio y trastornos alérgicos previos a los episodios relacionados con la salud mental. Así, a diferencia con la serie, se ha documentado que estos últimos fueron relativamente cortos y ocurrieron en los años 1789, 1801, 1804 y 1810. Durante estos episodios, mostró actitudes que son típicas de la esquizofrenia como cambios de humor extremos y repentinos.
Como hemos mencionado, debido al desconocimiento de la época, los tratamientos que se le aplicaron durante sus episodios de enfermedad fueron bastante brutales. Algunos de ellos se pueden ver durante los minutos de la recreación de la ficción de Netflix, en los que se puede ver la terapia de sillas giratorias con electroconvulsión, chalecos de fuerza, baños de hielo, curas de hambre o ataduras durante días.
Esta terapia extrema comenzó, según relata la ficción, tras el fracaso de otros tratamientos de medicina convencional. En una segunda opinión médica, la madre del Rey acude al Doctor Monro, quien sugiere que el Rey Jorge III no está loco, sino que padece una "disociación de los nervios", lo cual es rechazado por los demás médicos debido a la mala reputación de Monro, quien proviene del hospital psiquiátrico real Bethlem, conocido por sus tratamientos crueles.
Según el profesor titular de Historia de la Medicina en la Universidad del Salvador, Antonio Alberto Guerrino, en aquel entonces, cuando el soberano sufría un ataque, era tratado de forma ruda y enérgica, y a veces incluso era derribado al suelo con agresividad. Todo ello, provocaba incluso gritos ensordecedores que podían oírse en palacio. Además, siempre había presentes en su castillo dos cirujanos, boticarios y enfermeros que estaban siempre disponibles para atenderlo.
Después de estas repetidas crisis que experimentó a lo largo de su vida, el Rey Jorge III quedó ciego y sordo a la edad de 70 años. Ya en la última década de su reinado, debido a su enfermedad mental, se consideró que no estaba en condiciones para gobernar, y su hijo mayor asumió el papel de príncipe regente, tal como se retrata en la serie de Netflix. En la Navidad de 1819, su estado de salud se agravó considerablemente y finalmente falleció la noche del 29 de enero de 1820 mientras era atendido por el patólogo Matthew Baillie.
Una de las incógnitas que rodea la teoría de la porfiria es que ninguno de sus quince hijos padeció los mismos síntomas, tratándose de un trastorno genético, lo que podría sugerir que la porfiria no fue la causa de su enfermedad mental. Los científicos ahora creen que la teoría de la disociación de los nervios es más acertada y que, por ejemplo, el color azulado de su orina (un síntoma también presente en la porfiria), podrí deberse a que uno de los medicamentos que se le prescribieron contenía genciana.
Investigando estas cuestiones, un grupo de investigadores de la Universidad de Londres decidió examinar algunas cartas y otros documentos escritos por Jorge III para buscar indicios de lo que podría ocurrirle. Para esta labor, se utilizó un programa informático de análisis lingüístico para identificar patrones en los escritos de Jorge III durante los momentos en los que perdía su lucidez. Los registros de la época coincidían en que durante estos momentos, el rey utilizaba frases muy largas, algunas de hasta 400 palabras con solo 8 verbos, lo cual es común en pacientes que experimentan la fase maníaca de trastornos psiquiátricos como el trastorno bipolar, trastorno bipolar,otra de las teorías más plausibles para muchos.
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