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Cáncer
El cáncercáncer sigue siendo el diagnóstico más temido para cualquier persona y uno de los enemigos más longevos, y resistentes, de la investigación. Su prevalencia y la detección de nuevos casos aumentan con el paso de los años, posicionándose ya como la segunda causa de muerte a nivel mundial, solo por detrás de las enfermedades circulatorias. En este sentido, las nuevas estadísticas estiman que en 2040 habrá un 60% más de casos de cáncer y cada vez en edades más tempranas. Prevenirlo y buscar nuevas herramientas que ayuden a combatirlo, resultará clave para frenar su avance de cara a los próximos años. A este respecto, tratamientos complementarios como la inmunoterapia, y otros con resultados experimentales muy satisfactorios, están abriendo nuevas puertas a la esperanza. En esta misma línea nació la oncothermia, una técnica que se está implementado en nuestro país para destruir las células malignas del cáncer a través de las altas temperaturas.
Se trata de un tratamiento que en España está liderado por la doctora Elisabeth Arrojo (Premio Europeo de Medicina en Oncología en 2021 y 2022) y disponible en el Instituto Médico de Oncología Avanzada (INMOA) y en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander. La oncothermia se basa en el método tradicional de la hipertermia, es decir, generar calor desde el exterior para destruir únicamente las células malignas, que no son capaces de sobrevivir a las altas temperaturas. Pero, además de ser un tratamiento más sofisticado y selectivo, está reportando mejores beneficios en comparación con los tratamientos convencionales.
La hipertermia, también conocida como hipertermia electromodulada, mEHT, es un tipo de tratamiento contra el cáncer que tiene como objetivo eliminar las células cancerosas. Se basa en el método tradicional de hipertermia (exposición al calor externo para matar las células cancerosas que no pueden sobrevivir a altas temperaturas), pero en una forma más avanzada porque aumenta la temperatura dentro de la masa tumoral y no en el tejido sano circundante. Así, no se quema al paciente, una de las limitaciones presentes en su predecesora.
Como hemos mencionado, una de las características que distingue a este método de los métodos convencionales es que, a pesar de aumentar la destrucción celular, es selectivo para las células malignas sin afectar a las células sanas, a diferencia de tratamientos como la radio y la quimioterapia, y por lo tanto no potencia los efectos secundarios cuando se administra de forma conjunta con otros tratamientos.
Para entender esto, debemos saber lo que significa la hipoxia. Y es que, una característica que hace que las células cancerígenas sean resistentes a los tratamientos oncológicos es su grado de hipoxia (pobres en oxígeno) que es muy superior al de las células sanas. Por este motivo, se han realizado multitud de estudios con diferentes terapias y/o fármacos que tratan de aumentar la cantidad de oxígeno de esas células tumorales, y así hacerlas más sensibles a los tratamientos oncológicos, pero hasta la fecha no se han realizado grandes avances en este sentido.
La oncothermia resulta, hasta ahora, el más efectivo en este proceso. Así, mediante esta técnica, se calienta el tumor con ondas de radiofrecuencia, lo que ayuda a que estas células se dilaten, se oxigenen más y acaben muriendo antes. De esta manera, al delimitar únicamente las células malignas, se evitan efectos secundarios de estos otros tratamientos tales como quemaduras, riesgo de vasodilatación de los vasos sanos y extensión de células tumorales a otros lugares.
Tal y como subraya la oncóloga, líder en la aplicación de este tratamiento, ''una de las cuestiones por las que no funcionan habitualmente las sesiones de quimio o inmunoterapias es porque ni siquiera llegan bien al interior del tumor''.
Esta novedosa terapia, estándar también en países como Alemania, no utiliza el calor aplicado desde el exterior, sino que genera un campo dieléctrico de energía que es absorbido por el líquido extracelular y destruye las células malignas de un modo selectivo. Se genera un gradiente de temperatura entre los electrolitos extra e intracelulares hasta que se alcanza un equilibrio térmico al final del tratamiento.
Esta diferencia de temperatura, que es muy pequeña en términos absolutos, afecta a la membrana de la célula tumoral (desde el exterior hacia el interior), provocando un estrés térmico que desestabiliza la membrana de la célula cancerígena, provocando apoptosis (en lugar de necrosis). La apoptosis permite que el sistema inmunitario detecte tipos de células que no deberían estar presentes en nuestro organismo y las destruya de forma local o incluso remota (efecto abscopal).
Habitualmente, los tumores desarrollan sus propios vasos para poder nutrirse y crecer. No son vasos normales, sino que son vasos estrechos y tortuosos, lo que supone una dificultad extra para conseguir que la quimioterapia o inmunoterapia lleguen al interior del tumor. La oncothermia calienta el tumor lo que hace que los vasos intratumorales se dilaten. Así se consigue la quimiosensibilidad tumoral.
Así lo explica la doctora Arrojo en comparación con el trabajo de otras terapias tradicionales: ''La quimioterapia y la inmunoterapia deben viajar por esos vasos sanguíneos para llegar al interior del tumor, y la radioterapia para funcionar necesita oxígeno para fijar el daño que le hace al ADN de las células malignas''.
Asimismo, al no producir un efecto inflamatorio, evita los efectos secundarios que debilitan al sistema inmune y promueven, en muchos casos, las recaídas. Su objetivo es estimular el sistema inmunológico para una recuperación total.
Estamos ante una técnica indicada para tumores sólidos, donde haya una masa que calentar. También en caso de metástasis porque el calentamiento del tumor genera una respuesta inmunológica. La técnica es aún bastante desconocida en España, aunque ya se está integrando incluso en niños.
Como hemos mencionado, gracias a su ayuda frente la la oxigenación de las células malignas, las hace más sensibles a los tratamientos de quimio y radioterapia. Por ello, esta técnica médica se suele usar como tratamiento combinado.
Se puede utilizar como terapia única, pero eso es solo aconsejable en determinados casos muy concretos que no respondan a otros tratamientos. Lo más recomendable, y habitual, es aplicar la oncothermia de manera combinada con otros tratamientos oncológicos tradicionales como la quimioterapia, la radioterapia y la inmunoterapia.
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