Pilates en el embarazo: beneficios para el bebé y la madre
Investigación y Tecnología
Al fortalecer los músculos que serán clave durante el trabajo de parto y aprender técnicas de respiración que nos permitan gestionar el dolor de manera más efectiva
El pilates es un rato para desconectar del estrés diario, para conectarnos con nuestra respiración y para nutrirnos desde adentro hacia afuera
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El embarazo es una etapa de cambios. Físicos y mentales. Un altibajo de emociones que se concentran en el interior de la madre y están esperando para salir. "Tienes que cuidarte". Es una de las frases más pronunciadas por el entorno, a veces, generando en la madre una sensación de responsabilidad. Todas lo hacen lo mejor que saben dentro del descubrimiento interior porque el día del parto nace un bebé, pero también una madre invadida por las hormonas, los miedos, la alegría y la presión social.
Es un viaje que nos conecta profundamente con nuestro cuerpo y con la vida que se desarrolla dentro de nosotras. En medio de este torbellino de sensaciones, es esencial cuidarnos y prepararnos tanto física como emocionalmente para la llegada de nuestro bebé. Y una forma de hacerlo es con la práctica de pilates para embarazadas.
El pilates durante el embarazo es mucho más que un simple ejercicio físico. Es una práctica que nos invita a conectarnos con nuestro interior, a fortalecer nuestra musculatura profunda y a mantener una postura adecuada en este período de constantes cambios. En cada sesión, nos metemos en un espacio que nos aporta calma y concentración, donde podemos sentirnos en sintonía con nuestro bebé a la vez que trabajamos en mejorar nuestra flexibilidad, resistencia y equilibrio.
Una de las principales preocupaciones de toda madre durante el embarazo es el bienestar de su bebé. Y aquí es donde el pilates brilla con luz propia. Al fortalecer los músculos abdominales y del suelo pélvico, estamos creando un entorno óptimo para el desarrollo del bebé dentro del útero. Es una mayor estabilidad y soporte no solo en pro de la madre, sino que también proporcionan un ambiente más seguro y cómodo para el bebé en crecimiento.
Pilates más allá del cuidado físico
El día del parto es un momento muy duro porque el esfuerzo que hay que hacer es muy grande y toda preparación física por parte de la madre con respecto a ese día, será beneficiosa tanto para ella como para el bebé.
Durante el embarazo, nuestras emociones parecen estar subidas en una montaña rusa y encontrar momentos de tranquilidad y serenidad se convierte en una verdadera joya. La práctica de pilates da la oportunidad de estar en un espacio donde desconectar del estrés diario, para conectarnos con nuestra respiración y para nutrirnos desde adentro hacia afuera.
Además, practicar pilates durante el embarazo nos ayuda a prepararnos para el momento del parto. Al fortalecer los músculos que serán clave durante el trabajo en paritorio y aprender técnicas de respiración que nos permitan gestionar el dolor de manera más efectiva, es una manera de sentirse un poco más fuerte y confiada con tu propio cuerpo y en tu capacidad de dar a luz.
Y una vez que llega el momento de conocer a nuestro bebé, los beneficios del pilates no desaparecen. Al contrario, nos acompañan en el posparto, facilitando la recuperación física y emocional. Fortalecer los músculos abdominales y del suelo pélvico nos ayuda a mejorar la tonificación muscular, a prevenir la incontinencia urinaria y a recuperar nuestra figura de manera gradual y saludable.
Mejor bajo supervisión
Aunque las embarazadas pueden practicar pilates por ellas mismas, siempre es aconsejable que se haga en una clase guiada por un profesional.
A ser posible que conozca la situación de la embarazada ya que no es recomendable practicarlo en ciertos casos. Todas las mujeres embarazadas, al realizar su primera ecografía y confirmar que todo está correcto, deberían acudir a una valoración fisioterapéutica para establecer su plan de embarazo y determinar el tipo de ejercicio más adecuado.
En este sentido, la fisioterapeuta especializada en obstetricia tomará nota según los datos sobre el estado del embarazo, ubicación de la placenta, cantidad del líquido amniótico, previas disfunciones ginecológicas, etc para tener toda la seguridad de si se puede realizar cualquier tipo de ejercicio.
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