La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
coronavirus
La lucha contra el enemigo que conocimos hace un año y medio con el nombre de SARS-COV2, avanza a pasos agigantados en los últimos meses gracias a un arma aliada que supone su destrucción masiva: la vacuna. Pero como buen rival ha encontrado mecanismos para camuflarse, se transforma, dando lugar a nuevas mutaciones contra las que las patentes de las farmacéuticas no han sido diseñadas. Y, aunque la eficacia no se pierde, la inmunidad es menor. En el caso de Pfizer, según un estudio publicado en la prestigiosa revista The Lancet, el nivel de anticuerpos en sangre capaz de neutralizar la variante india del coronavirus es cinco veces menor en comparación con la cepa original.
Esta es la conclusión a la que han llegado científicos del Instituto Francis Crick y el Instituto Nacional para la Investigación Médica, ambos británicos, que han comprobado que la cantidad de anticuerpos contra el coronavirus disminuye con la edad y el paso del tiempo a través de las muestras de sangre de 250 individuos sanos vacunados con Pfizer.
“El análisis de regresión logística sugiere que la edad es un factor significativo en la reducción de anticuerpos, independientemente de la tensión en nuestras muestras después de una dosis única de Pfizer”, señala el texto. Tras una primera inyección, la protección contra la cepa original es del 79%. Sin embargo, el porcentaje se reduce al 50% con la variante británica (B.1.1.7), el 32% con la india (B.1.617.2) y el 25% con la sudafricana (B.1.351)
Asimismo, según este hallazgo, se confirma que los niveles de anticuerpos se reducen con la edad contra todas las variantes, pero no se aprecian diferencias significativas en cuanto a sexo o índice de masa corporal.
Tras el hallazgo, los científicos han hecho hincapié en la necesidad de acortar el plazo entre las dos dosis que, en el caso del Reino Unido, por ejemplo, es de hasta doce semanas con el objetivo de inmunizar a más personas con una sola inyección.
“Los datos sugieren que los beneficios de retrasar la segunda dosis, en términos de una cobertura poblacional más amplia y un aumento de anticuerpos individuales después de la segunda dosis, debe sopesarse contra la disminución de la eficacia a corto plazo y en el contexto de la propagación de la variante india”, han advertido los investigadores.
“Lo más importante es asegurarnos de que la protección de las vacunas se continúa lo suficientemente alta para mantener a tanta gente como sea posible alejada de los hospitales”, ha indicado la investigadora Emma Wall, en declaraciones recogidas por Efe.
Y añade: “Nuestra investigación sugiere el mejor modo de lograrlo es inocular rápidamente las segundas dosis y ofrecer dosis de refuerzo a aquellos cuya inmunidad podría no ser lo suficientemente sólida contra estas nuevas variantes”
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